Toma 2 horas el buquebus en llegar del puerto de Buenos Aires a Montevideo. Y llegas a Montevideo (que el tópico siempre define como un Buenos Aires que se quedó en los 50 o los 60) y es verdad que el ritmo de vida te cambia.
“Tranquilo, todo tranquilo” es lo que siempre te responde el uruguayo de turno cuando le preguntas por la situación del país. Es cierto que en Montevideo todo fluye con parsimonia, como probablemente lleva muchas décadas haciéndolo a pesar de que el país ha crecido a tasas del 8% en los últimos años. Y se nota en los contrastes.
Contrastes entre la ciudad vieja, decadente a pesar de su teatro Solís y sus librerías y los nuevos desarrollos a lo largo de los barrios que se asoman a la Rambla (la costanera); Pocitos, Malvín…
Y es que Uruguay contrasta con Argentina en su apertura. Cierto que es un país pequeño y que puede vivir de cosas diferentes a un gran país como la Argentina, que no tiene materias primas por lo que ha de sobrevivir con servicios, zonas francas, y turismo (y que buena idea no cobrar IVA en los hoteles a extranjeros o descontar el mismo en los restaurante si pagas con tarjeta de crédito extranjera…). Buena idea porque Uruguay no es barato, es más bien caro pero quitar el 22% de IVA ayuda, ¡cómo no!
Y nos quedamos en la decadente ciudad vieja; en un bonito hotel, el Alma histórica, con las habitaciones customizadas con personajes famosos uruguayos. Pensé que nos tocaría la “Diego Godín” o la “Diego Forlán”. Casi lo supliqué pero resultó que el dueño era hincha de Nacional, no de Peñarol y aquí, otra vez, el fútbol es religión. Porque los uruguayos son tranquilos menos cuando se habla de fútbol, por algo un país de 3 millones de habitantes tiene ¡2 mundiales y 15 copas América!! Si, el que más títulos tiene gen competidor, mucho Godín dicho sea de paso!
Y tuvimos la suerte de que tuviéramos, como en Argentina, otro gran anfitrión. Y es que tenía reuniones con nuestro cliente Bestseller que tuvo la buena idea de montar la filial para atacar LATAM en Montevideo aprovechando las ventajas de la Zona Franca (mucho mejores condiciones fiscales para los trabajadores, casi no pagan impuestos sobre los beneficios….). Adicional un entorno de trabajo espectacular con unas oficinas en WTC con vistas 360 grados sobre el mar y la ciudad de Montevideo…si a esto le añadimos que nos salió un día precioso…
Y, como decía, mi buen amigo Andrés nos atendió de vicio y nos enseñó la ciudad desde la perspectiva local cenando en un magnífico restaurante, el Francis, un buen asado local y comiendo al día siguiente en la Casa Violeta donde, además pudimos ver al Atleti ganar en Lisboa al Benfica y quedar primero de su grupo en Champions. Eso sí, no marcó Godín para desesperación de la concurrida hinchada rojiblanca en Montevideo que sabe más de futbol español que la mayoría de seguidores en España.
Ahh….y fue a la vuelta de Punta del Este donde pasamos unos días que ya os contaré en el apartamento de Marcelo que paramos en el mercado del Puerto a tomar un asado. ¡No os lo perdáis si pasáis por Montevideo!
Para terminar espero que todos vosotros paséis unas ¡ Felices Fiestas !