Os dejé en Bogotá en mi último post saliendo para México. Llegaba una mañana, me recogían del aeropuerto y tenía que ir rápidamente al almacén de Logis pues llegaban unos buenos clientes daneses con los que estamos trabajando para ofrecerles todo el servicio de su puesta en marcha en Latam…proyectazo!
Iris con su bólido me había de recoger a las 13:30 y ahí empecé a recordar lo que era la Guadalupana en el DF. Como era 11 de diciembre y el día 12 se celebra la Virgen y la aparición de la misma ante el indiecito Juan Diego, las calles estaban colapsadas por la llegada de miles de procesiones de devotos que, en todos los medios posibles (incluso de rodillas) procesionan desde todo el país hasta la basílica de la virgen. Y es que en la víspera más de 1 millón de personas se reúnen para pedir milagros, dar las gracias o simplemente dar aliento a la misma. Os podéis imaginar el colapso en el que se torna el ya de por si caótico DF.
Vuelvo a la recogida, que fue tardía, que el salir del aeropuerto es una caos de difícil explicación (hicieron una autopista que circunvala la ciudad y llega al aeropuerto pero la conexión entre ésta (de nombre mexiquense) y el aeropuerto es complicadísima pues no hay carteles indicativos y has de entrar en una maraña de calles por barrios además poco recomendables…Pues bien, Iris llegó tarde, olvidó donde aparcó el coche, perdió el ticket y, como es lógico, se perdió en las calles colapsadas a la salida del aeropuerto. A eso de las 15:30, cuando volvíamos a pasar por delante del aeropuerto, le dije a Iris de comenzar de nuevo: “Iris, déjame de nuevo en el aeropuerto, me bajo, hacemos que me vuelves a recoger y nos olvidamos de estas 2 horas…”. Pero Iris, como buena comercial, es terca y siguió preguntando a diestro y siniestro como salir de ahí…barrios cada vez más bravos ¿Iztapalapa? Y al final se subió un señor gordito al que le preguntamos y que ciertamente parecía inofensivo pero esto es México señores…
En fin, el señor consiguió que le lleváramos a su casa y ahorrarse el transporte público y nos dejó igual de perdidos que antes. A todo esto Yuri nervioso con los daneses en el almacén…hasta que, finalmente a las 17:30 y 4 horas después de aterrizar allí llegamos.
Eso sí, la reunión fue exitosa y la celebramos con una maravillosa cena en el “Dulce Patria”, uno de mis restaurantes favoritos de Polanco y donde, probablemente, sirven las mejores sangritas caseras. Creo que fue un magnífico cierre para un gran día y un cliente que puede ser uno de los más importantes de Logisfashion en Latinoamérica si consiguen (y lo harán porque conozco bien a quien lo va a gestionar y es un fenómeno) cumplir su plan de desarrollo en América (Chile, México, Panamá, Brasil…)
Y el día 12 se celebra siempre en Logis la Virgen que coincide con la comida de navidad. Hacía tiempo que no estaba en México para la virgen y muchas cosas han cambiado desde mi última guadalupana 3 años atrás (recordada por los bailes de Rafa…y los míos). Porque resulta que se come y se bebe mucho (entre que nos regalaron buen tequila nuestros abogados que debían velar más por nuestra salud mental, que la cerveza por ahí estaba y que yo llevé varias botellas de Clos Abella). Así llegaron los parlamentos y Yuri tuvo a bien que dijera unas palabras donde ya noté que la lengua me resbalaba un poco (espero que ahí solo lo notara yo). La cosa fue a peor en los bailes donde no recuerdo tantas cosas como quisiera. Eso sí, recuerdo que bailé y mucho…lo cual en mi es preocupante. Y sobre todo recuerdo como me dolía la cabeza a la mañana siguiente, cuando mi padre me llamó para ir a visitar el Centro profundo del DF…pero eso os lo cuento en el próximo post.