Una última recomendación moscovita; me gustan mucho saunas y baños públicos y cerca del hotel Budapest están los más famosos de Moscú: los Sanduny; los moscovitas van allí a pasar la tarde; en el vestidor, con taquillas de madera espectaculares se acomodan en pelotas y piden comida y, sobre todo, bebida a los camareros de otra época que pululan por allí. Como están separados hombres de mujeres, me metí en la gran sala de vapor donde unos a otros se golpeaban con ramas de abedul imagino que en un acto de purificación. Como soy de los que allí donde estuvieres haz lo que vieres, tomé ramas y me empecé a fustigar. Entre el calor, que seguían alimentando echando leña a la caldera mis compañeros de baño y los latigazos lo cierto es que me mareé un poco. Me daba la sensación de que me miraban y cuchicheaban a mi alrededor. Cansado de no ser parte de nada sino hazmerreir de todo me decidí a dejar la cámara de vapor. Cuando busqué donde dejar mi látigo, entendí de que se reían…. en el montón donde todos dejaban las ramas usadas, yo había cogido la mía; vaya como secarse con una toalla usada….me escapé con el rabo entre las piernas y, ya fuera de la cámara, me metí de golpe en un barril de agua helada….eso fue volver a la vida; que subidón. Después, me acomodé junto a mi taquilla y pedí una gran cerveza helada sintiéndome muy, muy bien
San Petersburgo es otra cosa; indudablemente más monumental que Moscú pero, sin duda, menos ciudad; más monumento que aglomeración, más museo que jungla. En invierno era espectacular ver los canales y el mismo río Neva congelado (eso si, con múltiples botellas de Vodka vacías en la superficie). Los palacios son espectaculares, especialmente el del asesino de Rasputín; el de Yusupov con toda la historia del asesinato del confidente de la Zarina.
Como os decía, merece la pena pararse a contemplar los monumentales edificios existentes: grandes palacios a lo largo de sus calles, en especial el Palacio de Invierno, antigua residencia de los zares y que actualmente forma parte del Museo de El Hermitage; impresionante y lujoso por fuera y por dentro; dicen que si una
persona observara durante un minuto cada obra de arte, tardaría 7 años en verlo entero. Es espectacular la Plaza del Palacio con la columna de Alejandro presidiéndola.
También hay grandes iglesias y catedrales: la de San Isaac, la de la Virgen de Kazán y la espectacular iglesia de San Salvador, de la Sangre Derramada, con sus cúpulas bizantinas, denominada así porque allí asesinaron al zar Alejandro II.
Para terminar no debemos olvidarnos de la calle más conocida y comercial de la ciudad, la avenida Netsky. Cuatro kms de calle donde las principales firmas de moda están ubicadas.
Dejamos San Petersburgo y nos ponemos rumbo a los confines de Rusia.
Un saludo.