Pues sí, resulta que la historia de los hermanos Roca se fraguó en el restaurante familiar, situado en un barrio humilde gerundense. En la Carretera de Talaiá, muy cerquita de El Celler que, flamantemente según la revista Restaurant, ha desbancado al Noma danés como mejor restaurante del mundo, se encuentra el original Can Roca. Restaurante que fue casa de comidas regentado por la Señora Montse, mamá ésta cuyos 3 vástagos fundaron en el mismo edificio el primer Celler de Can Roca. Como bien sabemos ahora, uno de los hermanos se dedica a los fogones, otro a los postres y el tercero a los vinos (parece mentira tanta sincronización aunque el de los vinos es el que yo siempre hubiese querido ser…no os parece como el más fácil y agradecido? Es como el que toca el bajo en una banda de Rock…) Allí estuvo el Celler hasta el 2007 que, ya creo con la segunda estrella Michelin, se trasladó a la nueva ubicación 100 metros calle abajo. Después todos conocemos la historia (tercera estrella, quinto del mundo, segundo y, desde hace un par de semanas, mejor restaurante del mundo) pero me voy a centrar a la visita que hice al original can Roca.
No os penséis que vais a encontrar un ápice de la sofisticación del Celler; que va! Aquí es donde comen habitualmente los hermanos y, parece ser que lo que buscan en la cocina de mamá es poca tontería y muchos sabores de siempre, tradicionales de la tierra.
Realmente es un bar de menú (a 10€ con vino de la casa y postre…) pero con una lista de espera propia del que quiere comer en la casa donde aprendieron a cocinar los mejores cocineros del mundo.
Aquí me fui con mi buen amigo Carlos Gil que, si no comía en el restaurante de Montse le daba un mal.
Tuvimos que reservar con antelación y esperar un ratito…se juntaba que era “temps de flors” en Girona (una especie de patios de Córdoba que engalana las calles de Girona de composiciones florales durante toda la semana).
Y es que Girona está de moda…el Celler, el AVE que ya llega, el equipo de futbol en primera?… Y recordé cuando comí aquí por primera vez, creo que en una comida de navidad de Logis de allá por el 2006, y como me extrañé que la siguiente vez que estuve en el Celler, yo creo que un Sant Joan de hace 3 años, pensando que no me acordaba de nada del lugar… Como dije, el menú era básico; te reciben con una ensalada que no aparecerá en ningún libro guiness, unos fideos a la cazuela, mongetas con butifarra de perol de primero y de segundo unos sabrosos peus de porc, pescado frito con calamares…y de postre crema catalana (cremada o no). Café y vino de la casa por 10€…Lo más destacable es, que si te pones pesado, y mi amigo lo puede ser y mucho con su gracia mexicana, puedes conseguir reserva en el Celler convenciendo a Miguel (que no es la alegría de la huerta…) a 6 meses vista o, por lo menos, eso esperamos para que el tour del chupe sea exitoso.
Yo tengo mesa para el 2 de agosto con D. Juan Martínez y familia (yupi!!!!)
Si vais a Girona, que tiene mucho que ver (Catedral, barrio judío, ribera del río Onyar con sus casitas pintadas…) no dejéis de comer en otro gran restaurante; el Massana, más clásico que el Celler pero sobrado de calidad (delicioso el carpaccio de ceps con trufa y el rabo de toro…se me hace la boca agua…). Además Girona, perfectamente ahora comunicada con el Ave (3.30 desde Madrid y 50 minutos a BCN) es punto de partida para magníficas excursiones por la Costa Brava; de una de ellas, Cadaqués y Port Lligat, os hablaré en breve….