Hong kong para fanáticos.

Hola, no hace mucho escribí un post sobre Hong Kong, como vengo muy a menudo y es una ciudad que me gusta mucho, en este post pretendo ir a los lugares poco comunes que sólo los fanáticos y no los turistas de 2 días visitarían.
Para empezar diría que, si o si, el que venga a Hong Kong se ha de quedar en Kowloon.  Esto es básicamente porque la vista de la isla de Hong Kong desde Kowloon  es imbatible y los hoteles son algo más baratos que en Central. Sin duda, mis preferidos son el Península (por el toque colonial) y el Intercontinental por las vistas desde su bar. Es verdad que te pegan buenas clavadas pero…no estoy hablando de relación calidad-precio. Si se busca otro hotel (hay opciones más baratas como el otro Intercontinental o el Marco Polo en cualquiera de sus  versiones) siempre se puede ir a tomar una hamburguesa al bar del Intercontinental y disfrutar de la vista (de nuevo, te la cobran en la factura pero…). Si vais sobrados, os recomiendo encarecidamente el Nobu (franquicia del gran cocinero japonés donde trabajó mi cuñadito Gonzalo y que ya tiene 23 restaurantes en todo el mundo), que está también en el Intercontinental, no es barato pero no importa porque a mi “siempre” me invita mi gran microcliente Cristobal…jejeje.
Como sitio muy interesante que acabo de descubrir está el Temple St night market en Mong kok donde se pueden comprar cachivaches curiosos para los niños y cenar muy barato. Por supuesto se ha de subir en el funicular al pico Victoria (es un trayecto que mola mucho).


Otra excursión diferente es ir a comer a la isla de Lamma (el ferry se toma en Central pier y tarda media horita). Se puede comer buen marisco (aunque si os digo la verdad yo me metí en un restaurante chino) y hacer una excursión entre las 2 ciudades de la isla donde no hay coches (el ferry te deja en una y puedes volver desde la otra). En total una horita de trayecto durante el cual se cruza una playa que me habían vendido como paradisiaca y de la cual os ruego opinéis viendo la foto…


saludos

 

Las Vegas: otro magnífico día en el casino…digo en la bolsa.

Mal de muchos consuelo de tontos, pero menos mal que todos mis amigos están igual. Nunca es que me haya considerado el más listo aunque yo creo que todos creemos tener un don especial para el mundo de la bolsa….y aquellos que nos movemos para arriba y para abajo y estamos en contacto con todo tipo de tendencias….pues más todavía….Me rindo, reconozco mi incapacidad, reconozco lo que siempre he pensado pero me he ocultado, que esto no es sino un gran casino donde siempre ganan los mismos; que utilizan todo tipo de cebos para que, honestos padres de familia trabajadores, nos dejemos llevar por la ambición y el dinero fácil y nos vayan, poco a poco, inoculando el veneno de la codicia. Finalmente, cuando ven que hay suficiente dinero en la mesa del black jack, encienden las luces, apagan la música y, sorpresa, gana la banca, nos hemos quedado sin silla en este perverso juego de las sillas musicales y hasta aquí hemos llegado…unos lo llaman el timo de la estampita, el tocomocho….da igual….reconozcamoslo, a todos nos pasa lo mismo y si nos dejan ganar de vez en cuando un poquito es para que metamos más y lo perdamos todo….esta es mi historia y la de todos mis amigos…pero, joder, si tu y tu y tu y todos perdemos…alguien tiene que ganar!!!!.
Todo esto me lleva a recordar mi viaje a Las Vegas de hace unos años; justo después de correr mi primera maratón…como no podía ser de otra manera en el viajero, tan cosmopolita él, la de Nueva York. Maratón ésta absolutamente espectacular, no sólo por correrla por los 5 barrios neoyorquinos, sino por el ambiente que se vive en las calles que la convierte en una experiencia difícil de repetir en Europa. Lo dicho, que llegué a Las Vegas y me alojé en el Bellagio (si, el de Oceans eleven y el famosos espectáculo de las fuentes). Que queréis que os diga…a mi me decepcionó un poco el hotel; colas tremendas en recepción, me asignaron una habitación que no estaba limpia, trajín para cambiarla…en fin, no has de ir a Las Vegas buscando experiencia hotel boutique. Vas buscando casinos, restaurantes, hoteles enormes, espectáculos, chicas voluptuosas…vaya lo de las películas. A mí para unavez bien pero no sé si repetiría con gran ilusión.
Muy recomendable la excursión al Cañón del Colorado (a ser posible en helicóptero ya que aterrizas en medio del Cañón). Además, para jugarme los cuartos y perder seguro, ya tengo la bolsa…

 

Sur de Chile: navegando hacia la Patagonia.

Desde Puerto Montt también sale otra ruta magnífica, la que se hace navegando durante 4 días por los canales patagónicos rumbo a Puerto Natales, para desde ahí conocer el increíble parque natural Torres del Paine y la ciudad más austral del mundo: Punta Arenas.

Son 4 días de navegación que se disfrutan al máximo, casi en todo momento en los canales, sin salir a mar abierto, excepto en el temido golfo de penas (el nombre lo dice todo), con sus tremendas olas y corrientes. Nuestro paso, que recuerdo con horror, fue calificado por el capitán como regular, no de los peores y dio los siguientes resultados: de unos 50 pasajeros cenamos 6, de los 6 vomitaron 4, los otros dos bordeamos el vómito pero resistimos al tumbarnos en la cama durante varias horas..deciros que yo puedo ir en un coche mirando hacia atrás y leyendo un periódico y no me mareo!.
Ahí estábamos, en la Patagonia, región que debe su nombre a los indios patagones o tehuelches, que alumbraban las escarpadas costas de esa región con sus enormes hogueras.
Es cosa totalmente recomendable aprender de ellos y otras muchas cosas interesantes sobre la región leyendo el magnífico “en la Patagonia” de Bruce Chatwin, en la que además, se nos cuentan las andanzas de Butch Cassidy y Subdance Kid robando bancos y haciendas en esa zona antes de desplazarse hacia Bolivia y ser muertos ahí ( o no sr. Blackthorn?).

En el barco se disfruta el paisaje, se lee, y si uno viaja solo (muy recomendable en ocasiones) se hacen amistades; yo conocí a un tipo peculiar, de animada conversación, un pintor mexicano de unos 50 años al que su joven tercera (o era cuarta..?) mujer esperaba hacía más de dos meses en DF y que tenía una lengua viperina, se pasaba gran parte del día, entre historias de sus muchos viajes, metiéndose con el aspecto y costumbres del resto del pasaje. Un día le dije, “que mala leche tienes con la gente” y él raudo me contestó “amigo, que quieres, provengo de una tribu que tenía por costumbre comerse el corazón de sus enemigos tras la batalla, ahora que ya no me dejan hacer eso, al menos que pueda tener mala leche”…incontestable, pensé yo.

A los 4 días llegas a Puerto Natales, bonito puerto, pequeño, puerta de entrada hacia las Torres del Paine. Es este un parque natural maravilloso, lamentablemente de actualidad hace un mes por los incendios acaecidos. Un lugar de apabullante belleza natural, de formaciones montañosas preciosas (los cuernos y las torres), glaciares como el Grey, milenarios y de precioso color azul claro, especies animales como llamas, guanacos, cóndores e incluso pumas, magníficos senderos y circuitos de trekking en medio de lo que si se siente como “el fin del mundo”……

Desde Torres del Paíne enfilé sur por autobús hacia Punta Arenas, la mítica ciudad del viento (muchas veces he visto imágenes de gente sujeta a farolas a punto de salir volando). En el camino, km y km de tundra patagónica, unos pocos árboles arqueados por la fuerza de vientos milenarios..la belleza plena de la desolación de estos confines.

En Punta Arenas, recomiendo un día hacer una excursión a las cercanas pinguineras, se disfruta viendo a estos simpáticos animalejos andar torpemente y rodar por el suelo; pasear por las calles, subir a la colina y mirar el estrecho de Magallanes, y, cómo no, acudir a Sotitos Bar a comerse un delicioso plato, rebosante de carne de centollo, todo peladito, sin necesidad de trabajar, con tenedor, como a los viajeros vaguetes y con hambre, como yo, nos gusta.

Un saludo y buen finde.

Sur de Chile: mágico Chiloé.

Desde la ciudad de Puerto Montt, situada más de 1.000 km al sur de Santiago se inician dos interesantes posibilidades de viaje: por una parte es el punto de salida de la carretera austral que avanza rumbo a la Patagonia entre la “selva fría”, canales e islas del sur y por otra, puerta de entrada hacía la que es sin duda mi zona favorita de Chile: el archipiélago de Chiloé.
¿Qué es Chiloé?: es un grupo de preciosas islas, de naturaleza agreste, habitadas por gente encantadora, pescadores, agricultores,..con una mitología muy interesante, que habla de barcos fantasmas, luchas entre serpientes marinas, de feos “monstruos del bosque” que embelesan y embarazan a las jovencitas locales, en resumen, un lugar mágico, que a mí en cierta forma me recuerda a Galicia; mantiene costumbres tan ancestrales e interesantes como la “minga” o traslado físico de casas entre toda la comunidad.


Desde los alrededores de Puerto Montt se cruza en ferry hacia la isla grande de Chiloé, y a veces se ven delfines nadando al lado del barco, es ya un buen comienzo. Os aconsejo recorrer la isla grande, sin prisa en 3-4 días, disfrutando paisajes, pueblos, su naturaleza, sus iglesias, su gente…..
El ferry entra por el norte de la isla grande muy cerca de la segunda ciudad más importante, Ancud, tenéis que  ir a Ancud a tomaros un pisco sour en la hostería, mirando el mar desde sus salones ojalá en un atardecer que haya tormenta y oleaje.
Pero no os aconsejo dormir en el hotel, pese a que está bien, para mí lo suyo es conducir e ir parando a dormir en las casas que forman la red de agroturismo de la isla, la gente de las casas es majísima y podréis conocer la vida real de los chilotes, y según en qué casas os alojéis, podréis salir a pescar trucha y salmón en los ríos, elegir un corderito para que os lo asen “al palo”, conocer alguno de los varios cultivos de ostras que hay en la isla, cocinar con ellos un buen curanto, hacer unas mermeladas caseras..
Conducid parando en los paísajes, y en los pueblos en los que se alzan las iglesias de Chiloé, que están integramente construidas de madera. Además de su belleza, impacta la cantidad de ellas, pues no se encuentran distanciadas más de 10 kilómetros unas de otras. Fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad

Para terminar en la zona sur de la isla, en la capital Castro, donde hay que visitar las casas sobre el agua (los palafitos), pasear por sus calles y visitar la catedral.

No nos olvidemos de la gastronomía chilota: pescado y marisco magnífico (ostras, centollos, mejillones…), cordero asado, y sin duda tenéis que probar el plato típico, el curanto, algo similar a un “cocido” pero a lo bestia, cocinado bajo tierra, con piedras calientes y que lleva varios tipos de carne, de marisco, patata….Tremendo, sabroso, contundente…

 

Sur de Chile, rumbo a la «frontera».

Inicio hoy una serie de 3 posts sobre el sur de Chile; os cuento en este primero mi visita a la que se llama la región de la araucanía y también zona de “la frontera”, situada a unos 800-900 km al sur de la capital.

Es en esta zona de Chile donde habita una mayoría de los que los españoles llamaban araucanos pero que llamaremos por su nombre, los mapuches o “gente de la tierra”, los habitantes originarios de gran parte de lo que hoy es Chile.

Viajar al sur desde Santiago se puede hacer de 3 maneras: en coche por la panamericana sur, en avión (volando a Temuco) o en autobús; ésta última opción, incluso por la noche, en uno de los muy cómodos buses cama de varias compañías. Yo lo he hecho de todas las maneras y la verdad es que en bus se va muy cómodo, es más económico y además si tienes suerte te puedes ganar, como yo, una botellita de tinto chileno en el bingo que se juega antes de dormir.

La capital y ciudad más importante de la zona es Temuco, pero no ofrece mucho de interés la verdad.

Yo suelo pasar más tiempo en Valdivia, bonita ciudad en la desembocadura del río calle-calle, famosa entre otras cosas por el brutal terremoto (se dice que el mayor de la historia) que sufrió en 1960; es recomendable dar un paseo en lancha, se disfrutan bonitas vistas de la ciudad y además podréis ver, entre otras, cosas techos y chimeneas de casas anegadas por el terremoto, que modificó profundamente la geografía del lugar. Es Valdivia una ciudad pequeña, coqueta, con influencia alemana en muchos de sus aspectos (costumbres, arquitectura, comida y bebida). De hecho una de las cosas que más me gusta y repito siempre que paso por ahí es visitar la cervercería Kuntsmann y degustar, junto con algo de comer, una de las cervezas cuasi artesanales que allí se elaboran.

A unos km de Valdivia hacia el interior (la cordillera de los Andes) está otra zona preciosa para conocer; llena de bosques frondosos, el lago Pucón, con el volcán Villarrica, y los dos pueblos con los mismos nombres destino de mucha gente de Santiago para las vacaciones de verano. Hay muchas actividades: senderismo, rafting, deportes náuticos en el lago…a mí el paisaje ya me llena lo suficiente, pasear mirando el volcán y el lago es difícilmente mejorable.

Además, cerca de Pucón está el magnífico Hotel Antumalal, uno de mis favoritos del mundo mundial, con su imagen kitsch de los 50-60, su arquitectura vanguardista para la época y sus vistas inigualables de la naturaleza.

Ya lo decía Pablo Neruda, nacido en esta zona de Chile, “…bajo los volcanes, junto a los ventisqueros, entre los grandes lagos, el fragante, el silencioso, el enmarañado bosque chileno….”.

Saludos.

Un restaurante vegetariano «fake» en Shanghai.

Imaginad la papeleta, el jueves, nada más llegar a Shanghai tengo una reunión con comida posterior con un el director de logística y su equipo de un cliente importante francés. La comida posterior la organiza su transportista internacional que es quien tiene la cuenta y con quien Logisfashion trabaja en China para los proyectos de logística de sus clientes textiles. A todo esto, nos enteramos que el Jefe de los franceses es musulmán (o eso imaginamos porque se llama Brahim). En el proceso de decidir dónde ir, proceso en el que toma parte un equipo “multidisciplinar” de 8 personas se decide, para evitar situaciones desagradables, acudir a un restaurante vegetariano ya que existían dudas sobre que algún otro de los comensales fuera  judío. Todo este proceso supuso un par de días de mails arriba y abajo…
El restaurante elegido, situado muy cerca de Renmin Sq, se llama Pure Beauty. Después de elegir los platos por parte del equipo multidisciplinar (aquí ya solo intervinieron los representantes chinos) empiezan a sacar los platos: pato laqueado, cerdo en salsa, ternera picante a la sichuanesa, pescado en salsa, gambas con guindillas….vamos, lo típico de un restaurante chino…


Los no chinos nos miramos un poco extrañados sabedores de que las cosas no iban como debían. El cliente pone cara extraña por motivos obvios. A todo esto, los chinos se explican: “todos los platos son falsos:….están hechos de tofu”. De verdad que de los chinos en materia de copias me creo casi todo pero esto ya era demasiado…es que eran perfectos, el pato pequinés con todas sus diferentes capas y texturas…la piel, la carnes más tierna, el hueso…….eso si, el sabor dejaba un poco que desear. Otro punto a mencionar eran las fuentes donde servían la comida, con imágenes de pajaritos multicolores picando en las fuentes, otra con forma de cisnes y las mandarinas finales (estas no eran falsas) en  una fuente con 2 ranas enfrentadas….
Sin duda, la comida no fue memorable pero si las risas que provocó. El cliente musulmán comentó que, cuando menos, era una decisión controvertida por su parte comer las falsificaciones de cerdo ya que no estaba seguro que valiera que supiera que era falso. De todas maneras se lo comió y creo que le reafirmó en su voluntad de no comer cerdo…con sabor a tofu!