Y llegó el gran día. Tras poco dormir, suena el despertador a las 5am. Me asomo a la ventana y confirmo la predicción de viento huracanado. De hecho era la primera vez que la app del tiempo del iphone me indicaba un símbolo como el de la nubecita soplando (imagino que los windsurferos lo verán de otra manera pero no hay cosa que me desagrade más que el viento).
Para más inri, viento del norte lo que es especialmente jodido por: los 5 puentes que atraviesa la maratón y porque es una maratón que comienza al sur de NYC (en Staten Island) y acaba al norte (en Central Park) por lo que la mayoría del recorrido tienes el viento en contra. Hace 4 años, en mi primera maratón (donde por cierto hice mi mejor marca con 3.10) había llegado a la isla en ferry (que es más coñazo pero también más impresionante cuando pasas por delante de la Estatua de la Libertad). Esta vez tenía que tomar el autobús enfrente de la Biblioteca pública en la Quinta Avenida lo que me daría una horita más de sueño. No quita para que abandonara el hotel con mi disfraz de homeless al que no le faltaba el cartón, la mantita adquirida el día antes en Century 21 por 11$ y todo tipo de ropa de abrigo también adquirido para luego desechar (pantalón de pijama de forro polar (12$), chaqueta cedida por Cristobal de Tokyo (esta me supo mal dejarla), jersey de Tuck de Paula, bufanda regalo de unos reyes antiguos, gorrito de golf…). Claro que también tienes la parte que puedes recuperar pues te dan una bolsita transparente con tu dorsal donde puedes meter una chaqueta, el móvil, la cartera y una camiseta de repuesto que luego te entregan en la meta…42 kms después.
Todo está muy bien organizado, imaginad si no como sería realizar una carrera con más de 50.000 participantes que salen desde un punto remoto para acabar en el centro de la ciudad. Si a esto le añadimos que, por el miedo a un atentado terrorista después de Boston 2013, las medidas de seguridad son extremas, más vale que esté bien organizado; y lo está.
Todo está medido al detalle, la zona donde has de esperar un par de horitas hasta que llega la hora de empezar a quitarte capas, la zona de carpas de desayuno y baños (fundamental), el momento en que has de entregar tu bolsa al camión de UPS, la hora en que ya has de entrar al corral (así se llaman) asignado, el momento en que ya has de quitarte todo lo que quieras donar. Son esas dos horitas cortas las que yo (perro viejo) me tumbo en el cartoncito y me tapo con la mantita a la espera de la salida dando sorbitos a un café calentito. Y menos mal porque la temperatura (4 grados) y el viento, sobre todo el viento, hicieron la espera muy desapacible.
Y llega el momento de la salida. Como no, himno americano a capella a los pies del puente de Verrazzano. Impresionante espectáculo, incluso para los que salimos desde abajo y no vemos a los pros salir disparados a ritmos que seríamos incapaces de mantener ni 500 metros seguidos. Adrenalina a tope, pasas por el detector del chip y suben las pulsaciones. Ya estamos en carrera y me pongo a seguir al grupo de 3:10 (hay pacemakers que marcan el ritmo con un cartelito para el que quiera conseguir una marca determinada). Muy útiles si lo hacen bien y no te meten el cartel en el ojo como ocurrió con el japonés chiquitito que llevaba la que yo seguía. El viento que entra de costado en el puente es bestial tirándonos hacia nuestra derecha. Las bolsas y prendas finales que la gente descarta al iniciar la carrera cruzan el puente como proyectiles hacia el Oceano. Son las primeras 2 millas que se hacen complicadas; se me vuela un imperdible del dorsal que he de llevar sujeto con la mano porque me da miedo que se vuele. Además, bajo el puente, no funciona el gps por lo que es imposible saber el ritmo. Me limito a seguir al pacemaker que tiene grandes problemas para sostener en alto el cartel y que no lleva el ritmo adecuado. Pasamos el km 5 y el que lleva el cartel de 3:15 va por delante nuestro con lo que el japo se pone nervioso y cambia de ritmo. Es pronto para quejarse pero se oye algún gruñido por detrás…
Así seguimos hasta el km 15 donde debía ver a Paula; no la veo pero voy fuerte y casi sin darme cuenta me da la sensación de irme del grupillo lo cual me lleva a pensar que puedo mejorar sensiblemente la marca. En el 20 me vuelven a coger y ya no voy tan sobrado. Son kilómetros complicados con varios puentes mientras se cruza Brooklyn y se llega a Queens. Ya más justito, por el kilometro 25 se cruza el puente de Queensboro para entrar en Manhattan. La primera parte del puente es una subida sostenida en la que me cuesta mantener el ritmo del grupo pero me agarro con las uñas; acostumbrado al ruido del millón de personas que salen a las calles en el Bronx en el puente se respira tranquilidad. Se baja hacia la primera Avenida en fila casi de 1 y, sorpresa al tomar la curva para dejar el puente, el griterío es nuevamente ensordecedor, parece que te animan a ti. Me crezco y aguanto 5 kilometros más con el grupo. Tal vez fui demasiado optimista, en el 30 digo basta (el muro?) y veo como se aleja el cartelito mientras entramos en el Bronx. Mi ritmo ya es muy bajo pero no quiero bajar de 5 minutos kilometro; lo mantengo hasta el 35 ya en la Quinta Avenida con dirección a Central Park. Esos 7 últimos kilómetros se me hacen eternos…me pasa hasta el apuntador. No me siento cansado pero las piernas no me van, siento que me voy a caer en cualquier momento, quiero correr más pero las piernas me duelen demasiado. Se que no voy a mejorar por lo que me dejo ir. Veo a Paula a falta de 3 kilometros y le hago el habitual ya símbolo del pulgar hacia abajo…otra vez pinché. Te dicen que una buena maratón se corre cuando haces la segunda media un poquito más rápido que la primera (sólo un 5% de los hombres y un 8% de las mujeres la hicieron así en 2013). Me arrastro pero todavía paso cadáveres, gente que anda, que estira en los costados…Ya estoy en Central Park y esto está acabado pero hay que sufrir un poco más. Por fin el km 40…South Central Park (impresionante el gentío), últimos metros, intento esprintar (por llamarlo de alguna manera) para, al menos, bajar de 3:20….3:19:46…me duele todo. Miles de voluntarios para atenderte en la meta (en total 12.000 voluntarios que hacen un papel espectacular). Keep walking, keep walking…feeling ok?
Te dan tu medalla con la consiguiente felicidad de la gente; ves caras de alivio, de sufrimiento, de alegría…sigues andando cuando lo que tu cuerpo te pide es tirarte…pero hace frio, mucho más a medida que el sudor se enfría. Te ponen un plástico térmico y sigues andando. Feeling ok? Feeling ok? Pues no, tengo mucho frío…tenemos la warming tent donde entrar en calor. Y que maravilla, era una tienda con la calefacción a tope donde te controlaban como estabas, te medían la tensión, la temperatura, caldito caliente…me puedo dar un masaje?
Of course…y a 2 manos me lo dieron 2 simpáticas señoritas…vamos que no me sacaron de allí ni con agua caliente…