Me es muy difícil predecir el tiempo que va a hacer cuando voy a México; más o menos sé que a partir de mayo es temporada de lluvias (hasta noviembre?) y que de noviembre a febrero hace frío por las noches. Sin embargo esto es muy variable y puede hacer días maravillosos o encontrarte con lo que llaman frentes fríos (numerados correlativamente) que hacen que haga un frío del carajo…
Y esto es lo que me encontré el tercer jueves de enero cuando aterricé en el vuelo que llega de España a las 6 de la mañana…0 grados y una sensación térmica de mucho, mucho frío. Como además no vas preparado la cosa es todavía más dramática…¿por qué no miraré la previsión del tiempo antes de viajar?
Dejando este tema de lado y, como no, la bronca de siempre en el hotel cuando le dan las primeras habitaciones que preparan a las azafatas de Iberia y me hacen esperar mientras, graciosas ellas, se vanaglorian con sus llavecitas contoneándose camino del ascensor (Jesús que paciencia!); el viaje al DF puede ser considerado como muy provechoso.
Confirmamos un crecimiento en 2013 de un 60%, disparando la cifra de beneficio operativo hasta los 7M de pesos desde el millón y poco de 2012 y un presupuesto de 2M. Adicionalmente, los clientes están contentos y con previsiones de crecer ventas en 2014 ya que parece que los negros augurios para la economía mexicana que se vislumbraban en 2013 se han evaporado. Lo cierto es que todo el mundo confía de manera ciega en las virtudes (en forma de lluvia de dólares) que la reforma energética de Peña Nieto puede tener sobre la reactivación económica del país (siempre y cuando los argentinos no provoquen otra debacle mundial..). Además. México se clasificó llorando para el mundial…menos mal!.
Así pasé los días entre visitas a clientes, comidas copiosas, cenas regadas con tequilas y alguna que otra copita por la Roma (ese Bengala de moda). Como no podía ser de otra manera, he aprendido que cuando las noticias son buenas hay que celebrarlas lo antes posible…no vaya a a ser que venga alguien a joderlas…
Además el lunes teníamos cita en Guadalajara con Cloe; cliente al que le hicimos un buen trabajo de consultoría y que nos confirmó que sigue adelante con nosotros en el proceso de manejarle su bodega, lo que nosotros llamamos proyecto inhouse. Esto es entrar en casa del cliente y tomar su operativa a un coste variable (por unidad). Esto le permite al cliente variabilizar su coste fijo y aprovecharse de nuestro know how, obteniendo una serie de ventajas pactadas en coste y eficiencia. Por su parte a nosotros, crecer sin necesidad de acometer inversiones muy elevadas. De hecho es el modelo de implantación que estamos siguiendo exitosamente en México y que queremos seguir en otros países…como Colombia pero eso será parte del próximo post.
Para celebrar el contrato, nos metimos entre pecho y espalda una contundente birria tapatía (con Yuri y Pere…) que, cuando menos a mi, me provocó un ardor de estómago descomunal.
No se si sería por la grasa de la sopa (hecha con chivo y muchas especies…), por las grandísimas tortillas que las acompañaban (como llantas de camión) o, tal vez, por el mucho picante que le eché…
En el próximo viaje a México, le sería rentable que le acompañara, por los siguientes motivos:
a) Puedo prepararle la información del tiempo, antes de la salida.
b) Llevaré Almax u Opiren (según convenga), para un auténtico disfrute epicúreo del llantar.
c) Me encargo de suministrarle los Habanos, para una máxima satisfacción post-pradial. Desde Hoyo de Monterrey, Bolívar, H.Upmann, -Serie D nº 4 de Partagás, etc.
d) Decía Napoleón que las victorias hay que celebrarlas con champan porque uno lo merece y las derrotas también porque uno lo necesita.
Saludos.
Antonio