Ya me tocaba ir a China después de casi un año sin dejarme caer por el lejano oriente…y en esto que en un arranque impetuoso me dije de hacer una paradita en Dubái y qué mejor que llevarme a Paula para conocerlo. Y ni cortos ni perezosos nos dejamos caer en Dubái para pasar un fin de semana que se prometía caluroso por las fechas.
No es que pensara que fuera a ser barato, pero como saqué el hotel con puntos de Intercontinental (gran hotel el Intercontinental en plena Marina) y mi vuelo era de paso…pues no pensé yo que la broma se nos escapara demasiado de las manos.
Pero Dubái es caro, si amigos, muy caro; sólo los taxis (y los vuelos de Emirates) son baratos…curiosamente todo lo que tiene que ver con el petróleo que es lo que le ha dado vida a este emirato. Aquí todo te lo cuentan antes y después del petróleo como si te hablaran de antes y después de Cristo.
Lo que hacían antes los beduinos nómadas y los pescadores que poblaban este asentamiento donde, por su estratégica posición, se comerciaba desde hacía tiempo entre Asia y Europa. Pero básicamente les cambió la vida cuando se dieron cuenta que tenían el culo encima de una de las mayores reservas de petróleo del mundo…y lo que eran dejaron de serlo para convertirse en nuevos ricos. O eso dicen porque dubaities como tal pocos ves. De una población de 8 millones, solo hay medio millón de locales que tienen unos privilegios descomunales.
El jeque les entrega una casa de 500 m2 cuando se casan, un sueldo anual porque si…todo para que se arrejunten entre ellos y procreen…y es que, debido a la alta inmigración y la dificultad que paquistaníes, indios o filipinos tienen para traer a las familias, la tasa de hombre/mujeres es de 3/1…todo está descompensado aquí.
Eso sí, como tienen dinero y una estrategia clara; ser el centro turístico donde se gasten la pasta todos los ricachones de la zona, han apostado claramente por el turismo…y todo a lo grande, no les vale ser segundos: el edificio más alto del mundo, el parque temático cubierto más grande del mundo, el hotel de más estrellas, la aerolínea más chula (esto lo digo yo) ….
Hablando de hoteles, después de un primer día de relax en la piscina del hotel (salimos a dar un paseo por la playa a mala hora y salimos escaldados por el calorón…no deja de ser pleno desierto…), teníamos reserva en el restaurante del famoso Burj Al Arab (el hotel de siete estrellas…). Pensé que era una forma de conocer el hotel sin tener que pagar los 1000€ que vale la noche y me gustó la idea de cenar en el restaurante de la planta 27 (Al Maharat). Todo bien salvo que el tema empezó con que NO nos dieron una mesa con vistas sino una en el centro del restaurante de lo más normalita. Ya no me gustó demasiado y menos cuando vi los precios de los vinos. Coño, no me planteaba una cena así sin vino, pero es que el más baratito rondaba los 200€…repito el más baratito que en España te cuesta 20 en un restaurante y te quejas…os podéis imaginar a cuanto ascendió la cena, sin vistas y que no se pasó…en fin…ya os dije que no es para mochileros.
Merece la pena visitar la parte antigua de la ciudad con un zoco curioso donde si o si te colocan cosas. ¡Mira que le insistía a Paula en que no se dejara seducir por los cantos de sirena, pero…hasta a mí me convencieron con sendas camisetas de Griezmann que acabé adquiriendo para Gon y Gueorgui…como saben los muy zorros! Y es que hay que hacer patria aunque sean falsas…digo yo que a más demanda…todo cuenta.
Lo mejor sin duda fue la excursión por el desierto. Te llevan en unos land rovers vintage espectaculares y puedes apreciar la inmensidad del mismo. Orix, gacelas, espectáculo de halcones (no podía faltar) y cena final en un campamento muy chulo. Lo mejor la shisha (no sé lo que le metieron a Paula en la misma) y nuestras amigas paquinglesas que no dejaban de hablar. Que tipas más simpáticas…para un ratito.
Estas nos convencieron de subir al Burj Kalifa en nuestro último día. 850 metros de edificio que, por supuesto, es el más alto del mundo.
Lo que creíamos que había costado 100 Dirhams (25€ al cambio) resulta que fueron 1.000 (se nos escapó un cerito) …es decir que subir nos costó 250 euracos…eso sí, trato VIP con fast track…en fin, lo dicho, Dubái no es para mochileros (o iban a pasar mucha hambre…)