La verdad es que Bogotá es una ciudad bastante inhóspita. No le quito mérito al desarrollo que ha tenido en los últimos años con la apertura, es verdad, de un gran número de restaurantes adaptados al gusto moderno; restaurantes mediterráneos, franceses, más tradicionales, cervecerías artesanas…vaya, lo que se entiende por desarrollo, lugares pulcros con una comida aseada que te encuentras en todas las grandes capitales.
Como decía, esto es indudable pero voy a mi frase inicial; Bogotá es una ciudad inhóspita porque cuesta cogerle el tranquillo. El clima no acompaña…normalmente nublado y frío (la altitud no es como en México que suaviza las temperaturas, tal vez porque hablamos de 2600 y no 2200 metros de altitud) y se te cala hasta los huesos haciendo que uno se constipe con bastante facilidad. Tampoco ayuda que esperes otra cosa y no vengas preparado o que las casas no estén tan preparadas como en otros lugares más fríos… ¿Y el tráfico? Ay, el tráfico…no salgas en hora punta del Chicó porque estás muerto. No es sólo que haya mucho tráfico sino, y sobre todo, que faltan vías de comunicación (para ir del norte del país al sur has de cruzar por el centro de Bogotá) y no hay metro… ¿una ciudad de 8 millones de habitantes sin metro? Pues sí, imaginad lo que puede ser eso.
¿Y el business? Pues tiene buena pinta. Logisfashion Colombia va tomando forma. Ya tenemos la sociedad constituida junto con un socio local y esperamos empezar a funcionar a partir del mes de abril. En breve empezaremos a desembarcar y a poner en marcha cosas. En este último viaje aprovechamos para ver las diferentes zonas francas de la ciudad (un concepto interesante éste que no se ve en todas partes) y la verdad es que están haciendo unos desarrollos muy interesantes que falta redondear con unas infraestructuras adecuadas. Estoy convencido del potencial del país y lo mucho que puede desarrollarse Logisfashion en el mismo.
Pero bueno, a mí me gusta y más estando Carlitos por allí que nos lleva a los sitios de moda. Magnífica cena nos pegamos durante mi último viaje en el gran Harry Sasson (que no tiene nada que ver con Vidal y, de hecho, está entre los 50 mejores de Latinoamérica según la guía Restaurant).
Eso sí, en precios no esperéis chollos. Bogotá es también una ciudad cara. Caro en vivienda (obvio en la zona buena que es donde quiere vivir la gente con pasta), caro en restaurantes y caro en hoteles. Gracias al encanto de Pere con las relaciones de los hoteles, conseguimos una muy buena tarifa en el Exe Bacatá de Eurostars (muy bien situado sobre el parque de la 93 y recientemente inaugurado). Y todo pinta bien en el hotel pero…algo falla, como que hay demasiadas cosas pequeñas que no acaban de funcionar y te sientes incomodo…tienen una maravillosa terraza donde “se puede fumar!!!” mientras te tomas una cerveza (no es baladí en Bogotá donde han llevado al extremo la cruzada contra los fumadores) pero resulta que cierra a las 22 horas, tienen un gimnasio apañadito pero las máquinas de correr se paran a los 5 minutos de empezar por falta de mantenimiento (ya me ha pasado en 2 viajes diferentes) y con una preciosa piscina en la azotea que creo que jamás nadie ha utilizado ni utilizará (por el frío). Eso sí, el desayuno es muy bueno (aunque el hotel está lleno de españoles…ummm punto negativo).
¿Y el servicio? Desbordado, atento pero desbordado…raro es que en América te encuentres un servicio con tan poco personal cuando la amabilidad y la cantidad de servicio es siempre una de las grandes virtudes. ¿Mentalidad española en la gestión? También he de decir que el gerente (español) un 10, supliendo las carencias del servicio y de la infraestructura.
Aunque para anécdotas la que me contó Carlos sobre el hotel Nogal que es el club de la alta sociedad bogotana (donde, como no, Carlos nos invita a ver los partidos de fútbol cada vez que vamos y donde estuve yo la primera vez que fui en noviembre del 2013 invitado a dar una conferencia sobre estrategia en las empresas textiles). Pues resulta que hay gran polémica porque un “hombre de negocios” mexicano de visita en la ciudad fue encontrado muerto. Y no por intoxicación etílica sino por un mal funcionamiento de la calefacción que envenenó el ambiente…glubs…y yo dormí allí con Paula (¡espero que no en el mismo cuarto!!!)