Voy a romper una de los principios fundacionales del Viajero; impuesto por su alma máter, mi añorado Lucho, que cuando establecimos los temas de los que hablaríamos afirmó de manera tajante:
“ni política, ni religión…el Viajero no puede entrar en temas polémicos…”; “OK” respondí,” pero de fútbol si”; “que no, coño, que no, que eso es todavía más polémico” bramó
Y así el Viajero se quedó sin narrar (o fue oportunamente censurado) gestas rojiblancas como las acaecidas en Hamburgo o en Bucarest… pero, creo que esta vez, hasta Lu habría estado conmigo que esto no podía quedar sin reseña; si no fuera así, pido disculpas por esta salida de armario flagrante pero es que…joder, ganarle al Madrid en su casa una copa después de 14 años sin ganarles no puede quedar sin post.
Y los que vivieron la previa conmigo (como no en el Ten con Ten) saben que estaba convencido de que si se podía. Obviamente los gintonics de Sandro ayudaron a esta euforía previa pero he de decir que, en mi fuero interno, sabía que esta vez si, que estaba el Cholo y eso me bastaba…
Hasta Juan Pedro (rezumado madridista) acabó en dicha previa enfundado en la rojiblanca y convencido de que la religión verdadera estaba inspirada en el himno de Sabina y no en el del ínsipidotenor. Aunque en zona madridista (pleno barrio de Salamanca) la ilusión rojiblanca goleaba ya en ese momento. Y también en los aledaños del estadio vikingo, tomado por los indios. Entre ellos el que suscribe acompañado de padre e hijo; como el tequila, 3 generaciones unidas por el espíritu del Cholo. Impresionante el ambiente del Fondo Norte, poblado por 40.000 rojiblancos que, a pesar de los precios abusivos (raro estando Florentino y los Gil por medio…) llenaban la zona atlética y que contrastaba con los asientos vacíos en el Fondo Sur. Y con Gueorgui a hombros todo el partido; sufrido padre atlético inoculándole atletismo en sangre…difícil sobre todo pensando que vivimos en Barcelona…y no es fácil competir con el Barça de los últimos años y los puñeteros amiguitos del cole…
El partido sin comentarios. Claro que el Atleti tuvo suerte; faltaría que fueran capaces de ganar al Madrid de los 900 millones de € en fichajes sin suerte; tantas veces en estos últimos años faltó que bienvenida fue. Sólo decir que fue el choque entre un equipo y un líder contra 11 magníficos jugadores peleados con su ego y entrenados¿? por un presuntuoso, maleducado y acomplejado. Se sufrió; mucho no, muchísimo porque el Madrid tuvo ocasiones para haber ganado fácil, pero era el día del Atleti, el día de su hinchada, ¿qué mejor momento para romper la racha de 14 años sin ganar que en una final en su estadio? Y si, mi hijo, por fin, fue capaz de ver como el Atleti ganaba al Madrid.
Hace 3 años el Atleti jugó la final de copa con el Sevilla; perdió 2-0, el Sevilla marcó rápido y nunca dio la sensación de poderse remontar. 45 minutos después de acabar el partido, cuando el Sevilla todavía celebraba el título en el campo paseando la copa y los jugadores del Atleti se habían retirado, la afición les hizo salir de nuevo a saludar; nadie se había movido de su localidad y seguían animando hasta el punto de que el campeón parecía el Atleti y no el Sevilla; hasta los animosos sevillistas no acababan de entender lo ocurrido. El viernes pasado, el entrenador y la figura del equipo perdedor acabaron expulsados por actitudes antideportivas, la afición abandonó el estadio antes de que el vencedor recibiera el trofeo que, por cierto (el de subcampeones), los infames personajes mencionados antes, ni siquiera recogieron.
Ganar es muy fácil, todas las aficiones saben ganar, pero las grandes aficiones se demuestran en los momentos difíciles. “Ser campeón no es una meta, es una actitud”; eso decía la camiseta de celebración del título atlético y, aparte de una magnífica campaña de marketing para vender camisetas (reservadme 10) me parece una magnífica lección para los perdedores.
Mucha gente se apunta al carro de responder al famoso “Papá, por qué somos del Atleti” con la respuesta fácil de “por momentos como éste” (se lo he escuchado al impresentable Manolete); y no Señor, no es así, somos del Atleti a pesar de momentos como éste, porque ganar no está en el ADN de este equipo y es más importante saber perder que saber ganar, porque sólo de esta manera de disfruta realmente de las victorias.
Ayer cenando con los Gerardo, Raquel, Paula y Lili celebrando el título en el Ten con Ten (como no, gran reducto rojiblanco) llegó el Cholo justo cuando yo tenía que irme porque agarraba el vuelo esa misma noche para México; hubiese querido hacerme una foto pero no me pareció el momento (sobre todo a Sandro no le pareció el momento); saliendo, me detuve y no pude contenerme: “Cholo, que grande eres” y nos dimos un abrazo; con lágrimas en los ojos le dije lo que creo que cualquier atlético le quiso decir el viernes:
¿CON LÁGRIMAS EN LOS OJOS?………..te estás haciendo un sentimental.