Acabo de volver de China y Hong Kong en un viaje en que no os puedo traer muchas novedades ya que ha sido bastante poco fructífero en descubrimientos suculentos. Eso si, me ha dado tiempo para ver que uno de nuestros socios nos está haciendo un 12/13 saltándonos para atacar directamente a nuestro cliente. Esto, que a mí me indigna, me da la sensación que dentro de la forma de pensar de un chino es algo bastante normal…estoy contigo porque me interesa pero si me deja de interesar te pego la estocada y tan amigos…incluso se extrañan de que me indigne, posiblemente porque me consideran amigo…curiosa forma de pensar.
Siguiendo con esta forma de ser y el culto por el dinero, el otro día leía una noticia sobre una feria de casamientos que se celebró este fin de semana en Shanghai. No se trata de una feria donde se busca adquirir los enseres para una boda o donde hacerla, No!, se trata de una feria donde, como su nombre indica, se busca novi@. Los interesados ponen anuncios en carteles (rosas para ellas, azules para ellos) indicando sus datos personales y una foto; por supuesto, uno de esos datos es el trabajo y el sueldo (elemento este que no es nada tabú en la sociedad china, es muy normal conocer a alguien y preguntarle como se llama y cuanto gana…).
Todo esto me lo esperaba, lo que más gracia me hizo es que una parte importante la llevan a cabo los padres de los casaderos que deambulan por la feria con una foto de su hij@ buscando otros padres con fotos del sexo opuesto que puedan emparejar.
En cualquier relación china, tan importante es la opinión de los futuros contrayentes, como la de los padres que darán el ok definitivo si no serán, incluso, los que entablen la relación. Bueno, de algún caso similar exitoso me estoy acordando también en casa….
Como noticia destacada en Shanghai, el nuevo hotel en que me quedo, el Ruijin Intercontinental que, aparte de estar en el cogollito de la French Concession y me queda todo a un paso, es una mansión colonial que perteneció a la “riquísima” familia Morris. Posteriormente, con la revolución, quedó en manos de la élite del partido hasta que, finalmente, se convirtió en un hotel chino…ahora reconvertido en Intercontinental. Impresionantes los jardines en pleno corazón de Shanghai donde pude presenciar una verdadera boda china.
El viernes comí con el equipo para celebrar que estaba yo allí…me llevaron a un local de una cadena que se llama Grandma’s en inglés (Waibo en chino; que por cierto no es abuela sino la abuela por parte del padre….la de la madre tiene otro nombre: Nai Nai). La comida no fue memorable pero eramos 8 y con cervezas pagamos 40€!!!
Y en Hong Kong, aparte de avanzar de manera provechosa en nuestro proyecto de JV con nuestros socios italianos (avanti!!!) presencié la manifestación, más bien velada, por los hechos de Tiananmen (de los que ya hace 24 años….que mayores nos hacemos!). Obviamente, estos actos están prohibidos en China pero Hong Kong es China pero no…de hecho me llamó la atención algo que, hasta la fecha no había constatado. Siempre, tanto taiwaneses, como Hongkonitas me había parecido que, ante todo, se consideraban chinos y que para ellos era más importante el “hecho diferencial” de la raza que otros asuntos (políticos, económicos…). Sin embargo, esto que es así entre los mayores, entre los jóvenes de Hong Kong ha cambiado de manera radical. Se consideran básicamente hongkoneses o, en el mejor de los casos, chinos hongkoneses pero nunca chinos a secas. Esto está muy relacionado con el temor que tienen a la irrupción del gobierno chino en su apacible vida aunque, me da la sensación, también está relacionado con cierto “racismo” hacia el vecino pobre y su “invasión” del estatus adquirido; ¿no os suena aquello de: “vienen a quitarnos los puestos de trabajo y a utilizar nuestra sanidad”?. Pues eso…