La maratón que no fue

Se trataba de correr la maratón de Santiago junto con el equipo de Casaideas para celebrar el contrato firmado entre ambas empresas. Tomás, el Director de Operaciones, es un runner reputado y cuentan en el equipo con un algún que otro animal de los deportes extremos. Lo que acordamos en una noche, creo recordar con alguna cerveza de más, lo rebajamos al poco tiempo a la media maratón que se ajustaba más a las características del equipo Logis. Sin duda un equipo correoso, pero menos pro que el de Casaideas.

El compromiso era por parte de todo el equipo directivo que se preparó a conciencia. Hubo bajas previas (José María se inventó una oportuna artroscopia en la rodilla la misma semana de la carrera…), pero el resto del equipo aterrizamos en Santiago directos desde Panamá el viernes por la noche con la intención de reposar para la carrera del domingo. Lo cierto es que yo ya tenía decidido mi ausencia de la carrera por problemas en el tendón que no me dejarían correr, pero, para no desgastar la moral del equipo, mantuve la incertidumbre de mi presencia hasta el final.

Allí estaba Galache que también se proponía correr con nosotros (este sí que hubiera dejado alto el pabellón de Logis) pero, ni corto ni perezoso, nos recibió con una cena en el Mestizo. Me gusta este restaurante, claramente de moda y ubicado en el mismo Parque del Bicentenario cosa que, especialmente con buen tiempo, le da mucha vidilla. Tomamos “locos” que hacía mucho tiempo que no probaba y que me parecieron tan insípidos, aunque tan imprescindibles con siempre. Comimos unas machas a la parmesana deliciosas y una entraña espectacular. Claro está, todo con cerveza y buen vino chileno (sé que no lo fue, pero digamos que un Marqués de Casa Concha…es que no acabo de recordar el que pedimos…). Y la noche no podía terminar así. Primero al Balbona (demasiados españoles…) y luego a una disco colombiana también demasiado poblada de españoles (andan por todas partes en Santiago.).

En fin, que la noche se complicó, aunque afortunadamente la Candelaria cerraba pronto. No fue la mejor manera de preparar la carrera del domingo; sin duda no lo fue.

Eso sí, el sábado todos los runners se cuidaron. Gonzalo no se permitió ni una mísera cerveza en el Formentera donde vimos la victoria del Atleti en Málaga. Miento, acabó tomándose un par, pero es que eran Mahou. Pere y Josep María ni agua bebían.

Gracias a ello dieron el callo en la carrera. La disfrutaron y consiguieron un resultado memorable. Bueno, al menos pasaron un buen rato y no sufrieron más de la cuenta. Como les envidio porque yo soy incapaz; siempre acabo sufriendo demasiado…

Y después de la carrera, gracias a Leo el hijo de Mario pudimos visitar las bodegas de Concha y Toro en las cercanías de Santiago. Había que ver cómo me comían los chavales después de la carrera. Esa cata con quesos donde devoraron como si no hubiera mañana. Así acabaron menos tocados pues bebimos bastante vino. Y como no, acabamos comiendo en la misma bodega con una botella del delicioso Epu, aunque Gonzalo estuviera empeñado en beberse una cerveza.

Por cierto, visitamos el famoso Casillero del Diablo que es donde el Marqués de Concha y Toro guardaba sus vinos más preciados…y se inventó la leyenda de la presencia del diablo para evitar que los lugareños entraran a robarle las botellas.

¡Pero también trabajamos!

Esto fue el aderezo de unas jornadas de trabajo, días intensos por cierto, porque las obras de nuestra nueva bodega van viento en popa…y en julio tenemos que inaugurar la operación con 14 mil 500 metros cuadrados con un grado de automatización absolutamente innovador.

 

 

Y si, Gonzalo se salió con la suya y acabamos cenando en el Liguria…;)

 

 

Pisando fuerte en Chile

pisandofuerteenChileAhora si que se produjo el desembarco en Santiago de Chile. Todo el equipo de Logis para poner en marcha los pilares de lo que será una gran operativa basada en un gran cliente con el que hemos llegado a un acuerdo que creo va a ser muy positivo para ambas partes y nos servirá, para poner definitivamente un pie en Chile y, quien sabe, tal vez para saltar a Perú el año que viene…pero eso ya es otra historia.

Nos recibió Santiago con una magnífica comida en el Km. 0 del hotel W (¡cómo me gusta este restaurante!) con mis buenos amigos de Casa Ideas  y una cena no tan buena en el Puerto Marisko de Isidora Goyenechea   (tal vez la culpa es que el marisco…). Un día completo que nos hizo olvidarnos del jet lag. Y más cuando al día siguiente me dediqué, con nuestro flamante fichaje Josep María, a visitar a los viejos asesores que utilizamos hace una década cuando empezamos a trabajar en Chile de la mano de 2 emprendedores que porfiaron para llevar Logisfashion al país andino y que, todavía, siguen siendo buenos amigos (Oscar y León).

Pasa el tiempo y todos envejecemos, pero los países avanzan y el cambio de Chile en estos años ha sido bestial. ¡Qué pena que no esté Luchito para contrastarlo! Siempre me da pena cuando voy a Santiago y me acuerdo de los buenos momentos que pasamos allá por el 97 con Paula y Lili…pero no me pongo sentimental.

Por cierto, ¡qué caro está Santiago!! Precioso pero caro…santiagochile

Por allí andaba otro español chilenizado, Dani; gran amigo y atlético con el que disfrutamos de un fin de semana completo. A saber: carrerita el viernes por la tarde hasta casi la cima del Cerro San Cristóbal (12 kilómetros que me llevó con la lengua fuera), cena en el barrio Bellavista, gran lugar el Étniko con memorables copitas (incluso botella), en el Chocolate (en la zona VIP que tiene mucha más clase), partidito del Atleti y 5-1 al Betis y culminamos con asado acompañado de su grupo de expatriados españoles mientras vimos el Barça-Madrid.

Bueno, vimos el Barça-Madrid y la tarde se alargó hasta acabar tomando copas en el Balbona y otro lugar de cuyo nombre no me acuerdo y del qué, con buen criterio, me retiré a tiempo porque empezaba a pintar complicado el levantarse en plenitud de condiciones al día siguiente…y el día siguiente, esta vez ya en solitario, tenía toda la intención del mundo, como así fue, de subir hasta la cima del Cerro…a pesar de que las condiciones no eran las idóneas.

Atleticosensantiago

 

Haciendo millas, primera parada Chile

Esta semana me espera una agenda intensa de muchos viajes, reuniones en diferentes ciudades, pues en tan solo 10 días, voy a estar en 4 grandes países: Chile, Colombia, Panamá y México. Muchos kilómetros, diversas realidades y múltiples proyectos.  Por un lado me da un poco de pereza,… (no puedo negarlo me estoy haciendo mayor ) de tantas horas de vuelo que me voy a meter y los respectivos jetlags pero por otro me apetece ver cómo avanzan los proyectos en cada mercado y reunirme con los equipos.

las condes, santiago de chile,

Esta vez, mi primera parada es  Santiago de Chile, las más de 14 horitas de vuelo no me las quita nadie, llegando al Arturo Merino Benítez  me voy como siempre al Hotel Intercontinental Santiago que está muy bien ubicado en la zona de las Condes.

 

¡Qué gusto es llegar en veranito, con los días más largos, la luz del sol reflejada en los grandes edificios  y ver la ciudad y las terrazas en plena ebullición!

Santiago es una ciudad segura (comparada con otras en Sudamérica) y me gusta pasear por la orilla del río Mapocho que baja con una fuerza impresionante. Y es que el agua baja de la cordillera con una fuerza brutal. Es probablemente la presencia permanente de la cordillera lo que le da carácter a la ciudad. La única pega es la fuerte contaminación, por las mañanas ver la cordillera impacta pero a medio día se te olvida su presencia al cubrirse el cielo de ese manto grisáceo que lo nubla todo.

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Es un país muy interesante tanto a nivel de negocios como para recorrer sus extensos 4270kms de largo en múltiples viajes.  En el 2015 fue premiado con los World Travel Awards como el mejor destino de turismo aventura en Sudamérica, ya que puedes realizar cualquier tipo de deporte acuático, escalar, caminar, andar en bicicleta, volar por las nubes, esquiar, subir montañas, bajar volcanes, explorar glaciares y más.

Recuerdo el viaje que hice  unos años al Sur que me gustaría ampliar  y conocer Pucón y Villarrica o hacerme otra vez la ruta desde Puerto Montt por los canales patagónicos y recorrer el parque natural de Torres del Paine.

Tirando de blogoteca os dejo con el  post de ese magnífico viaje: Navegando hacia la Patagonia  …

«Desde Puerto Montt también sale otra ruta magnífica, la que se hace navegando durante 4 días por los canales patagónicos rumbo a Puerto Natales, para desde ahí conocer el increíble parque natural Torres del Paine y la ciudad más austral del mundo: Punta Arenas… >>ver más

 

Foto credit: El blog de Davichu

Dos clásicos en Santiago de Chile

Don Carlos vs. Le Due Torri, uno enfrente del otro destacando entre los muchos restaurantes que se asoman a la Avenida Isidora Goyenechea. No necesitan anunciarse, no es necesario que tenga la molesta figura del personaje asomado que te invita a entrar y probar las delicias del lugar. Y no lo es porque todo el mundo los conoce, porque dentro de los barrios altos de Santiago, en plena Vitacura, no hay 2 clásicos como estos.

Con sus camareros maduritos y profesionales embutidos en su chaqueta blanca, con su clientela fiel y acostumbrada al trato diligente y a dejarse aconsejar. Con sus especialidades del día, más italiano en Le Due Torri, más señorial el Don Carlos pero siempre atentos a sus señas de identidad.

Pues bien, con todo esto y mucho más me dio por comer un día en el Due Torri y cenar en el Don Carlos. En el primero, en solitario, me zampé una albacora en salsa de locos. En el segundo, ya acompañado de buenos amigos, un mero de profundidad que parece sólo se encuentra allí. Ganó el mero, no por goleada pero, es verdad que es un pescado más jugoso que la albacora, por mucho que se esconda tras la delicada salsa de locos.

El viajero de la logistica en Santiago de Chile

Santiago de Chile,

Todo esto para dar entrada a mi último viaje a Santiago. Hacía un año que no lo pisaba, justo también en diciembre y que bonitos son los últimos días de primavera. Sobre todo cuando vienes del frío del hemisferio norte es un gustazo aterrizar en el otro lado del mundo donde empiezan a disfrutar de los días largos y cálidos que anuncian el inminente verano (me ha quedado un poco cursi…). Pero lo cierto es que el espíritu del verano se respira  en la alegría de la gente que inunda las terrazas de Vitacura, Las Condes o Providencia…

Y todo esto a pesar de la situación del país. Se quejan las clases acomodadas del país en masa del gobierno, especialmente de la reforma tributaria que parece pretender que paguen impuestos (que cosas…) lo que está haciendo que se frene la economía en una especie de boicot de estas familias que controlan el país y se niegan a pasar por caja. Pero también de la reforma laboral que no entendí muy bien cuando me la explicaron pero me imagino que pretende modificar el esquema anterior ultra liberal. Claro que también afecta la crisis de las materias primas, especialmente los bajos precios del cobre que es la gran fuente de exportación chilena. Mmmm…vamos a ver qué pasa pero parece que puede haber un par de añitos complicados.

Me dio tiempo para una buena carrerita por el parque del Bicentenario y me permitió volver  a ver a mi amigo Mario, que hacía tiempo que no veía y me puso al día de sus nuevas aventuras como Director de una gran empresa chilena de productos de hogar con la que es posible que podamos colaborar (y mucho). Cenamos y tomamos unos buenos piscos mientras nos contamos nuestra vida (habida y por haber)

Y a todo esto Logisfashion, o mejor dicho Logismoda que es la sociedad en la que participa Logisfashion en  Chile y que, poco a poco parece que mejorando sus cifras de ventas a pesar de las crisis. Me encantaría que pasara a formar parte del grupo de empresas gestionadas por Logisfashion como una filial más pero no depende de nosotros. Y creo además que sería lo mejor para la empresa…ya veremos lo que pasa y, como no, os lo iré contando, aunque en este post de lo que se trataba era de la rivalidad entre 2 clásicos.

 

 

Photcredit: Shutterstock

¡Qué bonito es Santiago en veranito!

Que emoción llegar a Santiago tras casi 4 años de ausencia…y que buen momento llegar en diciembre, cuando más bonitos son los días anticipando el veranito…y cuando hace tanto frío por Europa.

Y eso que había tenido un viaje movidito en el vetusto avión de Aeroméxico que hace el trayecto del DF a Santiago por la noche. Me tocó además al lado un señor muy simpático que había (casi) perdido una pierna en un accidente de moto 9 meses atrás. Esto me lo contó con pelos y señales, sin ahorrar detalles en las 4 infecciones posteriores que había sufrido y las 14 intervenciones que llevaba en la pierna. También como, todavía en el asfalto y con la pierna agarrada sólo por piel, llamó a su mujer para decirle que no iba a llegar a comer. Incluso con un gracejo más andaluz que chileno, me contó cómo le contaron que le iban a tener que cortar la pierna. Al final la salvó de milagro porque un médico (de origen alemán, hijo de emigrantes tras la WWII…¡vaya el hijo de Mengele imaginé!) le dijo de manera seca, incluso agresiva, que si había alguna vena de la que pudiera tirar, alguna aprovechable, él le salvaba la pierna. También le dijo que para cómo iba a quedarle la pierna, casi mejor cortarla. Y así fue, se la salvó pero…y mira que el hombre tenía buen humor y ganas de enseñarme la pierna. Mientras se quitaba la malla para explicarme los injertos que le habían hecho de masa muscular del glúteo (si, del culo) de la otra pierna, yo iba poniendo cara de circunstancias. Al principio, esa condición humana entre curiosa y morbosa, me había hecho interesarme. Sin embargo ya había pasado la frontera en que la curiosidad se había tornado en algo desagradable. No me gustaba el torrente de naturalidad impúdica pero tampoco sabía cómo pararla. Este hombre se había convertido en un torbellino dispuesto a contarme todos los detalles de su operación y, lo que es peor, sus múltiples infecciones que le tuvieron al borde del colapso en más de una ocasión. Os imagináis lo que es que os cuente que la pierna se le puso como un morcón ibérico que explotó como un grano saliendo toda la infección (la pus) disparada. Que tuvo suerte porque si en lugar de salir la infección hacia fuera se hubiera esparcido por su cuerpo vía el torrente sanguíneo no hubiese durado más de 2 horas…

Y claro, trajeron la comida…y yo había pedido raviolis con salsa boloñesa que, entre que estaban viscosos y lo que tenía al lado…me dieron la noche. Me hice el dormido rápidamente para evitar más interacción (mira que siempre trato de correr un tupido velo con mi vecino de asiento…y más si hay noche de por medio…)

IMG-20150210-WA0015Relajado ya, tras una reparadora ducha en el Intercontinental de Santiago, empezaron 3 jornadas maratonianas de trabajo con visitas a bodegas (almacenes, no os creáis lo que no es), interminables reuniones con nuestros socios locales y visitas junto con nuestros amigos de Bestseller a los que traje las pertenencias olvidadas en el hotel de Santiago. Y resulta que la mayoría de las prendas que traje no eran suyas…se habían equivocado en el hotel dándome prendas de otro huésped…que desastre!!! Y para eso tuve que dejar media maleta en el DF!!!

Tanto la primera noche la cena en el “Aquí está Coco”, restaurante tradicional de mariscos que no conocía (me lo había recomendado mi compañero de asiento en el avión), como la segunda con nuestros amigos daneses en el Astrid y Gastón (Gastón Acurio tiene la gracia de que siempre acomoda su cocina en cada país a los productos nativos) disfrutamos de los mariscos y pescados chilenos; incluso de la carne en un plato de Gastón llamado algo así como “vaca entera”. Se come bien en Santiago (aunque no barato).

IMG-20150210-WA0016 (1)Y me parece muy agradable volver al hotel desde Las Condes a Vitacura paseando a la orilla del Mapocho que baja con una fuerza impresionante. Especialmente en un canal pegado al hotel Radisson que asusta de pensar que pasaría si alguien se cae. Y es que el agua baja de la cordillera con una fuerza brutal. Es probablemente la presencia permanente de la cordillera lo que le da carácter a la ciudad.

Bueno, eso y los terremotos…aunque esta vez no me tocó…

Y me iba de vuelta para México cuando me llaman desde España para decirme que Aeroméxico ha retrasado mi vuelo…en lugar de salir a las 11 de la noche saldría a las 5 de la mañana…Ahí es nada!!!

Chile: en Santiago y el puerto de Valparaíso.

Hace ya unos meses de mi último viaje a Chile donde parece que el negocio de Logisfashion crecerá de manera significativa con la entrada de un nuevo cliente que supondrá triplicar la operativa que actualmente tenemos en Santiago y pasar de una bodega de 3500m2 a una de 10.000m2. Esto nos dará una capacidad de crecimiento que actualmente no tenemos y que entendemos que claramente demanda el mercado chileno. Como ya os conté en otros post, Santiago es una ciudad dinámica, con pequeño y mediano comercio que se renueva constantemente y pymes que tras crecer en el mercado local dan el salto, generalmente con éxito, a países cercano como Perú, Argentina o Colombia.

Volví a visitar varios de los restaurantes y lugares que me gustan de la ciudad, como el mercado central, lleno de magnífico pescado y marisco, con sus restaurantes donde tomarse una paila marina (sopa de pescado), unos magníficos locos o picorocos (mariscos deliciosos que en España no se venden), unas machas a la parmesana, un buen pescado a la plancha (elija usted entre corvina, congrio, merluza, ..).

Para cenar o tomar una copa, en el barrio El Golf, cualquiera de los varios restaurantes o bares del interesante hotel W.

Aprovechamos además el fin de semana para visitar la costa, en concreto Vaparaíso, un encantador puerto, lleno de colinas, funiculares, trolebuses, casitas de colores …..me recuerda, de alguna manera, a una Lisboa algo más decadente. La ciudad es desde el año 2003 patrimonio de la humanidad.

Ahí también se ve que las cosas mejoran día a día, ya no solo está el magnífico pequeño hotel Brighton, donde tomarse en su terraza un pisco-sour es ineludible para todo el que visite la ciudad; hay ya decenas de pequeños hotelitos y bed and breakfasts con encanto, donde dormir para luego salir a pasear y disfrutar la ciudad.

Por el día la ciudad gusta, y por la noche, no defrauda; hay que vivir la bohemia del puerto, en locales tan típicos como el bar Cinzano, escuchando un tango porteño con un buen tinto chileno en la mano y grata compañía.

Valparaíso es el puerto más importante de Chile, y encara ahora en 2012 el proceso de inicio de licitación de su nueva terminal que aumentará considerablemente su capacidad, no en vano, es ya la puerta de salida de miles y miles de toneladas de exportaciones chilenas, brasileñas y argentinas que cada vez más llegarán por ferrocarril y carretera por el corredor oceánico que se construye ahora para conectar la zona interior de esos dos países con el que es puerto de embarque de las mismas hacía los “tigres” asiáticos: China, Japón, Corea,….

Decía el Domingo EL PAIS que la expectativa es que en 2020 la renta per-capita de Chile sea de 20.000 dólares o unos 15.000 euros, cifras ya de país desarrollado…no me extraña, como dicen por ahí “Chile va como avión”!!.

Un saludo,

En Santiago de Chile, un café.

Viajo de nuevo a Santiago de Chile, ya sólo faltan un par de horas para llegar, y pronto estaremos sobrevolando los Andes, dejando al lado derecho del A340 el Aconcagua, espectacular, luego unos minutos más de vuelo y descenso casi en picado hacia Santiago, donde salvo que sea verano nos zambulliremos en la “eterna boina” de nubes y smogg que cubre la ciudad.

Tengo un buen amigo viviendo allí hace muchos años que cada vez que voy me prepara un buen plan de fin de semana, esta vez, se trata de una tarde de fútbol; acudir a uno de los máximos clásicos del futbol de Chile, la Universidad de Chile contra Universidad Católica en el estadio nacional.

Lo primero que hice la vez que conocí Santiago, una ciudad moderna, dinámica, que no se parece en absoluto a lo que uno se imagina debe ser Sudamérica,  fue acudir a un “café con piernas”: curiosos sitios en el centro de la ciudad, donde los oficinistas y ejecutivos van a tomar café servido por señoritas de buen ver vestidas con microfaldas, microbikinis o prendas similares, en locales repletos de espejos para observar sin recato la anatomía de las “cafeteras”. Entrar a uno de estos sitios es como viajar a la España del destape en pleno siglo XXI.

En lo económico, contaros que Chile es un país muy interesante, pese a ser un mercado pequeño (15 millones de habitantes), ha gozado de un crecimiento sostenido durante más de 25 años, existe  seguridad jurídica y facilidades a las empresas para invertir. Nos instalamos allí el año 2006 y hemos abordado varios proyectos interesantes, esta vez vengo a un par de reuniones con mis socios chilenos, encabezados por el presidente de la compañía D. Carlos Paul. Estamos en visos de conseguir un cliente nuevo que supondría doblar nuestra volumen actual en Chile (cruzo los dedos).

Después de un par de días de trabajo me quedaré algo más para viajar rumbo al sur del país, pero eso, junto con lo que vea el Domingo en el estadio Nacional lo contaré en otros posts.

Un abrazo,