Llego a México en plena resaca de la visita de Trump y con la posterior renuncia del Secretario de finanzas (Videgaray) que, parece ser, era quien había urdido la misma como mano derecha del Presidente.
Parece mentira que, gente que se supone capaz, y Videgaray, a diferencia del Presidente, si tiene fama de serlo, pueda cometer tamaña torpeza. Te traes al enemigo público número 1 de México a sentarse con el Presidente y sale en rueda de prensa conjunta relamiéndose sobre lo bonito que les va a quedar el muro de 3.000 kms que van a construir en la frontera y lo caro que le va a salir a México; son tan tontos que no saben que, además, lo van a pagar ellos. Para más INRI, la respuesta del Presidente de México (institución curiosamente infinitamente más respetada que en España aún a sabiendas de que son los Jefes de la red de corrupción…) no se centra en si muro si o muro no, sino en intentar responder balbuceando que no tienen previsto asumir el coste.
Lo dicho, que parece mentira, y esa es la teoría de muchos en México que, efectivamente todo este montaje de Trump no es sino una cortina de humo para que se hable de lo torpes que son y no se hable de otras cosas más importantes: situación económica, devaluación del peso, gestión política y, sobre todo, casos de corrupción. ¿Será? Quien sabe pero se acabó de hablar de Trump y sale el tema de la muerte del cantante Juan Gabriel y el robo del cadáver que no lo encontraban…Mmmm…puede que algo de razón tengan mis amigos mexicanos que así piensan, y más sabiendo que detrás de Peña Nieto está la poderosa Televisa. Demasiados intereses y muy poca luz al respecto.
El problema de todos estos jueguecitos con Trump es que, como a Rajoy con el independentismo catalán, esto le da votos en EEUU. Hay muchos americanos nostálgicos que disfrutan con estas muestras de poder imperial. Entre eso y que Hillary no despierta grandes ilusiones entre la América progresista (que también la hay). En fin, que Dios nos coja confesados…
Dicho esto, se nota que la alegría en México no es la misma. Hay cierta añoranza de las expectativas creadas con el MEMO y ya se asume que viene tiempos difíciles. Llevo tiempo diciendo que llegaría, pero también que México saldrá más rápidamente que otros países como Brasil con economías mucho más complejas. Veremos lo que pasa…
Será por esto que, por fin conseguí cenar en el Sylvestre que se me había resistido. Bien porque ya pasó su momento de auge (muy típico en la Ciudad de México) o bien porque se le pasó al país, conseguimos mesa con Yuri. No fue posible, sin embargo en mi preferido, el Quintonil (que la última guía Restaurant nombró el 14 del mundo) y tampoco dejé a Yuri que me llevara al Porfirios donde sin duda debe de tener acciones por su insistencia (la próxima vez sin falta, te lo prometo…)
No me apasionó el Sylvestre, sobre todo si lo comparas con el Tori Tori en el que cené en mi última noche y que me apasiona tanto por el jardín vertical escondido en pleno centro de Polanco, como por el sushi de mucho nivel…aunque de los precios tampoco hablaré.
Pero la visita acabó muy bien, el mes pasado, agosto, fue récord de ventas de Logisfashion en México; esto son buenas noticias y lo celebramos con los RSLs en Las Gaoneras;
¡Enhorabuena señores!
Foto cabecera: AP/Dario Lopez-Mills