Chiapas, tercera jornada y despedida: Cañón del Sumidero y Chiapa de Corzo.

Al día siguiente, hice la imprescindible excursión al cañón del Sumidero. Esta se hace en lancha desde la pequeña población de Chiapa de Corzo, recorriendo los 42 kms del río Girijalva hasta la presa de Chicuasen. La parte más alta de eleva 1.000 metros por encima del nivel del río (bastante más que el del Colorado) y desde allí se lanzaron los indios Chiapas suicidándose para evitar ser capturados por los españoles. El difícil acceso hace que el río, a pesar de la cercanía a la civilización que se aprecia por las muchas botellas de plástico flotantes, esté poblado por  enormes cocodrilos, iguanas y preciosas garzas. También se pasa por la isla de los zopilotes (buitres).

Por cierto, se aproximan las elecciones presidenciales y el país se ahoga en publicidad electoral. En Chiapa de Corzo pude presenciar un acto de fuerza del PRI (que casi seguro volverá al poder después de 12 años terribles del PAN); alrededor de la oficina municipal del partido (el edificio más importante de la plaza principal) numerosos indígenas se arremolinaban a la espera de que les regalaran botellas de Coca-Cola…me recordó a cuando los grandes partidos en España meten en autobuses a jubilados que, a cambio de presenciar el mitin del líder de turno, reciben un bocata y una lata de bebida y, aparte, pasan el día de «fiesta».

Eso sí, a pesar de que Chiapas está actualmente gobernada por el PRD, seguro que el “güero” Velasco, candidato del PRI, sale elegido como próximo Gobernador del Estado. Como me decía el taxista: “mis respetos al PRI, robaban pero daban…no como estos…”

Buen fin de semana.

Segunda etapa en Chiapas: San Juan Chamula.

Fundamental es la visita a San Juan Chamula; los chamulas son una variedad de los Totziles (no sé si variedad es la forma de definirlo pero queda mejor que tribu…). Se caracterizan (en general todos, pero los chamulas quizás en mayor medida) por una curiosa forma de ejercer la religión; si bien son católicos, son animistas y evangelistas pues adoran a San Juan Bautista por encima de Jesús. Se podría decir que sus ritos han reinterpretado la religión de sus ancestros, junto con las imposiciones religiosas de los conquistadores.

El sincretismo se observa nada más entrar en la iglesia de San Juan; los santos se exponen en vitrinas a lo largo de toda la nave y son venerados por los fieles. Para ello, encienden cientos de diminutas velas, queman incienso generando nubes, les ofrecen comida y  Coca Cola y algún que otro sacrificio de pollos. La nave está desnuda, no hay bancos,  y todo el suelo de la iglesia está lleno de hojas de pino como ornamento. Los fieles se agrupan en torno al mayordomo (cargo similar, por lo que entendí, a un sacerdote) y se dedican a compartir una botella de un trago mortífero que llaman posh. Como lo hacen sentados en el suelo, ellos con una especie de túnica de lana de borrego negra y ellas con sus chales coloridos y los niños revoloteando, parece más un botellón que un acto religioso.

Entablé conversación con un hombre que estaba sentado en lo que parecía un confesionario y me confirmó que, cuando un santo se porta mal, le dan la vuelta y lo castigan mirando a la pared. Este hombre estaba eufórico (primero pensé que de hablar conmigo pero en breve me di cuenta el porqué). El mayordomo de su grupo se acercó con una botella de posh acompañado del que hacía las veces de monaguillo que traía una cesta colgada con vasos, y se puso a ofrecer posh a todo el grupo. Por supuesto, no pude negarme ante tanta hospitalidad y os aseguró que la graduación alcohólica es alta. Lo toman tipo chupito, de un trago. Mi amigo (que a pesar de casi no hablar español se llamaba Andrés Jiménez Gómez) seguía muy entretenido conmigo y escupiendo al suelo cada 2 palabras. Todo el grupo, incluyendo mujeres cuchicheaban y se reían por lo bajo de la situación hasta que el mayordomo se puso serio y todos se levantaron y empezaron a rezar en lengua totzil perfectamente alineados delante de la imagen de la Virgen de Guadalupe….he de decir que entre el posh, la penumbra de la iglesia, el monótono ritmo de la oración y la humareda producida por el incienso me pareció un momento muy, muy místico….¿era eso lo que vine a buscar a Chiapas?.

Chiapas, llegada y visita a San Cristobal de las casas.

Hacía mucho tiempo que quería conocer Chiapas; es un estado que tiene un toque mágico, místico, que lo hace muy diferente al resto de Estados mexicanos.

Para empezar es uno de los estados más pobres de México junto con Oaxaca, con una comunidad indígena maya muy particular cuya discriminación fue el germen del levantamiento zapatista del EZLN en 1994. Hasta este mismo movimiento tiene un toque misterioso pues nunca se supo la verdadera identidad de su mítico líder: el autoproclamado Subcomandante Marcos; sin duda es un ídolo local, fundamentalmente en las comunidades indígenas de los alrededores de San Cristobal de las Casas.

El avión aterriza en la capital, la poco interesante Tuxtla Gutiérrez que te recibe con una bofetada de calor húmedo propio de las tierras bajas. Un recorrido de 80 kms que se realiza en menos de una hora nos lleva a San Cristobal de las Casas.  Supone un cambio radical ya que ésta se encuentra situada a 2.300 mt de altitud con temperaturas  mucho más bajas (sobre todo por las noches). La pequeña ciudad se ha convertido en un centro de peregrinaje de bohemios y jubilados americanos y bulle de vida por el turismo acaudalado que contrasta con la pobreza de los indígenas. Estos, agrupados en varios mercadillos, venden artesanía (manteles, hamacas, huipiles de algodón, animales hechos con lana….).

Un par de andadores o calles peatonales recorren la ciudad cuyo centro histórico se encuentra en torno a la catedral y la plaza 31 de marzo. Curiosa la mezcla de multitud de indios (fundamentalmente Toztiles y Teztales, ambas variaciones de indios mayas) que a duras penas hablan español, con la comunidad de bohemios  y jóvenes buscavidas con estética colorida. Me pareció interesante la visita al mercado municipal con sus pollos sacrificados perfectamente alineados y los gallos vivos paseándose con las patas atadas.

Al ser un centro turístico importante existen una gran cantidad de hoteles tipo boutique. Yo me quedé en Casa Morada; agradable pero un poco alejado del centro; lo mejor la chimenea en la habitación.

 

Las Vegas: otro magnífico día en el casino…digo en la bolsa.

Mal de muchos consuelo de tontos, pero menos mal que todos mis amigos están igual. Nunca es que me haya considerado el más listo aunque yo creo que todos creemos tener un don especial para el mundo de la bolsa….y aquellos que nos movemos para arriba y para abajo y estamos en contacto con todo tipo de tendencias….pues más todavía….Me rindo, reconozco mi incapacidad, reconozco lo que siempre he pensado pero me he ocultado, que esto no es sino un gran casino donde siempre ganan los mismos; que utilizan todo tipo de cebos para que, honestos padres de familia trabajadores, nos dejemos llevar por la ambición y el dinero fácil y nos vayan, poco a poco, inoculando el veneno de la codicia. Finalmente, cuando ven que hay suficiente dinero en la mesa del black jack, encienden las luces, apagan la música y, sorpresa, gana la banca, nos hemos quedado sin silla en este perverso juego de las sillas musicales y hasta aquí hemos llegado…unos lo llaman el timo de la estampita, el tocomocho….da igual….reconozcamoslo, a todos nos pasa lo mismo y si nos dejan ganar de vez en cuando un poquito es para que metamos más y lo perdamos todo….esta es mi historia y la de todos mis amigos…pero, joder, si tu y tu y tu y todos perdemos…alguien tiene que ganar!!!!.
Todo esto me lleva a recordar mi viaje a Las Vegas de hace unos años; justo después de correr mi primera maratón…como no podía ser de otra manera en el viajero, tan cosmopolita él, la de Nueva York. Maratón ésta absolutamente espectacular, no sólo por correrla por los 5 barrios neoyorquinos, sino por el ambiente que se vive en las calles que la convierte en una experiencia difícil de repetir en Europa. Lo dicho, que llegué a Las Vegas y me alojé en el Bellagio (si, el de Oceans eleven y el famosos espectáculo de las fuentes). Que queréis que os diga…a mi me decepcionó un poco el hotel; colas tremendas en recepción, me asignaron una habitación que no estaba limpia, trajín para cambiarla…en fin, no has de ir a Las Vegas buscando experiencia hotel boutique. Vas buscando casinos, restaurantes, hoteles enormes, espectáculos, chicas voluptuosas…vaya lo de las películas. A mí para unavez bien pero no sé si repetiría con gran ilusión.
Muy recomendable la excursión al Cañón del Colorado (a ser posible en helicóptero ya que aterrizas en medio del Cañón). Además, para jugarme los cuartos y perder seguro, ya tengo la bolsa…

 

Sur de Chile: navegando hacia la Patagonia.

Desde Puerto Montt también sale otra ruta magnífica, la que se hace navegando durante 4 días por los canales patagónicos rumbo a Puerto Natales, para desde ahí conocer el increíble parque natural Torres del Paine y la ciudad más austral del mundo: Punta Arenas.

Son 4 días de navegación que se disfrutan al máximo, casi en todo momento en los canales, sin salir a mar abierto, excepto en el temido golfo de penas (el nombre lo dice todo), con sus tremendas olas y corrientes. Nuestro paso, que recuerdo con horror, fue calificado por el capitán como regular, no de los peores y dio los siguientes resultados: de unos 50 pasajeros cenamos 6, de los 6 vomitaron 4, los otros dos bordeamos el vómito pero resistimos al tumbarnos en la cama durante varias horas..deciros que yo puedo ir en un coche mirando hacia atrás y leyendo un periódico y no me mareo!.
Ahí estábamos, en la Patagonia, región que debe su nombre a los indios patagones o tehuelches, que alumbraban las escarpadas costas de esa región con sus enormes hogueras.
Es cosa totalmente recomendable aprender de ellos y otras muchas cosas interesantes sobre la región leyendo el magnífico “en la Patagonia” de Bruce Chatwin, en la que además, se nos cuentan las andanzas de Butch Cassidy y Subdance Kid robando bancos y haciendas en esa zona antes de desplazarse hacia Bolivia y ser muertos ahí ( o no sr. Blackthorn?).

En el barco se disfruta el paisaje, se lee, y si uno viaja solo (muy recomendable en ocasiones) se hacen amistades; yo conocí a un tipo peculiar, de animada conversación, un pintor mexicano de unos 50 años al que su joven tercera (o era cuarta..?) mujer esperaba hacía más de dos meses en DF y que tenía una lengua viperina, se pasaba gran parte del día, entre historias de sus muchos viajes, metiéndose con el aspecto y costumbres del resto del pasaje. Un día le dije, “que mala leche tienes con la gente” y él raudo me contestó “amigo, que quieres, provengo de una tribu que tenía por costumbre comerse el corazón de sus enemigos tras la batalla, ahora que ya no me dejan hacer eso, al menos que pueda tener mala leche”…incontestable, pensé yo.

A los 4 días llegas a Puerto Natales, bonito puerto, pequeño, puerta de entrada hacia las Torres del Paine. Es este un parque natural maravilloso, lamentablemente de actualidad hace un mes por los incendios acaecidos. Un lugar de apabullante belleza natural, de formaciones montañosas preciosas (los cuernos y las torres), glaciares como el Grey, milenarios y de precioso color azul claro, especies animales como llamas, guanacos, cóndores e incluso pumas, magníficos senderos y circuitos de trekking en medio de lo que si se siente como “el fin del mundo”……

Desde Torres del Paíne enfilé sur por autobús hacia Punta Arenas, la mítica ciudad del viento (muchas veces he visto imágenes de gente sujeta a farolas a punto de salir volando). En el camino, km y km de tundra patagónica, unos pocos árboles arqueados por la fuerza de vientos milenarios..la belleza plena de la desolación de estos confines.

En Punta Arenas, recomiendo un día hacer una excursión a las cercanas pinguineras, se disfruta viendo a estos simpáticos animalejos andar torpemente y rodar por el suelo; pasear por las calles, subir a la colina y mirar el estrecho de Magallanes, y, cómo no, acudir a Sotitos Bar a comerse un delicioso plato, rebosante de carne de centollo, todo peladito, sin necesidad de trabajar, con tenedor, como a los viajeros vaguetes y con hambre, como yo, nos gusta.

Un saludo y buen finde.

Sur de Chile: mágico Chiloé.

Desde la ciudad de Puerto Montt, situada más de 1.000 km al sur de Santiago se inician dos interesantes posibilidades de viaje: por una parte es el punto de salida de la carretera austral que avanza rumbo a la Patagonia entre la “selva fría”, canales e islas del sur y por otra, puerta de entrada hacía la que es sin duda mi zona favorita de Chile: el archipiélago de Chiloé.
¿Qué es Chiloé?: es un grupo de preciosas islas, de naturaleza agreste, habitadas por gente encantadora, pescadores, agricultores,..con una mitología muy interesante, que habla de barcos fantasmas, luchas entre serpientes marinas, de feos “monstruos del bosque” que embelesan y embarazan a las jovencitas locales, en resumen, un lugar mágico, que a mí en cierta forma me recuerda a Galicia; mantiene costumbres tan ancestrales e interesantes como la “minga” o traslado físico de casas entre toda la comunidad.


Desde los alrededores de Puerto Montt se cruza en ferry hacia la isla grande de Chiloé, y a veces se ven delfines nadando al lado del barco, es ya un buen comienzo. Os aconsejo recorrer la isla grande, sin prisa en 3-4 días, disfrutando paisajes, pueblos, su naturaleza, sus iglesias, su gente…..
El ferry entra por el norte de la isla grande muy cerca de la segunda ciudad más importante, Ancud, tenéis que  ir a Ancud a tomaros un pisco sour en la hostería, mirando el mar desde sus salones ojalá en un atardecer que haya tormenta y oleaje.
Pero no os aconsejo dormir en el hotel, pese a que está bien, para mí lo suyo es conducir e ir parando a dormir en las casas que forman la red de agroturismo de la isla, la gente de las casas es majísima y podréis conocer la vida real de los chilotes, y según en qué casas os alojéis, podréis salir a pescar trucha y salmón en los ríos, elegir un corderito para que os lo asen “al palo”, conocer alguno de los varios cultivos de ostras que hay en la isla, cocinar con ellos un buen curanto, hacer unas mermeladas caseras..
Conducid parando en los paísajes, y en los pueblos en los que se alzan las iglesias de Chiloé, que están integramente construidas de madera. Además de su belleza, impacta la cantidad de ellas, pues no se encuentran distanciadas más de 10 kilómetros unas de otras. Fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad

Para terminar en la zona sur de la isla, en la capital Castro, donde hay que visitar las casas sobre el agua (los palafitos), pasear por sus calles y visitar la catedral.

No nos olvidemos de la gastronomía chilota: pescado y marisco magnífico (ostras, centollos, mejillones…), cordero asado, y sin duda tenéis que probar el plato típico, el curanto, algo similar a un “cocido” pero a lo bestia, cocinado bajo tierra, con piedras calientes y que lleva varios tipos de carne, de marisco, patata….Tremendo, sabroso, contundente…

 

Indispensables en la Ciudad de México y una vueltita jarocha.

 

Sigo En DF adonde viajo con mucha frecuencia pues, afortunadamente, Logisfashion México va como un tiro. En 2011 hemos crecido un 20% y esperamos un 30% de crecimiento este año. Contamos con un equipo supermotivado y competitivo, encabezado por Edmundo, nuestro Director General, y el gran Yuri como contralor. Además tenemos clientes comprometidos con el proyecto y con grandes perspectivas de crecimiento a los que hemos apoyado desde su puesta en marcha en México. Adicionalmente, tenemos grandes relaciones con las tiendas departamentales que se llevan una parte importante del pastel de la venta en México pues el comercio multimarca tiene un peso mucho más bajo que en España.
Dicho esto, os comento algunos sitios que os recomiendo visitar si venís a DF; en mi último viaje probé un restaurante japonés que ahora es lo máximo en Polanco, el Toritori, en Temístocles 61, con un concepto curioso en el que el restaurante está escondido tras una gran plancha de madera de metal a modo de puerta y en que “sólo” entras con invitación (la reserva también funciona…no os preocupéis….). Allí fui, como no, con mi compadre Jorge. Otro sitio al que somos asiduos es la cantina la 20 también en Polanco. Finalmente, por el barrio de la condesa hay muy buenas opciones; una entre muchas el Bistrot rojo en la zona de Hipódromo Condesa (c/Ámsterdam 61) donde es fácil encontrarse con políticos y artistas. Yo siempre me dejo caer, cuando me apetece una buena hamburguesa, por el Palms en el Presidente Intercontinental (en épocas de corridas en la México hacen el programa radiofónico de Alejandro Silvetti).
Por cierto, si estáis en México y coincidís con la temporada taurina es un espectáculo acudir a la México en Insurgentes (eso, aunque no os gusten los toros), como también lo es acudir al estadio Azteca (uno de los más grande el mundo en capacidad y todo un espectáculo de vendedores de todo aquello que se os ocurra se puede comer).


El fin de semana visité a mi gran amigo jarocho, Carlitos Gil en Veracruz. Ciudad donde primero desembarcaron los españoles y famosa por la fortaleza de San Juan de Ulúa. La ciudad es un espectáculo que recuerda mucho a Cádiz por su alegría y su carnaval y a La Habana por su malecón (… a mi Cádiz me recuerda mucho a La Habana; y no lo digo sólo yo, ya lo decía Carlos Cano…la Habana es Cai con más negritos, Cádiz es La Habana con más guasa…). Para guasa, el mítico café La Parroquia que ya tiene hasta sucursales…meros trabajadores, como decía mi compadre.

Buen fin de semana a todos.

 

Un domingo en DF.

Me gustan los domingos en el DF porque cierran el Paseo de Reforma y eso me permite bajar trotando desde mi hotel (situado al noroeste de la misma) hasta el Centro histórico, en un ambiente sorprendentemente deportivo para la media mexicana. Siempre suele haber carreras que empiezan a unos horarios insospechados (6 o 7 de la mañana…) y que dan un ambiente lúdico al recorrido. Llego al zócalo, paso por delante del Palacio Nacional y la catedral (que poco a poco se va hundiendo en las lagunas del antiguo Tenochticlan como si se tratara de la venganza de Moctezuma contra el poder impuesto por Hernán Cortés) y vuelvo a recorrer la señorial Reforma en dirección al hotel pasando por el monumento del Ángel (donde reposan los restos de los liberadores encabezados por el cura Hidalgo….quien diera el grito inicial independentista) y la Diana Cazadora. En total 14 kms que recorro en algo más de 1 hora, disfrutando la ciudad como difícilmente se puede hacer en otro momento de la semana.

Llego al hotel, me pego una ducha y me voy a desayunar a la deliciosa cafebreria (mitad librería, mitad cafetería) El Péndulo (Calle Alejandro Dumas). Me gusta mucho este formato, muy de moda en México, y aprovecho para comprar libros ya que, incluso las ediciones españolas son sensiblemente más baratos y, por otro hay gran cantidad de libros del narco que sólo se encuentran aquí.

Al día siguiente, lunes 12 de diciembre, se celebra en México la fiesta exaltación religiosa por excelencia, la de la Virgen de Guadalupe. Fiesta que pone en evidencia el fervor religioso de los mexicanos (directamente proporcional con la pobreza, cuanto más pobre, más exaltados). Fervor que, probablemente, fomentaron las guerras cristeras que, en los años 20, azuzó el Presidente que fundó el germen del PRI, el Partido Revolucionario Nacional, Plutarco Elías Calle. Me parece un nombre espectacular; Partido Revolucionario Institucional, que no puede explicar mejor lo que pretendía.. ¿no os parece difícil institucionalizar una revolución?

Pues bien, el pasado 12 de diciembre, 5,5 millones de personas peregrinaron, muchas andando desde miles de kms de distancia, a la iglesia de la virgen en Tepeyac….y todas a la vez. En esta fecha, en Logisfashion, aprovechamos para hacer una comida que pasa también por la navideña. Hasta el año pasado, incluso venía un cura a dar misa en la bodega y decoraban profusamente el altar de la virgen que preside la entrada del almacén. Como en las cenas navideñas en España, se acaba con discursos de los Jefes diciendo las tonterías de siempre y luego baile; pero baile de los de antes, agarrados…por cierto, que bien bailan los mexicanos y que mal los españoles….”dos pies izquierdos” me decían…

saludos,

 

Mexico me recibe con terremoto.

Llego a México un sábado por la noche, y me recibe con un terremoto de los fuertes. Cuando aterrizo en el aeropuerto internacional Benito Juárez todo el mundo habla del sismo que hubo esa tarde, que hacían, donde les pilló…. Cuando en México, tan acostumbrada a estas situaciones, todo el mundo habla de ello es que ha sido fuerte y, efectivamente con un 6,8 en la escala Richter y epicentro en el estado de Guerrero, parece haber sido uno de los más importantes de los últimos años. No olvidemos que allí se está a la espera de un gran terremoto que se produce cada 30-40 años y que sucedería al del 85, que fue de más de 8 en la escala Richter y  que dejó, de manera extraoficial, decenas de miles de muertes en la Ciudad de México (nunca se ha sabido a ciencia cierta pues las cifras fueron ocultadas por la censura impuesta por el Presidente de la Madrid; las cifras oficiales suben a unas 6.000 muertes, lo que sin duda alguna dista mucho de la realidad).

Como digo, ya toca otro terremoto fuerte por lo que hay especial sensibilidad con el tema. Está claro que los edificios están más preparados que antaño y que muchos de los antiguos ya cayeron en el 85 por lo que la destrucción no será tan tremenda (hay un par de edificios que, por no haber caído entonces se consideran grandes obras arquitectónicas antisísmicas). También ayuda que DF se extiende por todo el valle a través de kilómetros y kilómetros lo que hace que no existan una gran cantidad de edificios altos.

Me  subo al taxi y me dice el taxista: “Saldo blanco”, lo que viene a decir que  no ha habido víctimas (o una cantidad pequeña de ellas en un país acostumbrado a que el reporte diario de ultimados del narco no baje de las 2 docenas…).

Ya os conté en varios post hace unos meses datos e historias del narco que desangra el país, pero también os dije que me encanta Mexico, a ver que me depara este viaje…

saludos,

Norte de Panamá.

Digo el norte porque es más fácil imaginar de qué estoy hablando pero, para ser correcto, debería de decir el oeste, ya que este país tan fino tiene sus mares al norte (Caribe) y al sur (Pacífico). De hecho, el canal, desde el Caribe hacia el Pacífico va de Oeste a Este (yo siempre pensaba que era al contrario, pero podéis comprobarlo en un mapa).

Después de visitar clientes en la ciudad de Panamá, me decidí a ir hacia el norte (digo el oeste) en búsqueda de lo que me habían dicho era un paraíso terrenal; el archipiélago de Bocas del Toro. El pequeño avión a hélices llega al aeropuerto de Isla Colón, que es la mayor del archipiélago y la capital. Allí están los servicios y los restaurantes; todo muy rústico y un poco surfero. El hotel estaba en una isla privada que unos norteamericanos habían habilitado como pequeño hotel, con 2 habitaciones y su casa. Todo muy paradisiaco, salvo que los norteamericanos eran muy “deep Americans” y no pegaba con mi concepto de Caribe. No sé cómo explicarlo, lo mejor un ejemplo: desayunar con zumo de bote acostumbrado a los estupendos jugos naturales de la zona…como que no. Eso sí, el paraje era maravilloso y las excursiones muy recomendables (grandes sitios para snorkeling y aceptables chiringuitos para tomar langostas recién pescadas). Lo malo, una especie de mosquitos llamadas chigras, que mordían más que picaban y que eran bastante molestos.

Cruzamos el país hacia el sur en una pequeña camioneta que se lanzaba a tumba abierta por las carreteras montañosas. Además, tuve que hacer medio trayecto de pie encorvado como buenamente podía. Tras 4 horas para recorrer 150 Km, llegamos a la ciudad de David (segunda en importancia en Panamá) y alquilamos un coche para ir a Boquete (la  que llaman “Suiza” centroamericana), a los pies del Volcán Barú de 3.475 metros de altura. Al estar a 1.500 mt, el clima es fresco comparado con la costa y es lugar de retiro de muchos norteamericanos maduros. Por eso, se ha desarrollado una interesante oferta hotelera y de restauración. Nos alojamos en una finca cafetera, Finca Lérida; lugar con mucho encanto donde aprendimos cantidad sobre el cultivo del café en Centroamérica. Los precios no son baratos pero todo es negociable. En la zona hay excursiones muy recomendables y una fauna impresionante.

Y para postre, lo mejor. El último día decidimos conocer la costa Pacífica ya que nos habían hablado de un sitio llamado Boca Chica. Me dio pena solo poderlo disfrutar un día, en un pequeño hotelito con 5 bungalows con vistas espectaculares a la bahía y un pequeño restaurante de pescado fresco….y sin chigras!!!