“Si se trabaja y se quiere, se puede!»

Nadie dijo que los comienzos fueran a ser fáciles. Con un crecimiento como el que llevamos en 2015 por encima del 50% a nivel de grupo y con aperturas permanentes (Colombia, Panamá, Miami…) las situaciones se vuelven a veces complicadas y afloran las tensiones dentro y fuera del equipo. Es normal en situaciones de alta exigencia y altos niveles de estrés. Las operaciones necesitan rodarse, los sistemas afinarse, los procedimientos ajustarse, las personas formarse…

Quiero aprovechar estas líneas para mandar ánimos a todo el equipo de Logisfashion; a aquellos que están desplazados dando servicio a los almacenes que se están montando, a los nuevos clientes y a aquellos que, desde Central, ponen también todo su esfuerzo en apoyar el desarrollo de las nuevas operaciones. Este es un gran proyecto con un gran equipo. ¡Que no decaiga el ánimo ante las dificultades muchachos!

Como decía el Cholo: “Si se trabaja y se quiere, se puede…¡ánimo muchachos!”

Y no quiero establecer paralelismos extraños pero escribo todo esto mientras el mismísimo James Bond llega a la ciudad de México. De hecho veo desde la ventana de mi hotel su llegada a la premier de su nueva película Spectre en el Auditorio Nacional. Parece que es fin de semana de acontecimientos (será por ser el día de los muertos) pero el otro día me crucé con Fernando Alonso en el hall del hotel. Y corría huyendo de los fans mucho más de lo que acabó corriendo en el Gran Premio… ¡perra vida!

equipo Logisfashion Colombia

Ya os digo, semana intensa de trabajo donde nos habría venido de perlas un par de 007s. No paramos entre negociaciones con clientes, partners, proveedores. Eso sí, dio para conocer un buen restaurante (como siempre actuó Carlitos de Cicerón). Acaba de abrir el cocinero asturiano Koldo Miranda el restaurante “El Gamberro” en Bogotá y me pareció un restaurante con alma, con sabor, algo que no es fácil de encontrar en los nuevos restaurantes de Bogotá que todos están muy bien pero que, al final, todos son muy parecidos: modernos, aseados…y un poco insípidos para mi gusto…ahhh…y caros, todavía muy caros a pesar de la devaluación del peso (y no os cuento si pedís vino).

¡Ayyy la devaluación del peso!….todo el mundo llora, como si se pensase que la era de las materias primas, que había convertido a países parias en los amos del universo, fuera a durar eternamente. Se creó ese espíritu típico de las burbujas que hacia crecer riqueza como hongos. Pero amigos, la riqueza que se crea de manera artificial desaparece igual que viene y sólo los de siempre sacan rédito de la misma; ¿Serán aquellos mismos los que las crean para sacarnos el dinero del bolsillo?

Bueno, vuelvo a la realidad que me voy por los cerros de Úbeda, lo dicho, el restaurante me pareció muy bueno porque, extraño en estos proyectos que ponen el apellido pero los chefs no están encima, consigue crear algo diferente, algo que sorprende, algo con “armonía” (aquí guiño a Paula).

También tuvimos ocasión de cenar con el equipo, con el que se va formando en Colombia/Panamá (donde en breve seremos ya más de 70 personas) y con el que se está desplazado apoyando con gran esfuerzo la puesta en marcha…Eva, Quim, Pere…y en breve Hector, Gonzalo, Oscar, David…todos contribuyen a este proyecto y sin él no seríamos nada.

Cenamos, nada más y nada menos en la versión capitalina de mi adorado Andrés carne de res…el Andres DC que impresiona por el tamaño (un edificio entero de 4 plantas remedando al original en Chía) con capacidad para 700 personas que llena día sí y día también. ¡Madre que negocio tiene el amigo Andrés! Eso sí, difícil trasladar el carácter y la personalidad del original. Se ve como lo que es, una copia perfectamente ejecutada.

Y aunque uno ya no da para muchas alegrías nocturnas y esa semana estaba especialmente cansado, no dejamos de ir a tomar la penúltima en la zona T en un sitio muy chulo de conciertos con una terraza espectacular (Armando Records) donde acababan de tocar los Planetas. Ese Fer se las sabe todas por la noche…

Logisfashion a la conquista del gran EE UU

Año ajetreado el 2015. No contentos con poner en marcha Colombia y Panamá donde tenemos al Pere sudando la gota gorda y restructurar totalmente China con Jose María y Ying sufriendo lo suyo, se me ocurre que estratégicamente Estados Unidos debe de ser la pieza angular del plan estratégico de Logisfashion a 2020. Y en eso llevamos todo el año, dándole vueltas a ver de qué manera somos capaces de entrar en un mercado tan complicado, tan maduro y tan enorme como el norteamericano.

Llevamos meses evaluando cómo, con quien y, sobre todo con qué dinero lo financiamos que no es baladí. Parece claro que el puerto de entrada será Miami pues es donde más relación hay con las marcas europeas que entran en EEUU y donde más van los latinoamericanos a comprar o a intentar vender…y ambos son nuestros clientes.

Queremos conocer las marcas americanas que ahora son grandes desconocidas para nosotros y, de esta manera, ser capaces de venderles nuestros servicios globales: en México o Colombia o Chile o bien en Europa o, como no, en China donde seguro que hay muchos servicios de Control de Calidad o de logística que les podemos vender…pero para eso hay que conocerlos…y por ello tenemos ya a una persona dedicada a recorrer el país, a conocer el mercado, a visitar a los clientes y definir qué haremos.

Porque será caro, no sólo valdrá Miami donde ya tenemos bastante definido como lo haremos. También necesitaremos estar en el área de Nueva York y en California porque si no estás allí no abarcas EEUU…..y este país es muy, muy grande.

Vengo de estar la semana pasada en Miami. Definiendo con nuestros socios actuales y conociendo potenciales partners para el desarrollo futuro. Es verdad que es un mercado muy competitivo donde, a diferencia de otros países latinoamericanos, existen muchos competidores especializados en logística fashion. Es un mercado maduro pero con un potencial muy alto y al que las marcas europeas están llegando en masa y creciendo mucho (no sólo los Inditex y H&M, también Primark, Mango, Desigual…y otros seguirán llegando pues aunque muy competitivo es un mercado enorme donde gusta la moda europea, un buen ejemplo es nuestro amigo Papo Kling que está vendiendo todo lo que produce y más…

miamiComo no, aunque nos quedemos en la zona más industrial de Doral (donde tenemos varios clientes, empezando por nuestros  amigos de Perry Ellis y el gran Joseph que siempre tiene a bien invitarme a conocer los mejores restaurantes de Miami beach) es menester dejarse caer por la península que constituye Miami Beach y admirar los edificios Art Deco ahora todos hoteles.

Así, el primer día (con un jet lag tremendo especialmente de Jose María) cenamos en el recién inaugurado Matador dentro del hotel Edition, marca boutique de la cadena Marriot. Todo muy trendy, (as usual), y la comida aceptable…especialmente el guacamole con guisantes, curioso pero rico. Acabamos tomando un cocktail en un hostel hípster «The Freehand» que está muy de moda, en su terraza llamada The Broken Shaker y en el que nos dijeron que los cocktails eran “excepcionalmente” baratos…mmmm…a 12$ el cocktail tampoco es que fueran tan baratos pero … ¡Miami ya se sabe!

Otro día, invitados esta vez, cenamos en el Casa Tua del que me habían hablado y que empezó siendo un club privado hasta que se reconvirtió en restaurante italiano de moda. Ambiente megapijo, mucha gente guapa y precios en consonancia. La comida no es memorable pero se deja comer…

Y para poco más dio el tema porque fueron 3 días de reuniones intensas  donde, sinceramente, creo que avanzamos mucho en la definición de la estrategia que nos tiene que llevar a los objetivos de Visión 2020 (no lo mencionéis delante de alguien de Logis que os tirará el móvil a la cabeza ;))

Ahh…se me olvidaba, la mejor comida sin duda, en un japo de estos fusión peruana en un polígono industrial regentado por unos venezolanos…de lo mejor que he estado en mi vida.

Había rumores de que iban a abrir en Barcelona…a ver si es verdad …Kamiko sushi bar en el Doral.

 

Key West y Miami beach…entre jubilados y DJ´s

Después de la peripecia con la policía, llegamos a Miami justitos para la cena. Eran sólo las 9:30 pero nos pusieron cara rara en el hotel «The Marquesa» cuando preguntamos por un sitio donde cenar a esas horas; ufff, aquí no se suele trasnochar mucho, nos dijo el amable conserje del hotel mientras nos ayudaba trabajosamente con las maletas. Y lo hacía de esa manera por su avanzada edad; cualquiera hubiera pensado que tenía edad más que suficiente para disfrutar de un merecido descanso en forma de jubilación. Claro, que en ese momento no vimos ni un alma en la coqueta piscina del hotel pues, como nos dimos cuenta a la mañana siguiente, la edad media de los huéspedes hacia que nuestro amable recepcionista fuera todavía un yogurín.

IMG-20150624-WA0008Pero vuelvo al tema de la cena, donde, tras varias gestiones conseguimos que nos atendieran en el restaurante anexo al hotel (también llamado The Marquesa pues, como la mayoría de las casas en Key West (o Cayo Hueso como curiosamente se traduce en castellano), era una mansión con ese nombre construida a fines del siglo XIX.

Como podéis imaginar, es Key West más un sitio de retiro para jubilados adinerados, que no una bacanal en forma de fiesta permanente. Sin playa pero con un puerto deportivo que permite disfrutar de la pesca y el submarinismo en la zona; hay que recordar la cercanía con Cuba de la que no dista más de 100 millas. Vaya, que para un día holgazaneando en la piscina da pero no para mucho más, así que a media tarde tomamos los bártulos hacia Miami Beach.

Paramos por el camino, en la isla de Marathon, a comer en un sitio curioso famoso por el marisco, en particular las langostas (ya se sabe que la langosta de la zona no es muy sabrosa y es a la gallega como el prosciutto  de Parma al jamón de Jabugo) que puedes degustar en cantidad al borde del mar y a precios populares. El sitio se llama “Key Fisheries” y creo que en fin de semana se pone hasta arriba así que conviene ir a horas intempestivas para las costumbres culinarias americanas (por ejemplo a las 3 de la tarde que para ellos no es ni chicha ni limoná…).

IMG-20150624-WA0004Claro que la llegada a Miami beach con nuestro Mustang descapotable fue a todo trapo. Gracias a Jorgito, que luego nos falló por motivos domésticos indeterminados, nos alojamos en el Shoreclub, vaya, en el mero, mero…  Hotel icónico en la zona norte de Collins con un diseño Zen que contrasta con el Art Deco de la mayoría de los hoteles de la zona. Como coincidía fin de semana la piscina se ponía buena desde prontito con un ritmo endiablado animado por los DJs y salpimentado por ellas y ellos luciendo tipo y bañadores minúsculos. Camareras hacendosas se afanan en saciar la sed y ganas de fiesta del personal lo que da lugar a un ambiente curioso (por lo menos para nosotros no acostumbrados a este percal) y bullicioso. Eso sí, cuando te has tomado 3 mojitos las cosas se ven de otra manera y te olvidas de la clavada que te van a pegar con los susodichos.

Para suplir los duros días de piscina  y las cenas memorables de la que luego hablaré, todas las mañanas a correr por Ocean Drive; 5 kms para abajo y 5 de vuelta con el caloret y la humedad te daban para lo que te echaran el resto del día.

IMG-20150624-WA0007Restaurantes; parto de una obviedad, los de moda todos caros, muy caros; especialmente si se te va la olla y pides vino (no lo hagáis, 3 veces lo que vale en un restaurante en España…en un restaurante de moda me refiero). Dejando de lado el aspecto precio, me gustó mucho el Zuma al que acudimos sobre todo por la promesa de Carlitos Gil de encontrar lo mejor de lo mejor en cuanto a público femenino (japo fusión en los bajos del Hotel Epic en el puerto de Miami, no en Miami beach), aceptable el Juvia (más japo fusión todavía, con unas vistas espectaculares y gente guapa) y normalito el Barton G donde ya había estado y que tiene más gracia la parafernalia alrededor de la comida que la comida en sí, muy normalita.

IMG-20150624-WA0009Me quedé con ganas de probar el famoso Versalles en Little Havanna, aunque si aproveché para dar una vuelta por Coconut Grove y tomar una cerveza con vistas a la bahía desde la encantadora terraza del pequeño hotel Gibraltar, sito en una pequeña isla residencial cuyo nombre no recuerdo pero que me pareció muy adecuada para despedirme de esos días de derroche y entrar de lleno en la vorágine de trabajo que me esperaba al día siguiente en la zona industrial de Miami. Y todo empezó con una cena en un restaurante italiano de polígono que parecía situada en otra galaxia comparada con el glamour del fin de semana…

Miami y los Keys

Pues sí, este es el año de la expansión de Logisfashion. No sólo vamos a crecer en España por encima del 40% y otro tanto en México, sino que acabamos de empezar en Colombia , en Panamá (como os conté hace poco) y  en Miami donde estamos operando vía un partner desde comienzos de año. Veo claro que el desarrollo de Logisfashion en el futuro pasa por una expansión importante en EEUU que va a vivir unos años de intenso crecimiento y de desembarco masivo de marcas europeas. El que hasta la fecha era un mercado vetado (o cuando menos difícil) para éstas, se está convirtiendo en objeto de deseo y esto lo demuestra los planes de expansión que allí tienen empresas como Inditex, H&M, Primark o Bestseller…y allí quiere y tiene que estar Logisfashion. Por otro lado también nos interesan las marcas americanas, con muchas de las cuales trabajamos en otros países pero que no tenemos el acceso para ofrecerles nuestro servicio global…ya sabéis aquello de ¡one stop to shop….desde Asia a todo el mundo!

Es cierto que hay marcas como Express, Bath & Body Works, Loft o Chaps por poner ejemplo de clientes en México que son auténticas desconocidas fuera de EEUU pero que son verdaderos monstruos y a las que tenemos que poder acceder….plan ambicioso, como debe de ser…

LOCATED IN THE MIDDLE OF THE OLD SEVEN MILE BRIDGE TRAVELERS VISIT THE MUSEUM ON PIGEON KEYAsí que, en medio de la vorágine de negociaciones con nuestro socio en Miami para ver de qué manera encaramos conjuntamente el crecimiento (hay feeling y eso es lo más importante, al final lo que necesitamos es, sobre todo, equipos y líderes que nos permitan crecer y a este socio le veo como Logis hace 10 años…pequeño pero con muchas ganas de hacer cosas), me dejé caer por Miami con objeto de conocer un poco la zona. Había estado un par de veces pero casi no había tenido tiempo de ver nada más que Miami beach y el recorrido en barco por la bahía y las casas de los famosos.

En fin que me llevé a Paula (siempre es glamuroso el viaje a Miami), nos alquilamos un Mustang descapotable (nos quitaron en el último momento el amarillo chillón por lo que optamos por un rojo carmín) y nada más aterrizar nos encaminamos hacia Cayo Hueso o Key West (no  es fácil entender el porqué de la traducción).

IMG-20150609-WA0003Esto merece un aparte; obviamente Florida es un destino turístico de primera en EEUU y el aeropuerto es un hormiguero de viajeros, muchos de los cuales alquilan coche y que buenos son los americanos para simplificar los trámites que en otros sitios tanto se complican y hacer los procesos eficientes. Y lo digo por el sistema para alquilar el coche. Accedes a un megaparking donde están todas las compañías (que son muchas) y desde que llegas al mostrador donde has reservado entras en un proceso rollo Disneyworld donde todo es sencillo, desde hacer un upgrade de coche (si te place), hasta elegir tú mismo el coche en el parking (dentro del grupo que has elegido y pagado) y posteriormente salir por unas casetas donde vinculan el contrato con el coche y fuera. La entrega ¾ de lo mismo…para tontos pero, eso sí, tontos pragmáticos. Chapeau!

Con Waze, que lo clava, nada más salir del parking, a eso de las 6 de la tarde que eran las 12 de la noche para nosotros, me marcó que estábamos a 300 kms de nuestro destino, el hotel Marquesa de Key West…ufff…a ojo de buen cubero pensaba que no más de 100 kilómetros o una horita…y como la autopista que cruza los cayos (que realmente son islotes) no permite correr mucho, me marcaba que no llegaríamos hasta las 10 de la noche…

Entre eso, el tráfico de salida y que la llamada autopista de los caimanes acaba siendo un poco sosa, fui poco a poco desesperándome y pisando nuestro “convertible” por encima de lo reglamentario. Parece que, además, cuando anochece la ruta se llena de cocodrilos cruzando (los everglades están pegados) lo cual debía de hacer aún más emocionante el trayecto. Cayo Largo, Marathon, la isla de los ciervos (curiosamente plagada de ciervos, no sé bien por qué…). Fuimos avanzando mientras anochecía y el conductor se desesperaba por el cansancio, el hambre, la certidumbre de que no llegaríamos a tiempo de cenar…hasta que cruzamos el famoso puente de las 7 millas y lo que era un coche aparcado a nuestra izquierda se convirtió en un parque de atracciones y comenzó nuestra persecución.

“Mierda…nos han pillado con el carrito del helado”

A partir de aquí, todo muy americano. Aparcamos en el arcén mientras el coche de policía camuflado para detrás nuestro con toda la parafernalia. Policía tipo armario rubio con linterna en la mano izquierda y mano en la culata de la pistola, luz que me  ciega mientras yo, por prudencia, pongo ambas manos en el volante, preguntas de rigor sobre el motivo de la alta velocidad (75 millas por hora cuando el tope era 55); “I didn’t realize”; papeles y pasaporte y policía que se vuelve a su coche donde se parapeta durante un buen tiempo.

Cuando ya estaba convencido de que dormiría entre rejas porque superar por 20 millas el limite…, en eso que vuelve el agente del orden y me entrega la documentación, a la vez que me entrega la denuncia y el procedimiento para efectuar la reclamación pertinente o, en caso de estar de acuerdo, proceder al pago de la misma. Me pareció excesivamente complicado para ser EEUU, tenía que llamar a un teléfono para que me dijeran la cantidad y luego mandar el dinero por correo. Fue en ese momento cuando me di cuenta de que no lo iba a hacer bajo ningún concepto así que dije que si a todo (me insistió, imagino que por procedimiento interno, en si tenía alguna duda y, aunque las tenía todas, le dije que no). Finalmente pudimos continuar nuestro trayecto ya de noche cerrada. Espero no saber más del asunto…

Ay…y ahí me acordé de lo fácil que se cierran estos temas en México, cuando los policías tienen su propio código interno y se “olvidan” el libro de multas cuando salen a poner multas…

Logisfashion en Panamá

Paralelamente con Colombia, estamos desarrollando el proyecto de Logisfashion en Panamá. La verdad es que es un enclave estratégico pues, como bien sabréis y por extraño que parezca, el Canal de Panamá ¡está en Panamá!

IMG-20150525-WA0007El mismo que están actualmente ampliando construyendo el tercer canal y donde se ha enfangado (y de paso ha enfangado la imagen de todas las empresas españolas) Sacyr. El mismo que durante años intentaron construir allá por el siglo XIX los franceses encabezados por el ingeniero Ferdinand de Lesseps que se empeñó en hacer un canal a ras de suelo, horadando las montañas que se cruzaba por el camino. No contó con que era cruzar la selva, ni contó con la malaria que se llevó por delante a muchos miles de trabajadores incapaces de aguantar las condiciones infernales del trabajo. Finalmente, arruinados, acabaron desistiendo y fueron los americanos los que finalmente llevaron adelante el proyecto pactando con el gobierno colombiano a la que en esos años pertenecía el territorio.

Fueron 2 las claves del éxito de la empresa; contar con un sistema de vacunación contra la malaria y eliminación de aguas estancadas que permitió reducir los índices de mortalidad de los trabajadores y no hacer el canal a nivel sino con un sistema de esclusas. Imagino que también tendría que ver la organización y logística del ejército americano (seguro que muy superior a la iniciativa francesa).

El hecho de que el Canal cruce Panamá, hace que en la parte Atlántica del mismo (en la Pacífica está la Ciudad de Panamá), se haya desarrollado una Zona Franca (la Zona Libre de Colón) que, probablemente, es la más importante de América como hub logístico (lejos, eso sí, de las asiáticas). Es también una zona bastante caótica, incluso peligrosa si te adentras en la ciudad de Colón y complicada de encontrar espacios libres pues es muy demandada por los empresarios locales y foráneos que quieren aprovechar las ventajas en cuanto a pago de IVA y aranceles. Afortunadamente, nuestro socio local es dueño de varias naves en la zona por lo que tenemos el factor nave asegurado.

IMG-20150525-WA0005La Ciudad de Panamá, donde llegamos bien tarde y estuvimos sólo un día viendo temas de abogados y poniendo en marcha el cotarro, tiene bastante gracia. Contrasta los nuevos edificios en las zonas de desarrollo hacia el oeste con la ciudad vieja colonial. Mucho dinero ha entrado en los últimos años de origen, cuando menos, de difícil justificación convirtiéndolo, por sus especiales condiciones fiscales, en un centro financiero mundial. Esto ha hecho que se desarrollaran construcciones que recuerdan más al desarrollo de ciudades chinas que centroamericanas. Van ganando permanentemente terreno al mar, de hecho, el hotel que estaba en primera línea ya le han metido la costanera y un bonito, eso sí, paseo marítimo que recorre todo el malecón. Más penoso me parece el cinturón que se han inventado  para circunvalar el casco viejo por el mar…será útil pero es feo, feo…

IMG-20150525-WA0006El Casco Viejo, que es pequeñito, tiene mucho encanto. Con edificios rehabilitados, bonitas vistas a la bahía (pena de circunvalación) y buenos restaurantes. Nos dejamos caer por el Tántalo que se pone muy animado y donde después de cenar (comida internacional sin más) te puedes tomar una copa en la terraza de la azotea con maravillosas vistas…y con americanos pedorros bien borrachos a base de tequila matarratas (si no que le pregunten a Yuri que me acompañaba).

Falta un poco de trato al cliente. Tal vez porque sea un país donde el turismo no hace tanto que se desarrolló y el sector servicios no es el más destacado. A modo de ejemplo lo que me pasó cuando llegué al Tántalo y pedí la mesa que me habían reservado desde el hotel (haciendo la llamada delante de mí).

No tiene reserva, caballero” un negro enorme pegado a una carpeta donde apuntaban las reservas.

Si, mire, han llamado desde el hotel Miramar…yo estaba delante cuando han hecho la reserva para las 9 a mi nombre

Le digo que no está apuntado, eso ocurre muchas veces, dicen que le han hecho la reserva y no es verdad

no diga tonterías” me salió “¿para qué van a hacer eso?”

IMG-20150525-WA0008Ufff…y lo peor es que había mesas de sobra pero tomó el negro enorme la postura de indignado por mi comentario y acusándome de faltarle al respeto me obvió y pasó al siguiente de la cola…Tuve que contar hasta 10, comerme mi orgullo, disculparme como si realmente le hubiera insultado y al final conseguí la mesa…

aunque ya os digo que había mesas de sobra….

Sobreviviendo en Acapulco …

La idea era desayunar en un restaurante famoso que estaba pasado Cuernavaca, a unos 100 kms de nuestro punto de salida. Y efectivamente paramos en 4 Vientos a tomar tacos de cecina con requesón (deliciosos) pero a la hora del almuerzo. Tardamos 4 horas y media en recorrer 100 kms! Y no fue lo peor, lo peor vino después ya que ni mucho menos se arregló la carretera. Siempre indicaba Waze accidentes que nunca vimos. Lo cierto es que, de esta manera en caravana y el pobre Jorge al volante con la cabeza como un bombo (hay que resaltar lo bien que se portó Alonso, el bebé de Jorge y Pau aunque, como es normal, hubo algún momento de nerviosismo en el vehículo). Y fuera a 37º C, menos mal que no se averió el coche ya que ibas viendo que, sobre todo los coches viejitos se iban quedando en la cuneta de manera exponencial…

Nunca me olvidaré de la hora adicional que supuso circunvalar la capital de Guerrero, Chilpancingo, que es tan fea como su nombre. Y todo por la cola de coches que intentaban poner gas en la única gasolinera en muchas millas…

IMG-20150504-WA0004Finalmente llegamos a destino. Eran casi las 6 de la tarde tras 10 horas de viaje y aquí sí que empezamos a cuidarnos. Lo primero parar a comprar una michelada de litro bien fría y con esta a la piscina del fraccionamiento donde tienen la casa Arturo y Ceci.

¡Qué grandes anfitriones! Rápidamente habíamos olvidado las penurias del viaje y estábamos degustando un coctel de camarones, sopecitos, pescadillas y…”almejas rasuradas”. Si, a mí también me extrañó el nombre aunque tampoco quise dar demasiadas explicaciones sobre el significado en España. Eso sí, si había que comérselas, mucho mejor rasuraditas…Y allí nos quedamos en la terracita, fumando un buen puro y dando buena cuenta de una botella de Zacapa, que abrimos y cerramos esa misma noche entre Jorge, Arturo y ese amateur que suscribe.  ¡Qué tipos más competentes con el vidrio!!!!

IMG-20150504-WA0003Y el sábado, como no podía ser de otra manera, nos dedicamos a castigar el cuerpo. Chilaquiles de desayuno con coco natural (me negué a que me echaran ron desde tan temprano). Indulgencia con el cuerpo en la piscinita (con su aperitivo de jamoncito ibérico con prosecco) y a comer al Beto Godoy en Barra Vieja. Es, probablemente, el restaurante más popular de Acapulco donde te sirven los pescados hechos a la parrilla que tú mismo eliges. Huachinangos, robalos o mojarras enormes al mojo de ajo o a la talla (enchiladas y con achiote). No puede ser más auténtico en mesas corridas bajo una palapa al borde de la launa de 3 palos. Delicioso con la salsita de aceite picante y una buena chelita helada…

Y lo de la noche fue otra experiencia; completamente diferente, eso sí, pero igual de espectacular. Resultó ser el día de la pelea del siglo entre Meyweather y Pachiao. Gringo contra filipino. Claro está todos íbamos con el filipino (hasta 100€ apostamos y perdimos).

IMG-20150504-WA0005Me quedé sorprendido con las cifras que mueve una pelea de box. 200 millones de dólares para Meyweather y 120 para el filipino…En Europa se sigue entre 0 y nada pero en México es todo un acontecimiento. Así que un vecino muy simpático había reservado mesa en el restaurante más espectacular de Acapulco, con vistas sobre la bahía el Becco no es donde mejor se come, ni donde mejor relación calidad precio dan (es caro de cojones) pero, efectivamente tiene unas vistas sobre la bahía que quitan la respiración. Y allí se acumuló toda la gente guapa del DF para ver el combate. Nuevamente, me di cuenta que nada como tener el restaurante de moda para que seas el gallo del corral; había que ver las viejas en la mesa del dueño (al que todos llamaban por otro lado el cabezón…)

IMG-20150504-WA0006Ahh…y no os había contado la experiencia con el mar de fondo porque, si, también nos dio tiempo para ir un poco a la playa. Quería montar Jorge todo un entramado  de toldos, sillas y neveras con chelas pero se lo desaconsejaron porque el oleaje y el mar de fondo estaban cañón. De hecho estaba medio cerrada la playa. Yo me metí «con un par» porque no daba sensación de peligro pero, cubriendo por las rodillas entendí perfectamente lo que era el mar de fondo. Entra como un tsunami, el agua se te acerca y ves la ola apenas elevándose sobre el nivel del mar, pero la vuelta de esa agua es criminal. Notas una potencia desmesurada que casi me tiró y me impedía avanzar (ya os digo, cubierto por las rodillas, no más..). Ya fuera, y con estos riéndose de mí y casi a la altura de las edificaciones (normalmente el agua llega 30 metros más lejos) vino hacia nosotros una especie de tsunami verdadero.

Nos reímos al principio de unas chicas que a media distancia eran arrastradas en lo que creíamos que era un juego. Pero es que lo que nos venía cubriendo las rodillas empezó a subir y a empujarnos hacia adentro a la altura del pecho (a todo esto Jorge con mi celular y Arturo con mis gafas). Y lo peor vino cuando la ola rebotó contras las paredes arrastrando en la vuelta, troncos, una portería que acababa de destruir y toda la bisutería de una pobre vendedora que tenía montado el puesto y se quedó sin género, ni puesto y sin habla.

Tuvimos que esquivar los troncos que venían a una velocidad considerable y que, de habernos dado en su retorno sin control nos hubieran roto la pierna o la cadera sin duda. Fue un buen susto aunque al final la única baja fueron las chanclas de Jorge (gracias al Consejo de la vendedora yo había dejado las mías en un techo que resistió). Es en una situación así cuando entiendes la fortaleza del mar y lo que tiene que ser un tsunami…

Y para que no parezca que el fin de semana entero estuvo dedicado a hacernos daño, no voy a contar la velada con los buenos amigos Zoe y Héctor, que son íntimos de la acogedora familia y que han tomado mucho cariño al gachupín que se bajó 6 tequilas para asombro del personal (y el suyo) y que hasta las 4 no se retiró a sus aposentos…

Acapulco…mereció la pena las 10 horas de viaje

Tras celebrar el Consejo de Logisfashion en España en el que se acordó apostar por el crecimiento de Logis que nos tiene que llevar a una facturación de 50 millones de€ según objetivo del plan de negocio a 2020, tomé junto con el gran Villa el vuelo a Bogotá desde Madrid.

Este iba a ser el viaje de las grandes palizas. Y todo empezó con uno de los trayectos en avión que se me han hecho más largos, probablemente fruto de que venía con la cabeza embotada y que dormí en el avión mucho menos que en otros viajes. De hecho, de las 10 horas y media, no debí de dormir más de 1 horita…y estar 9,5 horas sentado se te puede hacer muy largo. Además, era llegar a Bogotá, ir al hotel que estaba cerca del aeropuerto y, a las 6 de la mañana en pie para tomar el vuelo a la Ciudad de México. Ya sé que es extraño pero es largo de explicar. Sólo deciros que era la única opción para poder llegar a tiempo al motivo por el que hube de cambiar todos mis planes de viaje: la visita a nuestro centro de Cuautitlán (México) de uno de los gerifaltes de Puma a nivel mundial. Y es que llevamos mucho tiempo tratando de trabajar con ellos en México por lo que de ninguna manera podía saltarme esta visita y  tenía que apoyar al equipo de Logis México.

Llegué hecho polvo a México y además me tuvieron todo el día con reuniones e historias. Al final conseguí escabullirme sobre la 9 de la noche y que me dejara Yuri en el hotel saltándome la inauguración de la tienda en Antara de un nuevo cliente (los españoles de BDBA). Es que no podía con mi alma y todavía tenía que preparar cosas para la reunión del día siguiente.

Creo que ésta última fue un éxito y la imagen que se llevaron de Logisfashion hace justicia al gran trabajo que se está haciendo en México. Recordad que en México llevamos 3 años seguidos creciendo al 60% y este 2015, con la apertura del nuevo centro en Cuautitlán, seguiremos por encima del 50%. Eso sí, este año la competencia será dura porque España también plantea crecimientos importantes (por encima del 45%) y está la puesta en marcha de Colombia, Miami, Panamá…vamos que no nos aburrimos.

Celebramos el éxito de la reunión con Yuri en el restaurante que, hasta la fecha era el más trendy de Polanco (La Única) pero que, como suele suceder en la Ciudad de México a una velocidad de vértigo, lo vi un poco menos de moda que hace un par de meses. Incluso conseguimos mesa con un solo día de antelación. Eso sí, estaba lleno a rebosar…

IMG-20150504-WA0004Estaba dudando en que hacer el fin de semana que, además era largo pues coincidía con el puente del 1 de mayo, cuando se cruzó mi buen amigo Jorge en el camino y me invitó a casa de sus suegros en Acapulco. Me pareció una magnífica idea pues, lo sabréis bien los que habéis estado por tierras mexicanas, la hospitalidad de los mexicanos es una de sus grandes virtudes (y tienen muchas). Saldríamos el viernes 1 de mayo a las 7 de la mañana para evitar el tráfico. Yo ya estoy acostumbrado a estos horarios cuando vengo a Latinoamérica así que me pareció hasta bien. Me iría a la cama prontito, las 6 de pie y a las 11 podríamos estar ya en Acapulco evitando todo el tráfico de salida de la Ciudad de México. Ya de por si caótico, en esta ocasión se unía el puente y no sé qué otra historia con los colegios que hacía que el martes no hubiera escuela.

Ilusos de nosotros. Todo fue bien hasta el embudo que se formaba en la salida de la carretera a Cuernavaca. Es cierto que habíamos salido a las 8 en lugar de las 7 pero pensábamos que sería suficiente. Y no lo fue. Empezó entonces una carrera contrarreloj de Jorge (siguiendo indicaciones de google maps) y Pau (aconsejado por Waze) para encontrar un camino alternativo que, huelga decir, nunca lo encontramos. Callejeamos, subimos, bajamos, dimos la vuelta y siempre acabábamos de darnos de morros contra la realidad, salir de la Ciudad de México nos iba a llevar mucho, mucho tiempo. Mención especial para una calle (la del Congreso) a la que no sé muy bien cómo llegamos pero en la que estuvimos una hora parados. Aderezado por una llamada desagradable de un cliente de quien no doy más datos porque no lo merece…y la mención de google según la cual en esa calle en el último mes habían ultimado a 5 muertitos…¡así son las cosas en México!

En Tlacotalpan, cuna de Agustín Lara

IMG-20150407-WA0018Después de las magníficas atenciones en casa de los Gil con sus 2 magníficos anfitriones (Carlos y Mari Carmen) enfilamos hacia casa de unos buenos amigos de estos últimos que tuvieron a bien invitarnos a su casa (o mejor dicho museo) en la pequeña localidad de Tlacotalpan, cuna, dicho sea de paso, de Agustín Lara.

Sita a lomos del caudaloso río Papaloapan que cada 2 por 3 anega la localidad mediante insospechadas crecidas. Esto es un problema cuando tienes una casa como la de los Gómez Sañudo, pues no sólo la casa es parada obligada de los trenecitos turísticos que recorren la localidad, sino que hasta el más mínimo detalle está  cuidado por la hospitalaria Adriana. Todo es tan bonito que da pena tocarlo. Hasta un sombrerero colonial para dejar nuestros panamás (que si, ese día nos los habíamos puesto pues tocaba vestir de gala) y un carrito de bebidas al que no le faltaba detalle (ni aperitivo imaginable).

IMG-20150407-WA0023Como todavía era pronto, empezamos a hincar el diente a unas empanadas deliciosas recién hechas junto con un tequilita. Antes de comer, aún hubo tiempo de dar un paseo por el río en una embarcación clásica de la zona convenientemente rehabilitada. Y se nos fue uniendo más gente siempre agasajada por nuestros anfitriones.

Y es que en Tlacotalpan se toman los toritos; especie de licor de leche con sabores (coco, cacahuate o guanábana) que se sirve helado y que entra muy, muy fácil amparado por el calor tropical, la sed y el sabor dulzón. Sin embargo tiene casi 40 grados…y eso se nota cuando te levantas de la silla. Como no, probamos todos los sabores…

IMG-20150407-WA0016¿Se les podría considerar anfitriones profesionales? Cuando sirvieron la comida, por supuesto una camarera ataviada como era menester (que junto con la cocinera jefe, 2 pinches, el chófer y algún otro personal que no supe que hacían formaban parte de la guarnición de la casa), deduje que sí; que no sólo eran profesionales, sino que disfrutaban haciéndolo y eso se nota. Especialmente en la comida; deliciosa toda ella pero bañada con un riquísimo Marqués de Riscal Reserva y acabada con una ¿sólo una? copa de tequila añejo (imagino que carísimo).

Aquí José Luis sacó su repertorio de sentencias mexicanas para adular al buen bebedor. Me gusta el uso del lenguaje que hacen en México cuando te consideran “muy competente” en el tema del alcohol: “a fulano le gusta el vidrio” indica que fulano es buen bebedor (o competente como decíamos antes). Y pocas veces tan pocas palabras expresan tan bien lo que quieres decir.

IMG-20150407-WA0021No os he hablado de 2 atracciones imperdonables en Veracruz: el acuario (uno de los más bonitos de México) y el fuerte de San Juan de Ulúa que fundó Juan de Grijalva al mando de Hernán Cortés durante la conquista. Se hizo en lo que antes era una isla frente a Veracruz, cuando fundaron la ciudad para protegerse de los piratas y que fue desde casa del gobernador hasta prisión donde estuvo, entre otros el famoso bandolero “Chucho el roto” que escapó varias veces de la prisión donde lo tenía encarcelado Porfirio Díaz. Anteriormente había estado en manos de los franceses durante la guerra de los pasteles que acabó con Maximiliano en el trono de México y, posteriormente, del ejército americano que invadió México en 1847. También cuenta la leyenda que estuvo la mulata de Córdoba que, encarcelada por la inquisición, escapó en un barco que previamente había pintado en la pared de su celda….

Tierra jarocha, tierra hospitalaria

IMG-20150309-WA0005Tras una semana de reposo total, tostándonos al sol, nadando con delfines y castigando el cuerpo con todo tipo de alcoholes (especialmente tequila en todas sus versiones pero también le dimos a la piña colada) llego la hora de dejar Xcaret, allí donde mi hijo dijo muy serio: “Papi, yo he nacido para esto” porque había animales por doquier (iguanas, serpientes, venados, guacamayos, tortugas gigantes)…¡un paraíso para él!

IMG-20150323-WA0019Arrastrábamos una situación no muy placentera a la llegada fruto de un “malentendido” según el hotel, una estafa flagrante según nuestro parecer que todavía, tras muchas visitas a la recepción del hotel Occidental Xcaret y muchas veces preguntando por su Director (un gallego muy amable de nombre Jose Manuel) todavía no habíamos podido resolver (ni resolveríamos porque ya había llegado esa fase de las discusiones comerciales en que la otra parte se declara incapaz y escala a alguien a quien nunca vas a ver en tu vida). Pero hasta el último momento seguimos dando la matraca y, al menos, algo nos abonaron; creo recordar que nos dejaron hacer un “late check out” que nos vino bien pues nos recogían a las 3 de la tarde para ir al aeropuerto y así pudimos estar en la piscina mientras esperábamos, ya que nuestro vuelo al puerto de Veracruz despegaría a las 19 horas teóricamente.

Vivaerobus era la compañía y, efectivamente, la hora de salida era teórica pues cuando llegamos al aeropuerto, con mucho tiempo de anticipación pues fuimos previsores, el avión que nos había de llevar no había siquiera salido de Veracruz, pero es que antes debía de ir al DF, volver a Veracruz y, finalmente venir a Cancún a recogernos. Hora prevista de salida: 1  de la mañana (si todo iba bien que no lo fue). Nos tocaba pues esperar 7 horas, que luego fueron 9 en la pequeña terminal del aeropuerto de Cancún… ¡qué malos recuerdos me trae este aeropuerto! Y lo peor es que parece que es algo normal en esta aerolínea… ¡que desastre!

IMG-20150323-WA0016Para más INRI, como si no te tocaran los huevos suficientemente, es de esas aerolíneas que llevan al límite el tema de los kilos a facturar y te cobran millonadas por el exceso. Como había tiempo y con un amable muchacho que se encargaba de retractilar las maletas para evitar robos, hicimos el cálculo de lo que debíamos de pagar: casi 300€ por el exceso. Pero había una solución, repartir los kilos de más en otra maleta a la que teníamos derecho por ser 5 viajeros y sólo llevar 4 bultos. Él nos vendería un petate por el módico precio de 30€ (negocio redondo para nosotros que ahorrábamos 270€). Así lo hicimos y generó una angustiosa situación de ropa sucia transferida de un lado a otro, alguna chorrada comprada que quedó en tierra y 2 botellas de tequila regalo una de Yuri y otra no identificada que mi padre puso con toda su ropa. Claro está, una se rompió y marcó el resto del viaje de mi padre que ya no sólo bebía  tequila sino que toda su ropa olía a tequila.

Para no hacer el cuento largo, el avión salió a las 2:30 y hasta las 5 no llegamos al hotel en Veracruz. Hubo incluso un intento de motín de los viajeros ya en el aeropuerto de Veracruz porque no salía el equipaje y alguien lo achacó a que lo habían mandado en otro vuelo con no se sabe cuál destino indefinido (tampoco quedaba clara la razón pero a mí se me hizo algo natural pensar así después de tantas horas de tute). Lo peor es que a las 9 teníamos hora con los delfines en el maravilloso acuario de Veracruz (organizado por el gran Carlos Gil) pero se nos hizo una montaña imposible de escalar.

IMG-20150323-WA0017Fueron 4 días en el Camino Real de Veracruz donde las atenciones fueron inmejorables. Desde las comidas y cenas cocinadas por el gran chef Carlitos (con menú impreso y él vestido como corresponde) en su precioso apartamento de Boca del Río (qué rico todo, el salpicón de jaiba especialmente delicioso…y los vinos y los tequilas…tonterías las justas), hasta los desayunos y cenas en la cafetería más famosa de Veracruz: El Gran Café de la Parroquia que data de 1808 cuando la inauguraron emigrantes españoles y que tiene varias sucursales: la original, la del bicentenario y algunas copias distribuidas por la ciudad. Impresionante como sirven el café y, sobre todo la leche, en una suerte de escanciado que la hace especialmente sabrosa pues genera una espumita deliciosa. Si acudís, id con la idea de hacer cola pues siempre está a tope pero merece la pena no sólo por el glamour del sitio, sino también por observar a la gente y sus hábitos; ¡meros trabajadores todos!

Y de excursión nos fuimos al preciosos pueblo de Tlacotalpan, cuna de Agustín Lara, pero esa maravilla os la cuento en la próxima entrega…

¡Qué policía más atento en Cancún!

Llegamos mi padre y yo a Cancún  sobre las 7 de la tarde después de un día turístico, con tiempo pues Paula no llegaba con los niños hasta las 10pm (y más todavía cuando vimos que el vuelo traía un par de horas de retraso). ¡Qué pereza!…y pensé en la lata que debían estar dando mis 2 monstruitos que cruzaban el Atlántico por primera vez…pues no son precisamente, tranquilos.

IMG-20150309-WA0003En fin, que nosotros también estábamos cansados después de la escena de los sombreros en Becal, de llevar a Carlitos al aeropuerto de Mérida y de visitar Puerto Progreso. Curioso puerto de mar, balneario de los habitantes de Mérida ya que se encuentra a menos de una horita de ésta. Y por lo visto uno de los puertos desde donde más droga sale de México en dirección a los EEUU (eso lo leyó, como no, mi padre en alguno de los cientos de libros que lee sobre el narco). Pudimos tomarnos un par de daiquiris de banana en la playa (flanqueada por un horrible puente de hormigón con destino al puerto que se encuentra varios kilómetros mar adentro). Seis kilómetros nos dijo un muchacho aunque a mí me parecían muchos menos, y seguro que eran menos, salvo que los pesados camiones lo cruzaran a 220 kms por hora.

Comimos rico bajo una palapa presenciando la victoria del Atleti en Bilbao. Era claramente un sí o sí, o nos lo ponían o nos íbamos a otro sitio y, finalmente cedieron aunque hubiesen preferido poner un partido de futbol americano que, sin duda, tenía más seguidores. Y, eso sí eufóricos por la victoria y alguna cerveza de más, emprendimos el camino hacia Cancún con varias horas de espera hasta poder recoger a la familia y tirar para nuestro hotel en el parque de Xcaret.

Mi padre propuso ir hacia la zona hotelera de Cancún a tomar algo. Él pensaba en beber algo, yo en comer y beber. El nunca entiende que yo tenga hambre porque dice que nunca cena. Luego cena como el que más, devora diría yo.

IMG-20150309-WA0005La zona hotelera de Cancún es una lengua rodeada de mar. Como la Manga del Mar Menor pero a lo bestia, a lo muy bestia. Con mega hoteles de las grandes cadenas al lado este y restaurantes y discoteques al lado oeste sobre lo que creo que es una especie de laguna. No era fácil encontrar el sitio donde ir porque los hoteles parecían vedados a alguien que sólo buscara tomar algo (nos daba la impresión de ser todos demasiado imponentes y con el tema de la pulserita) y los restaurantes demasiado elegantes para lo que buscábamos (picotear algo, no pegarnos el homenaje del siglo). Así, dimos un par de vueltas lengua arriba y lengua abajo. A todo esto, la gasolina llevaba un tiempo en reserva y mi padre estaba empezando a  ponerse nervioso.

“Venga, pues doy la vuelta y vamos al primer sitio que veamos”

Pero es que en México los cambios de sentido no funcionan como en Europa. En general se puede hacer cambio de sentido en cualquier sitio marcado como tal. Me sorprende siempre cuando en la autopista tienes los cambios de sentido y las consiguientes incorporaciones de los de la vía contraria. Imagino que será causa permanente de accidentes.

Pero también tienes los que parecen un cambio de sentido pero no están marcados como tal. O están marcados pero un poco más adelante. Y son iguales. En fin, que tomé el primero, el que no estaba marcado y que, por supuesto, está vigilado por un policía. Me imagino que se lo turnan. Es un poco como el vendedor de kleenex del semáforo; no os habéis preguntado nunca por qué, por muchos coches que pueda haber en un semáforo, sólo hay uno por puesto.

Pues eso, que doy la vuelta, me incorporo tranquilamente e, inmediatamente, veo una moto haciéndome señales a mi vera. Al principio me cuesta interpretar lo que quiere (no soy un hacha en estas situaciones), pero rápidamente asumo que es un policía por su cara de satisfacción. “Mierda…” y paro el coche

Con parsimonia, probablemente regodeándose de su buena suerte, se acerca por mi espalda. Yo no me muevo recordando lo que se cabrean los policías gringos en estas situaciones si pretendes abandonar el vehículo. Aunque este no parece peligroso. Es más, sorprendentemente, una vez que abro la ventanilla, me ofrece su mano enfundada en un guante blanco primoroso (yo diría que incluso de seda natural)

buenas noches caballero…me permite su licencia”

Lógicamente yo saco el carnet de conducir pero mi padre empieza a rebuscar en la guantera pensando que nos pedía la licencia del coche.

¿es que es un coche alquilado, sabe Vd.?” se le oye farfullar sin darse cuenta de que yo le había tendido mi carnet…

Mmmmm…no se preocupe caballero…Andany, no?” me pregunta (conviene aclarar que Andany es mi apellido materno pero el hombre entre que no le era familiar el carnet o el estar pensando en su suerte, lo confundió con mi nombre de pila). Como esto lo pensé después simplemente asentí estúpidamente

No se preocupe caballero, no es necesario, con este nombre….Andany seguro que es hombre de bien” continuó, lo cual, he de decir, me satisfizo bastante.

¿Ya vió que se saltó la señal de prohibido girar?”

“pues no lo ví pero estoy seguro de que Vd. la vio mejor…” qué le iba a contestar

“Claro, claro…” musitó “y fíjese que no traje el boletín” (un policía que para a alguien para ponerle una multa y no trae su boletín, que extraño!)…”me tengo que quedar con su licencia y llevarla a la comisaría… (Que está lejísimos le faltó añadir) y puede pagar su multa ahí y recogerla el próximo día laborable (era sábado por la noche)…no se preocupe”

“pero…como puedo recogerla si no podré conducir…? ¿Cómo no me voy a preocupar?”

“Claro…no podrá…y además seguro que tiene que salir de viaje…”

“Exacto…tengo que salir de viaje” me lancé viendo una salida clara… “¿y de cuanto es la multa?”

Aquí me soltó de carrerilla el código de circulación sin permitirse divagar un ápice. No sequé de nosecuantos salarios mínimos por la infracción estipulada en el artículo tal del tomo cual…”y eso cuanto es en $$$$?”

“Pues mire caballero, si un salario mínimo son xxx$ y son x salarios mínimos…” vamos que salían unos 2.000$ o unos 120€

Y aquí lanzado, le eché una mirada cómplice y le pregunté con firmeza “y no se puede arreglar de alguna manera? Que le parece 500$ (aprox 30€)?

Y me enterneció su reacción. Puso cara de lástima y encogió los hombros dando por hecho que el trato estaba cerrado aún sin decir esta boca es mía.

Y efectivamente, como hombre cumplidor que era de esa manera tan beneficiosa para mis intereses cerramos el trato y le di las gracias.

Como también era un profesional, se despidió de mí ofreciéndome nuevamente su lustroso guante de seda, me advirtió que pronto me quedaría sin gasolina y finalmente dejo esta frase lapidaria.

Don Andany, vaya con cuidado por favor, una multa se paga con dinero pero las imprudencias se pagan con la vida