Me sorprende la socarronería de los taxistas mexicanos; en los 3 días que llevo en México he tomado varios taxis a los que he preguntado por sistema que había pasado en el edificio de Pemex. A pesar de que los datos oficiales hablan de un accidente producto de una explosión de gas, nadie parece creérselo demasiado, aunque, también es cierto, nadie niega de plano esa posibilidad.
“En México todo es posible” me dijo un taxista, “México Mágico; aquí nos creemos los que nos dicen aunque sabemos que no es cierto” me dijo otro escépticamente y con una sonrisa a medias.
Sólo mi buen amigo Rodolfo se cree 100% la versión oficial de la explosión de gas en el Edificio situado en plena Ciudad de México y en la que perecieron, según cifras oficiales, 36 personas. Y se la cree en base a extrañas teorías sobre la explosión difusa que provoca el gas cuando entra en ebullición y que hace que los cuerpos no se calcinen sino que se amoraten y….
Que quereis que os cuente?; suena a “bombazo”, con el avión donde murió el Secretario de Gobernación de Calderón (Ministro de Interior) en 2008, Mouriño, suena a “avionazo” por mucho que la versión oficial hablara de accidente…¿el avión con el ministro de interior aterrizando en la ciudad de México y explota a escasos kilómetros de los Pinos (la Residencia del Presidente)…parece raro cuando menos….México Mágico.
Y es que estamos hablando de Pemex, el monopolio público del petróleo que no es tontería ya que supone el 40% del PIB de México. Pues bien, una empresa petrolera, con petróleo no como Repsol, resulta que pierde dinero a espuertas y que es incapaz de invertir en tecnología avanzada lo que impide que sea capaz de encontrar nuevos pozos en profundidad en el Golfo de México y, lo que es más sangrante, no tiene capacidad de refino suficiente lo que obliga a México a ser importador de gasolina de los EEUU….
Se calcula que un 30% del petróleo producido es saqueado por bandas organizadas (¿controladas por el narco?). Adicionalmente, sus dirigentes y su potente sindicato están sumidos en tremendas causas de corrupción que no hacen sino incidir en el saqueo de la compañía. Pues con este escenario en el que se está planteando la privatización de la Compañía (tema muy polémico pues desde la nacionalización por Lázaro Cárdenas ha sido motivo de orgullo mexicano), y recién llegado Peña Nieto, esto es el PRI, a la Presidencia, explota la sede central de Pemex…
Y está el narco por medio; el narco que, no olvidemos, mueve cantidades ingentes de dólares lo que le permite controlar muchas grandes empresas mexicanas. Y no se sabe (por lo menos el gran público) hacia donde tirará Peña Nieto.
Calderón, como bien documenta Anabel Hernández en su valiente libro México en llamas, apoyó al Cártel de Sinaloa (esto es al Chapo) contra el resto de grupos (especialmente el Cartel del Golfo y los sangrientos Zetas que dominan la zona del Golfo donde Pemex extrae petróleo).
¿Hacia donde tirará Peña Nieto?
¿Pudo ser la explosión una advertencia?
Pues, como me dijo otro taxista, “lo único claro es que lo que pasó nunca lo sabremos…”.