Los «Café con piernas» de Santiago

Hacía tiempo que no pasaba un fin de semana en Santiago de Chile. Últimamente he retomado el placer de ir a Santiago (especialmente en el verano austral) y es una ciudad que me atrae mucho. Es un gustazo llegar del frío y desembarcar en un ambiente de relajo estival.

Es incluso más notable que si vas a países tropicales donde siempre hace buen clima. Donde sufrimos el frío y los días cortos invernales disfrutamos más la llegada del verano. Como contrapartida es muy duro ir en invierno cuando tu vienes de un “mood” completamente diferente.

Centro de Santiago, Chile

 

Hubo una época, cuando se puso en marcha Logismoda, que sí que tenía que viajar mucho a Santiago. Hablo de 2005-2006 pero luego, por razones varias, relacionadas con cómo se gestionaba el negocio en Chile (que no cuadraba con nuestra forma de verlo), estuve un buen rato sin viajar.

Ahora, lo he retomado con entusiasmo pues hemos apostado de nuevo fuerte por el país y estamos construyendo un gran centro de distribución de 14.000m2 pegado al aeropuerto que será la joya de la corona de Logisfashion en LATAM.

 

Ante todo, decir que para mí Chile no es Latinoamérica. Hay muchas cosas que me llevan a pensar eso, pero es que casi les veo más europeos (con lo bueno y con lo malo) que los españoles….

La primera vez que fui a Santiago

 

Y claro está, Santiago me recuerda mucho a Luchito. Ahora, paseando por Santiago un domingo de enero (casi febrero que es como agosto) me acordaba de la primera vez que aterricé en Santiago allá por el 97. Empezábamos Logis y me tomé mis primeras vacaciones reales. Nos fuimos tres semanas con Paula a recorrer Chile con mi añorado Lu de cicerón ya que llevaba 3 o 4 años viviendo allí. No recuerdo bien porqué, yo aterricé antes que Paula y Lu me recogió en el ya modernizado para los estándares aeropuerto.

cafe con piernas, Santiago de Chile
Ni corto ni perezoso (tápate los oídos Lili) me llevó directo a conocer lo que para él pensó sería mi gran «highlight» de Santiago: ¡los cafés con piernas!!!!

Y uno en especial, allí por el centro por el Paseo Ahumada, donde servían los mejores cafés de Santiago. Vamos, que necesitaba un café para despertar el espíritu después de tan largo viaje. Y, como siempre, no me decepcionó.

Qué mejor sitio para levantar el espíritu que ese escondrijo en unas galerías donde en no más de 10m2 de superficie 2 chicas con la falda muy corta y el busto muy marcado servían el café (nada de alcohol) y compartían charla con los pocos clientes que miraban a hurtadillas desde la barra (unos más y otros menos disimuladamente) las piernas de las jóvenes.

Probablemente, la cotidianidad del momento restaba dramatismo a la situación. Los clientes podían ser los habituales de cualquier bar de barrio que se acercaban a hacer el cortado y fumar un pitillo matutino. Y así era el estatus del lugar…dejando de lado lo casposo de la situación. Yo, que he viajado mucho, nunca vi nada igual.

El domingo que pasé en Santiago quise conocer como estaba el centro y sus cafés con piernas 20 años después de mi primera visita. Empecé el día subiendo al Cerro; carrerita de 18 kilómetros en una horita y media para despertar el instinto guerrero.

Aquí mencionar que Chile se está quemando vivo. No se sabe bien quién lo provoca, pero este verano está siendo criminal en ese aspecto.

Mucho calor y humo por todas partes que llega desde los incendios 800 kms al sur y que envuelve Santiago en una bruma irrespirable ¡Esto no es bueno nada bueno!

 

El Mercado Central, un clásico

 

Comí en el Mercado Central; ¡Si!!! También volví al “Donde Augusto” al que Lu me llevó hace 4 lustros…y como soy un hombre de costumbres, pedí lo que siempre he recordado había pedido en su momento (si bien esto es probablemente algo parecido a cuando crees recordar una situación a raíz de una foto…y es la foto la que te hace vislumbrar lo que ocurrió).

En fin, que pedí Locos la parmesana (son un molusco típico chileno, junto con las machas y los picorocos), que realmente no tiene mucho sabor pero la textura es agradable y el parmesano le da un toque curioso. Y por supuesto, caldillo de congrio; siempre el caldillo, aunque fuera estuviéramos a 40 grados.

Y resuelto el tema de la comida. El café, en un «café con piernas», esto era innegociable. Paseé por Ahumada y no encontré las galerías ¿seguirán tan escondidas? y me paré en el Caribe que compite en localizaciones con el Haití.

No era lo mismo, fue como recordar una tasca donde probaste un jamón con queso y vino espectacular y encontrarte en un Burger King 20 años después. En fin, todo cambia, hasta los cafés con piernas. ¡Qué diría Lu si levantara la cabeza!!!!

Sur de Chile: navegando hacia la Patagonia.

Desde Puerto Montt también sale otra ruta magnífica, la que se hace navegando durante 4 días por los canales patagónicos rumbo a Puerto Natales, para desde ahí conocer el increíble parque natural Torres del Paine y la ciudad más austral del mundo: Punta Arenas.

Son 4 días de navegación que se disfrutan al máximo, casi en todo momento en los canales, sin salir a mar abierto, excepto en el temido golfo de penas (el nombre lo dice todo), con sus tremendas olas y corrientes. Nuestro paso, que recuerdo con horror, fue calificado por el capitán como regular, no de los peores y dio los siguientes resultados: de unos 50 pasajeros cenamos 6, de los 6 vomitaron 4, los otros dos bordeamos el vómito pero resistimos al tumbarnos en la cama durante varias horas..deciros que yo puedo ir en un coche mirando hacia atrás y leyendo un periódico y no me mareo!.
Ahí estábamos, en la Patagonia, región que debe su nombre a los indios patagones o tehuelches, que alumbraban las escarpadas costas de esa región con sus enormes hogueras.
Es cosa totalmente recomendable aprender de ellos y otras muchas cosas interesantes sobre la región leyendo el magnífico “en la Patagonia” de Bruce Chatwin, en la que además, se nos cuentan las andanzas de Butch Cassidy y Subdance Kid robando bancos y haciendas en esa zona antes de desplazarse hacia Bolivia y ser muertos ahí ( o no sr. Blackthorn?).

En el barco se disfruta el paisaje, se lee, y si uno viaja solo (muy recomendable en ocasiones) se hacen amistades; yo conocí a un tipo peculiar, de animada conversación, un pintor mexicano de unos 50 años al que su joven tercera (o era cuarta..?) mujer esperaba hacía más de dos meses en DF y que tenía una lengua viperina, se pasaba gran parte del día, entre historias de sus muchos viajes, metiéndose con el aspecto y costumbres del resto del pasaje. Un día le dije, “que mala leche tienes con la gente” y él raudo me contestó “amigo, que quieres, provengo de una tribu que tenía por costumbre comerse el corazón de sus enemigos tras la batalla, ahora que ya no me dejan hacer eso, al menos que pueda tener mala leche”…incontestable, pensé yo.

A los 4 días llegas a Puerto Natales, bonito puerto, pequeño, puerta de entrada hacia las Torres del Paine. Es este un parque natural maravilloso, lamentablemente de actualidad hace un mes por los incendios acaecidos. Un lugar de apabullante belleza natural, de formaciones montañosas preciosas (los cuernos y las torres), glaciares como el Grey, milenarios y de precioso color azul claro, especies animales como llamas, guanacos, cóndores e incluso pumas, magníficos senderos y circuitos de trekking en medio de lo que si se siente como “el fin del mundo”……

Desde Torres del Paíne enfilé sur por autobús hacia Punta Arenas, la mítica ciudad del viento (muchas veces he visto imágenes de gente sujeta a farolas a punto de salir volando). En el camino, km y km de tundra patagónica, unos pocos árboles arqueados por la fuerza de vientos milenarios..la belleza plena de la desolación de estos confines.

En Punta Arenas, recomiendo un día hacer una excursión a las cercanas pinguineras, se disfruta viendo a estos simpáticos animalejos andar torpemente y rodar por el suelo; pasear por las calles, subir a la colina y mirar el estrecho de Magallanes, y, cómo no, acudir a Sotitos Bar a comerse un delicioso plato, rebosante de carne de centollo, todo peladito, sin necesidad de trabajar, con tenedor, como a los viajeros vaguetes y con hambre, como yo, nos gusta.

Un saludo y buen finde.

Sur de Chile: mágico Chiloé.

Desde la ciudad de Puerto Montt, situada más de 1.000 km al sur de Santiago se inician dos interesantes posibilidades de viaje: por una parte es el punto de salida de la carretera austral que avanza rumbo a la Patagonia entre la “selva fría”, canales e islas del sur y por otra, puerta de entrada hacía la que es sin duda mi zona favorita de Chile: el archipiélago de Chiloé.
¿Qué es Chiloé?: es un grupo de preciosas islas, de naturaleza agreste, habitadas por gente encantadora, pescadores, agricultores,..con una mitología muy interesante, que habla de barcos fantasmas, luchas entre serpientes marinas, de feos “monstruos del bosque” que embelesan y embarazan a las jovencitas locales, en resumen, un lugar mágico, que a mí en cierta forma me recuerda a Galicia; mantiene costumbres tan ancestrales e interesantes como la “minga” o traslado físico de casas entre toda la comunidad.


Desde los alrededores de Puerto Montt se cruza en ferry hacia la isla grande de Chiloé, y a veces se ven delfines nadando al lado del barco, es ya un buen comienzo. Os aconsejo recorrer la isla grande, sin prisa en 3-4 días, disfrutando paisajes, pueblos, su naturaleza, sus iglesias, su gente…..
El ferry entra por el norte de la isla grande muy cerca de la segunda ciudad más importante, Ancud, tenéis que  ir a Ancud a tomaros un pisco sour en la hostería, mirando el mar desde sus salones ojalá en un atardecer que haya tormenta y oleaje.
Pero no os aconsejo dormir en el hotel, pese a que está bien, para mí lo suyo es conducir e ir parando a dormir en las casas que forman la red de agroturismo de la isla, la gente de las casas es majísima y podréis conocer la vida real de los chilotes, y según en qué casas os alojéis, podréis salir a pescar trucha y salmón en los ríos, elegir un corderito para que os lo asen “al palo”, conocer alguno de los varios cultivos de ostras que hay en la isla, cocinar con ellos un buen curanto, hacer unas mermeladas caseras..
Conducid parando en los paísajes, y en los pueblos en los que se alzan las iglesias de Chiloé, que están integramente construidas de madera. Además de su belleza, impacta la cantidad de ellas, pues no se encuentran distanciadas más de 10 kilómetros unas de otras. Fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad

Para terminar en la zona sur de la isla, en la capital Castro, donde hay que visitar las casas sobre el agua (los palafitos), pasear por sus calles y visitar la catedral.

No nos olvidemos de la gastronomía chilota: pescado y marisco magnífico (ostras, centollos, mejillones…), cordero asado, y sin duda tenéis que probar el plato típico, el curanto, algo similar a un “cocido” pero a lo bestia, cocinado bajo tierra, con piedras calientes y que lleva varios tipos de carne, de marisco, patata….Tremendo, sabroso, contundente…

 

Sur de Chile, rumbo a la «frontera».

Inicio hoy una serie de 3 posts sobre el sur de Chile; os cuento en este primero mi visita a la que se llama la región de la araucanía y también zona de “la frontera”, situada a unos 800-900 km al sur de la capital.

Es en esta zona de Chile donde habita una mayoría de los que los españoles llamaban araucanos pero que llamaremos por su nombre, los mapuches o “gente de la tierra”, los habitantes originarios de gran parte de lo que hoy es Chile.

Viajar al sur desde Santiago se puede hacer de 3 maneras: en coche por la panamericana sur, en avión (volando a Temuco) o en autobús; ésta última opción, incluso por la noche, en uno de los muy cómodos buses cama de varias compañías. Yo lo he hecho de todas las maneras y la verdad es que en bus se va muy cómodo, es más económico y además si tienes suerte te puedes ganar, como yo, una botellita de tinto chileno en el bingo que se juega antes de dormir.

La capital y ciudad más importante de la zona es Temuco, pero no ofrece mucho de interés la verdad.

Yo suelo pasar más tiempo en Valdivia, bonita ciudad en la desembocadura del río calle-calle, famosa entre otras cosas por el brutal terremoto (se dice que el mayor de la historia) que sufrió en 1960; es recomendable dar un paseo en lancha, se disfrutan bonitas vistas de la ciudad y además podréis ver, entre otras, cosas techos y chimeneas de casas anegadas por el terremoto, que modificó profundamente la geografía del lugar. Es Valdivia una ciudad pequeña, coqueta, con influencia alemana en muchos de sus aspectos (costumbres, arquitectura, comida y bebida). De hecho una de las cosas que más me gusta y repito siempre que paso por ahí es visitar la cervercería Kuntsmann y degustar, junto con algo de comer, una de las cervezas cuasi artesanales que allí se elaboran.

A unos km de Valdivia hacia el interior (la cordillera de los Andes) está otra zona preciosa para conocer; llena de bosques frondosos, el lago Pucón, con el volcán Villarrica, y los dos pueblos con los mismos nombres destino de mucha gente de Santiago para las vacaciones de verano. Hay muchas actividades: senderismo, rafting, deportes náuticos en el lago…a mí el paisaje ya me llena lo suficiente, pasear mirando el volcán y el lago es difícilmente mejorable.

Además, cerca de Pucón está el magnífico Hotel Antumalal, uno de mis favoritos del mundo mundial, con su imagen kitsch de los 50-60, su arquitectura vanguardista para la época y sus vistas inigualables de la naturaleza.

Ya lo decía Pablo Neruda, nacido en esta zona de Chile, “…bajo los volcanes, junto a los ventisqueros, entre los grandes lagos, el fragante, el silencioso, el enmarañado bosque chileno….”.

Saludos.

Chile: en Santiago y el puerto de Valparaíso.

Hace ya unos meses de mi último viaje a Chile donde parece que el negocio de Logisfashion crecerá de manera significativa con la entrada de un nuevo cliente que supondrá triplicar la operativa que actualmente tenemos en Santiago y pasar de una bodega de 3500m2 a una de 10.000m2. Esto nos dará una capacidad de crecimiento que actualmente no tenemos y que entendemos que claramente demanda el mercado chileno. Como ya os conté en otros post, Santiago es una ciudad dinámica, con pequeño y mediano comercio que se renueva constantemente y pymes que tras crecer en el mercado local dan el salto, generalmente con éxito, a países cercano como Perú, Argentina o Colombia.

Volví a visitar varios de los restaurantes y lugares que me gustan de la ciudad, como el mercado central, lleno de magnífico pescado y marisco, con sus restaurantes donde tomarse una paila marina (sopa de pescado), unos magníficos locos o picorocos (mariscos deliciosos que en España no se venden), unas machas a la parmesana, un buen pescado a la plancha (elija usted entre corvina, congrio, merluza, ..).

Para cenar o tomar una copa, en el barrio El Golf, cualquiera de los varios restaurantes o bares del interesante hotel W.

Aprovechamos además el fin de semana para visitar la costa, en concreto Vaparaíso, un encantador puerto, lleno de colinas, funiculares, trolebuses, casitas de colores …..me recuerda, de alguna manera, a una Lisboa algo más decadente. La ciudad es desde el año 2003 patrimonio de la humanidad.

Ahí también se ve que las cosas mejoran día a día, ya no solo está el magnífico pequeño hotel Brighton, donde tomarse en su terraza un pisco-sour es ineludible para todo el que visite la ciudad; hay ya decenas de pequeños hotelitos y bed and breakfasts con encanto, donde dormir para luego salir a pasear y disfrutar la ciudad.

Por el día la ciudad gusta, y por la noche, no defrauda; hay que vivir la bohemia del puerto, en locales tan típicos como el bar Cinzano, escuchando un tango porteño con un buen tinto chileno en la mano y grata compañía.

Valparaíso es el puerto más importante de Chile, y encara ahora en 2012 el proceso de inicio de licitación de su nueva terminal que aumentará considerablemente su capacidad, no en vano, es ya la puerta de salida de miles y miles de toneladas de exportaciones chilenas, brasileñas y argentinas que cada vez más llegarán por ferrocarril y carretera por el corredor oceánico que se construye ahora para conectar la zona interior de esos dos países con el que es puerto de embarque de las mismas hacía los “tigres” asiáticos: China, Japón, Corea,….

Decía el Domingo EL PAIS que la expectativa es que en 2020 la renta per-capita de Chile sea de 20.000 dólares o unos 15.000 euros, cifras ya de país desarrollado…no me extraña, como dicen por ahí “Chile va como avión”!!.

Un saludo,

En Santiago de Chile, un café.

Viajo de nuevo a Santiago de Chile, ya sólo faltan un par de horas para llegar, y pronto estaremos sobrevolando los Andes, dejando al lado derecho del A340 el Aconcagua, espectacular, luego unos minutos más de vuelo y descenso casi en picado hacia Santiago, donde salvo que sea verano nos zambulliremos en la “eterna boina” de nubes y smogg que cubre la ciudad.

Tengo un buen amigo viviendo allí hace muchos años que cada vez que voy me prepara un buen plan de fin de semana, esta vez, se trata de una tarde de fútbol; acudir a uno de los máximos clásicos del futbol de Chile, la Universidad de Chile contra Universidad Católica en el estadio nacional.

Lo primero que hice la vez que conocí Santiago, una ciudad moderna, dinámica, que no se parece en absoluto a lo que uno se imagina debe ser Sudamérica,  fue acudir a un “café con piernas”: curiosos sitios en el centro de la ciudad, donde los oficinistas y ejecutivos van a tomar café servido por señoritas de buen ver vestidas con microfaldas, microbikinis o prendas similares, en locales repletos de espejos para observar sin recato la anatomía de las “cafeteras”. Entrar a uno de estos sitios es como viajar a la España del destape en pleno siglo XXI.

En lo económico, contaros que Chile es un país muy interesante, pese a ser un mercado pequeño (15 millones de habitantes), ha gozado de un crecimiento sostenido durante más de 25 años, existe  seguridad jurídica y facilidades a las empresas para invertir. Nos instalamos allí el año 2006 y hemos abordado varios proyectos interesantes, esta vez vengo a un par de reuniones con mis socios chilenos, encabezados por el presidente de la compañía D. Carlos Paul. Estamos en visos de conseguir un cliente nuevo que supondría doblar nuestra volumen actual en Chile (cruzo los dedos).

Después de un par de días de trabajo me quedaré algo más para viajar rumbo al sur del país, pero eso, junto con lo que vea el Domingo en el estadio Nacional lo contaré en otros posts.

Un abrazo,