«Mi negro»: Variación pronominal de la 1era persona singular

«Mi negro» … de esta manera impagable definió Feliciano Lagastica su experiencia con el servicio en Panamá ante el incremento de la inmigración colombiana en el país. Y es que Feliciano, aparte de tener nombre de novela de realismo mágico latinoamericano, está dotado del don de la palabra. Tiene labia que diría un castizo. Además, Feliciano es nuestro Responsable de Operaciones en Colón (Panamá) y, como le dijo la camarera colombiana en La Rana Dorada del Casco Viejo, Feliciano es negro; más negro que moreno sin duda.

Feliciano es ingenioso; es cierto que últimamente siempre me da la sensación de necesitar apuntar las frases que escucho. Rodeado de fenómenos como Albert y Mario en el comité de expansión hay que estar ojo avizor para no perdérselas (o tener a Jordi siempre atento apuntándolas). Lástima no tener ya la memoria que tuve.

comiendo en arrecifes colon

Estábamos comiendo patacón relleno y pargo frito en el restaurante Arrecifes de Colón (ciudad maravillosamente decadente donde hace un año me envenenaron junto con David F. con un caracol llamado Cambomdia), y celebrando el Consejo recién concluido cuando surgió el eterno tema del servicio en Panamá. Ya he escrito previamente algún post al respecto, creo recordar que con la anécdota del Haagen Dasz cubierto de hielo que no me querían cambiar pues lo había abierto (sic) y sé que es un tema recurrente, pero son los panameños los primeros que siempre sacan el tema de la desidia y falta de interés del servicio en el país y especialmente en Colón.

No hay mentalidad de servicio a pesar de ser un país de servicios” apuntó con razón Oriana (la que maneja los dineros en Panamá).

Afortunadamente la inmigración de colombianas y venezolanas está mejorando el nivel” dijo Federico barriendo para casa.

No quedó claro a qué nivel se refería lo que generó cierta polémica sobre el tipo de bares que frecuentaba.

Josep María y yo nos limitábamos a asentir y pelearnos con el pargo (el mío capaz de alimentar a todos los presentes). Fue en un momento de pausa cuando Feliciano Lagastica contó su experiencia con la camarera colombiana. Lo contó y todos necesitamos un tiempo de reflexión, tiempo para masticar y deglutir la frase que todavía sobrevolaba la mesa. Pareció algo natural, algo ocurrente, algo que no estaba premeditado. Y eso fue precisamente lo gracioso del tema. No acabábamos de entender por qué una sola frase dicha en el momento justo podía haber generado ese silencio. Es más, yo todavía no entendía qué había generado ese interés de toda la mesa.

Hasta que Josep María (a falta de Jordi) levantó la liebre. Sabe más el diablo por viejo que por diablo. Aplaudió la ocurrencia y me hizo caer en la cuenta de la genialidad de la misma: “Mi negro; si alguien me atiende así, con la variación pronominal de la primera persona singular, le doy lo que me pida”.

Me pasa en México con los amigos queridos; allí es habitual, que no en España, que me traten de Mi Juan; reconozco que al principio me chocaba (y que no me veo respondiendo con la misma forma gramatical contradictoria) pero, sin duda es señal de cercanía, de complicidad. No eres tuyo, eres mío. ¿No es algo incluso parecido a estar enamorado? Pues bien, que una camarera colombiana afincada en Panamá te trate así supuso un estado de infinita emoción para Feliciano y nos lo quiso expresar de una manera tan gráfica que, inmediatamente supe que el próximo post de este Viajero estaría dedicado a él. ¡Gracias amigo!

Veníamos de una semana intensa: Bogotá visto y no visto, Medellín llegada por la mañana y vuelo a última hora para Panamá…eso sí, conocimos la nueva bodega que inauguraremos recientemente en Girardota Medellín.

Sigue creciendo Logisfashion Colombia con más de 5.000m2 de almacenes entre Bogotá y Medellín y con buenas perspectivas. Con un equipo comprometido y profesional liderado por Federico. Con el apoyo de Eva ya totalmente colombianizada como pude comprobar.

Ah, se me olvidaba, y con la incorporación en el equipo comercial de Yeimin que, sin duda, nos va a aportar una gran punch comercial. Gran gourmet como me pudo demostrar en la magnífica comida con la que me deleitó en La Fragata. Estupendo el ceviche con cilantro, ricos los calamares y algo más soso el pargo.

 

Y para acabar el periplo panameño antes de viajar a Santiago, cenamos con Leo en el Cabana en el edificio más cool de la Ciudad de Panamá. Diseñado por Philip Stark nos lo enseñaron en profundidad. Miami en Panamá con costes de administración de 80.000$ mensuales!!!

 

 

Adiós 2016….bienvenido 2017

👍Se cierra un año apasionante; el primero tras la aprobación del Plan Estratégico en Logisfashion Visión 2020 que nos tiene que llevar a facturar en dicho año 50 millones de euros…Ahí es nada. Especialmente orgulloso del mismo porque es el primero que parimos entre todos en el equipo de Logis….

Y el equipo crece y crece, con gente cada vez más formada, con gente joven que cada vez nos aportan más cosas a los que ya no somos tan jóvenes, aunque tengamos el espíritu (eso no nos lo quita nadie) y la experiencia (que nos quiten lo bailao 😜).

Este año vamos a superar holgados el objetivo que nos habíamos marcado de los 25 millones de € con crecimientos importantes no sólo en los países donde hace poco que hemos desembarcado como Panamá y Colombia, sino, y muy especialmente, también en Europa. Hemos ampliado las instalaciones de Madrid y estamos a tope gracias a las entradas de nuevas cuentas como Funidelia y Barbour; seguimos creciendo en Barcelona con la primera ampliación del almacén de Riudellots que se verá complementado con un nuevo altillo durante 2017. Porque crecen nuestros clientes (mención destacada para el ecommerce que ya supone el 50% de nuestras ventas en España y creciendo) y porque conseguimos atraer a clientes nuevos (pronto comunicaremos ese cliente italiano de lujo que dejará sus instalaciones en Italia para trasladar su logística a Girona creando más de 30 puestos de trabajo…gran noticia, ¡sí Señor!!!).

Y como todo este crecimiento, y el que se prevé para 2017 no se hubiera producido sin un incremento de los equipos de Central, en proyectos, en sistemas, en servicios corporativos, nos hemos visto obligado a crecer también en espacio de oficinas porque esto parecía ya el camarote de los Marx. En enero nos mudaremos a nuestras nuevas oficinas en Santa María con más de 450 m2 y unas instalaciones como las que un equipo como Logis se merece…jeje.

¿Y qué proyectos tenemos para 2017?

No paramos, ni queremos, ni podemos porque nos lo pide el cuerpo. Tenemos que seguir creciendo a ritmos superiores al 20% y eso sólo se consigue con la maquinaria muy bien engrasada, con los procedimientos y sistemas adecuados y el equipo preparado y formado para manejarlos.

Apostamos a tope por Chile con un nuevo Centro de distribución para el retailer de productos de hogar CasaIdeas. Será un centro completamente automatizado de 14.000m2 que nos permitirá abordar nuevos clientes en el país andino. ¿Será también nuestra cabeza de playa para el Perú? Sin duda, ese es el objetivo para el 2018 y allí estaremos.

Queremos seguir creciendo en EEUU, Panamá y Colombia (donde se prevén muy buenas noticias para el primer trimestre) y, por supuesto, seguiremos apostando por México y el crecimiento del ecommerce en el país (a pesar de Trump…). Nuevas cuentas como Salvatore Ferragamo o Tous así lo atestiguan.

Y en otros servicios queremos apostar por nuestra colaboración con Ibercondor en transporte internacional. Debemos de cerrar el círculo de nuestro servicio, desde el origen (China, Vietnam…) hasta el destino final allí donde vendan nuestros clientes.

Cada vez más somos un “player” global y ese es nuestro objetivo. Desde nuestra modestia, competimos con las grandes multinacionales de la logística (los McDonald’s) en la gestión de la cadena de suministro global de nuestros clientes, aportando especialización y servicio frente a marca y estandarización, cercanía y flexibilidad frente a costos de central y rigidez…

¡A por ello equipo!

 

De manjares mexicanos y panameños

Por fin consiguió Yuri llevarnos al restaurante Porfirio’s  “alta cocina mexicana” según reza la web. Muchas veces lo intentó y, debo de decir que finalmente nos lió y la experiencia no fue espectacular. Tal vez porque me pilló destrozado recién aterrizado en México, tal vez porque hacía frío en la terraza donde Yuri (viciosillo él) nos colocó para poder fumar un cigarro tras otro o fue tal vez la comida que no se pasaba. No lo sé.  

¡20 años no se cumplen todos los días!

Resulta que un 21 de octubre del 96… hizo 20 años la semana pasada, 3 chavales recién graduados en el MBA del IESE, unos ingleses locos y 4 experimentados hombres de negocio, nos citamos en una notaría de Barcelona para constituir LOGISFASHION S.A.

La que en principio, según nuestro plan de negocio iba a ser Logismoda pero que por azares del destino acabó internacionalizándose con el fashion. La que empezó con un capital de 36 millones…de pesetas y con un pequeño almacén en Palau de Plegamans. La que no tenía clientes pero si mucha ILUSIÓN. La que acabó convirtiéndose en la multinacional de logística especializada en fashion y ecommerce más importante de España…y yo no conozco ninguna europea que se le parezca si nos centramos en el tema de la especialización «nuestra razón de ser». La que facturará este año a nivel mundial más de 25 millones de euros y tiene que llegar a los 50 en 2020…

Pues bien, Logis cumplía 20 años y había que celebrarlo. Por eso y aprovechando la puesta en marcha de nuestras filiales en Colombia y Panamá, durante los meses de septiembre y octubre tanto el comité de dirección, como el ya veterano Consejo nos hemos desplazado a esas tierras con objeto de conocer mejor la realidad actual de la compañía y, como no, celebrar tan magno acontecimiento;

¡que no se cumplen 20 años todos los días!!

Será por celebrar, ya celebraremos la apertura de nuestro primer centro logístico en Palau de Plegamans o nuestro primer cliente en enero del 97. ¿Cuál fue el primero? Depende, al primero que facturamos no tuvo mucho que ver con prendas y si con hierros que hubo de sacar a mano, entre los 3 emprendedores (Carlos Villa, Juan Martínez y el que suscribe), de un almacén lúgubre de la tienda de C&A  en la calle Pelai en una noche helada de enero barcelonesa. Si hablamos de prendas fueron unas 150 prendas de niño de un cliente de ropa infantil ya quebrado hace mucho tiempo de nombre Next Generation. Allí entró a apoyarnos nuestra primera empleada; Estel, que luego nos reconoció que pensó que estábamos locos…y  que, ¡20 años después sigue con nosotros!

Hemos tenido de todo en estos 20 años. Y hemos tenido de todo en este viaje. Desde el temblor en Medellín nada más llegar al hotel y que viví en una planta 15, hasta las aventuras en la selva con el Presidente, las serpientes y los caimanes. Restaurantes de todo tipo en la bella Cartagena, rones en el Café Havana y tequilas donde no tocaba.

Me detengo en lo del temblor porque, si bien he vivido muchos en México, me asustó la presteza con la que los locales abandonaron el hotel tirándose en tropel escaleras abajo. Fue una escena realmente caótica pues todo nuestro piso estaba ocupado por los corredores de una vuelta ciclista a Colombia para veteranos que, bicicleta al hombro como si fuera el fin del mundo, tomaron las escaleras y se lanzaron a tumba abierta. Arrasaron con lo que encontraron y esta sensación de huida desesperada me aturdió. Yo siempre mantengo la calma en estas situaciones y adicionalmente bajaba detrás de un ancianito que llevaba su ritmo en zapatillas de andar por casa y que fue completamente arrasado (él y yo que no me atreví a dar el paso) por la horda ciclista. Quedó la anécdota en un susto (y en la pérdida total de dignidad por parte de los ciclistas que bajaron a tropel y en paños menores) y, tras una cena en el maravilloso Carmen, hubo que regarlo con algún que otro ron en la terraza del hotel Charlee (único sitio al que se puede ir en el antaño animado Parque Lleras ahora tomado por los bares de chicas de “prepago”). Por cierto, vaya tormenta mítica que nos echó materialmente de la terraza. Bueno, para ser precisos, echó a todos menos a los de siempre…

cartagenaHablando de restaurantes, y mezclando viajes, nos defraudó Harry Sasson en Bogotá (hasta el punto que ni tocamos el que había en el Charleston Santa Teresa, nuestro hotel de Cartagena. No falló el Carmen de Cartagena (lógicamente de los mismo dueños) y El Gobernador by Rausch en un precioso hotel boutique de los que tanto abundan en Cartagena. Deliciosos los ceviches de La Cevichería y el Café del Mar para tomar un roncito viendo el mar a la noche. O bien, si no estáis alojados allí, el Santa Clara y su patio para tomar una copita (que pena los sonidos artificiales selváticos que le ponen creyendo que es lo más y que es lo  más molesto y menos apropiado que se me ocurre…)

Eso sí, donde sea,  siempre acompañado de un gran anfitrión como Carlitos; ya sea a las islas del Rosario en lancha con la nevera repleta de vitaminas para hacer más ameno el viaje, ya sea a visitar el pasado colonial de Cartagena con el Castillo de San Felipe y el monasterio de la Mola, ya sea a los mejores restaurantes, a comer langosta caribeña o pargo “achicharrado” o ya sea al Tayrona a ver animales en un entorno idílico (aunque reconozco que más aventurero de lo que pedía el viaje…)

tayrona

Colón: ciudad sin ley

¡Vamos bien en Panamá; muy bien diría yo!

colon panamaPocas veces en la historia de Logisfashion una unidad de negocio había empezado en números negros desde el principio y con unas perspectivas magníficas; almacén en la Zona libre de Colón en permanente crecimiento, nuevos clientes, operativa controlada y, lo que es más importante, socio comprometido y con ganas de hacer crecer el proyecto.

Nos juntamos el domingo por la noche 6 personas de Logis, desde gente expatriada en Panamá para apoyar en la puesta en marcha, hasta el equipo corporativo de España y Comercial LATAM. Todos trabajando conjuntamente para hacer crecer el proyecto que es un proyecto común pues Panamá, junto con China/Hong Kong, es el proyecto que más nos va a permitir las ventas cruzadas. Es fácil vender Panamá por sus ventajas a nivel logístico y aduanero y lo es, todavía más como reclamo para conseguir cuentas corporativas globales gracias a esto. Y que conste que no hablo de los famosos “Panamá papers”…eso es otra historia que, desde luego, no va con nosotros.

equipo logisfashionAprovechamos para celebrar el primer consejo de Logisfashion Panamá junto con nuestro socio local Leo. Además pudimos disfrutar de una maravillosa velada en su casa junto con su encantadora esposa y sus simpáticos hijos. Ella, que se dedica a la danza de manera profesional nos enseñó un video de su estremecedor espectáculo de danza clásica sobre el holocausto, ellos, empezaron la noche siendo del Barça y la acabaron del Atleti

Al final, terminamos junto con el dicharachero padre de ella de charleta en el espectacular jardín con vistas a toda la bahía de Panamá. A pesar de ser un piso bajo, al estar situado en un tranquilo cerro dentro de la ciudad, se goza de una gran perspectiva. A todo esto ayudó que Leo decidió tirar la casa por la ventana y abrir todas las botellas de vino que guardaba desde tiempos inmemoriales. Nos reconoció (y quedó probado por la calidad no muy buena de las botellas) que, imagino que por motivos religiosos, no era aficionado al vino y que las botellas que tenía eran todas regaladas. Imagino que el que le regaló las botellas, sabiendo que era judío y no se las tomaría, le regaló siempre las más baratas que encontró en la tienda. Y fuimos abriendo de una en una (hasta un “tío de la bota” encontramos) y tirando la mayoría al fregadero…

david logisfashion panamaAl día siguiente, previo a mi viaje de regreso a España, visité las instalaciones que estamos  montando en la Zona Libre de Colón. Desde aquí se realiza la logística de muchas  marcas que utilizan Colón y sus ventajas como Zona Franca para realizar la distribución a diferentes países latinoamericanos. De hecho ese es nuestro proyecto con Bestseller (Veromoda, Jack and Jones, Only); recibir aquí todas las prendas desde Asia y en Colón realizar el acondicionamiento de las mismas y la distribución al país de destino final.

Pues bien, las obras van viento en popa y de hecho ya estamos trabajando con otras marcas como Vans. Allí está al pie del cañón nuestro trotamundos David, ¡Desde Santa Coloma a todo el mundo…! y el recién llegado Miguel manejando los números. Le dije a David de ir a comer a Colón para, de esta manera conocerlo, previo a ir al aeropuerto. Había oído hablar mucho sobre «Colón:ciudad sin ley» y su decadencia.

colon“Pues vamos al bar donde me llevaron el otro día a comer iguana; no te esperes gran cosa pero está curioso”

Como no, ese era el sitio para ir. Y efectivamente Colón es fiel reflejo de sus calificativos. Pasó tiempos mejores sin duda. Los edificios señoriales, aunque en estado de derribo, así lo atestiguan. Soportales, balaustradas y balcones porticados en las manzanas alrededor de lo que debió ser la zona comercial de la ciudad. Ahora calles desmembradas, muchas sin asfaltar, edificios que se caen a pedazos, cables por todas partes, gente en las calles holgazaneando y antenas parabólicas…no me preguntéis por qué pero muchas antenas parabólicas.

El restaurante no desmerecía. Lo regenta un tipo siniestro al que llaman, según me indicó David, el matón. Coincidió que daban el partido de Champions del Madrid contra el Wolsfburgo y que el Matón es muy madridista. No fue buena idea hacer alguna broma al respecto mientras ordenábamos. No había iguana, de hecho sólo había cambombia que es un caracol gigante en una especie de guiso. Pedimos cambombia. También 2 cervezas. No se podía fumar pero fumamos mientras los alrededores del local que era abierto se iban llenando (cual gradas) de parroquianos que venían a ver el fútbol. Acabamos las cambombia y un par de cervezas más mientras vimos la primera parte del match y nos fuimos porque perdería el vuelo.

cambombia

 

No lo perdí pero a medio viaje, cruzando el océano, me acordé de la cambombia, del matón y de su puñetera madre.

¿Qué leches nos dio el matón?

Me faltaron baños en el avión… 🙁

 

Una carrerita en Panamá

Y es que todo el viaje fue corriendo; menos mal que había vuelo directo de Medellín a Panamá y no tuvimos que volver a hacer escala en Bogotá (cuanto tiempo se ahorra sin las escalas…y cuanto estrés de menos). Esto nos permitió llegar a Panamá el jueves a una hora decente y poder salir a cenar y relajarnos un poco antes del Consejo del día siguiente (nuevamente a las 8 de la mañana…).

Panama , el viajero

Panama , el viajero

Aprovechamos para cenar en el Habibi´s (el más famoso libanés en Panamá en la calle Uruguay, al ladito de nuestro hotel) con David para que nos pusiera al día de las dificultades de trabajar en Panamá. Sin duda le habría encantado a Carlitos Villa (que recuerdos de los Shawarma en el Equinox de Gracia en nuestra época moza).

Y se les ocurrió en el hotel hacerme un upgrade a una suite de esas que no tienen ningún sentido. Pedazo habitación con 2 cuartos y salón pero vieja, sin renovar y, lo que es peor, sin las vistas que tienen los pisos altos del Miramar que, personalmente, es lo que más disfruto. Me dieron la noche porque, además, el aire acondicionado hacía un ruido insano cada vez que se accionaba. A todo esto a las 6 en pie como un clavo habiendo descansado lo justito;  ¡menos mal que ya era viernes!

No me quejo porque Logisfashion Panamá ya está en marcha y a todo tren. Con el almacén de Zona Libre de Colón desde donde consolidamos producción de diferentes orígenes y de ahí redistribuimos a toda América Central con la ventaja de no pagar aranceles, ni IVA al ser una Zona Franca. La mayoría de los grandes distribuidores  en la zona utilizan Panamá pues, además, debido al Canal, casi todas las rutas marítimas pasan por aquí.

Cuesta encontrar equipo pues hay muchas oportunidades de empleo y poca motivación por parte del personal pero, he de decir que gracias al buen trabajo del equipo de Logisfashion desplazado y al apoyo del socio local estamos en la buena senda. Esto lo demuestran los clientes que tenemos.

Por la tarde, después del productivo consejo y un par de reuniones con clientes potenciales (algunas más productivas que otras pero de todas sacamos algo, aunque fuera con pico y pala…), nos echamos una carrerita Pere y yo por la impresionante y animada cinta costera. Aunque la parte final, esa especie de cinturón que rodea por el mar el Casco Viejo, puede ser poco plástica, no es menos cierto que la vista desde la misma es impagable y está perfectamente habilitada para recorrerla a pie o en bici. Sacas 14 kms ida y vuelta y eso fue lo que hicimos para no perder la costumbre y poder, de esta  manera, disfrutar mejor de la cena en el Casco Viejo de Panamá y las copitas posteriores (no muchas que la semana había sido intensa y me esperaba un largo viaje a México a la mañana siguiente…)

Eso sí, antes del mismo me tuve que chupar el Barça-Atleti rodeado de culés (panameños la mayoría…los más fanáticos sin duda… ¡que paciencia!!!)

Logisfashion en Panamá

Paralelamente con Colombia, estamos desarrollando el proyecto de Logisfashion en Panamá. La verdad es que es un enclave estratégico pues, como bien sabréis y por extraño que parezca, el Canal de Panamá ¡está en Panamá!

IMG-20150525-WA0007El mismo que están actualmente ampliando construyendo el tercer canal y donde se ha enfangado (y de paso ha enfangado la imagen de todas las empresas españolas) Sacyr. El mismo que durante años intentaron construir allá por el siglo XIX los franceses encabezados por el ingeniero Ferdinand de Lesseps que se empeñó en hacer un canal a ras de suelo, horadando las montañas que se cruzaba por el camino. No contó con que era cruzar la selva, ni contó con la malaria que se llevó por delante a muchos miles de trabajadores incapaces de aguantar las condiciones infernales del trabajo. Finalmente, arruinados, acabaron desistiendo y fueron los americanos los que finalmente llevaron adelante el proyecto pactando con el gobierno colombiano a la que en esos años pertenecía el territorio.

Fueron 2 las claves del éxito de la empresa; contar con un sistema de vacunación contra la malaria y eliminación de aguas estancadas que permitió reducir los índices de mortalidad de los trabajadores y no hacer el canal a nivel sino con un sistema de esclusas. Imagino que también tendría que ver la organización y logística del ejército americano (seguro que muy superior a la iniciativa francesa).

El hecho de que el Canal cruce Panamá, hace que en la parte Atlántica del mismo (en la Pacífica está la Ciudad de Panamá), se haya desarrollado una Zona Franca (la Zona Libre de Colón) que, probablemente, es la más importante de América como hub logístico (lejos, eso sí, de las asiáticas). Es también una zona bastante caótica, incluso peligrosa si te adentras en la ciudad de Colón y complicada de encontrar espacios libres pues es muy demandada por los empresarios locales y foráneos que quieren aprovechar las ventajas en cuanto a pago de IVA y aranceles. Afortunadamente, nuestro socio local es dueño de varias naves en la zona por lo que tenemos el factor nave asegurado.

IMG-20150525-WA0005La Ciudad de Panamá, donde llegamos bien tarde y estuvimos sólo un día viendo temas de abogados y poniendo en marcha el cotarro, tiene bastante gracia. Contrasta los nuevos edificios en las zonas de desarrollo hacia el oeste con la ciudad vieja colonial. Mucho dinero ha entrado en los últimos años de origen, cuando menos, de difícil justificación convirtiéndolo, por sus especiales condiciones fiscales, en un centro financiero mundial. Esto ha hecho que se desarrollaran construcciones que recuerdan más al desarrollo de ciudades chinas que centroamericanas. Van ganando permanentemente terreno al mar, de hecho, el hotel que estaba en primera línea ya le han metido la costanera y un bonito, eso sí, paseo marítimo que recorre todo el malecón. Más penoso me parece el cinturón que se han inventado  para circunvalar el casco viejo por el mar…será útil pero es feo, feo…

IMG-20150525-WA0006El Casco Viejo, que es pequeñito, tiene mucho encanto. Con edificios rehabilitados, bonitas vistas a la bahía (pena de circunvalación) y buenos restaurantes. Nos dejamos caer por el Tántalo que se pone muy animado y donde después de cenar (comida internacional sin más) te puedes tomar una copa en la terraza de la azotea con maravillosas vistas…y con americanos pedorros bien borrachos a base de tequila matarratas (si no que le pregunten a Yuri que me acompañaba).

Falta un poco de trato al cliente. Tal vez porque sea un país donde el turismo no hace tanto que se desarrolló y el sector servicios no es el más destacado. A modo de ejemplo lo que me pasó cuando llegué al Tántalo y pedí la mesa que me habían reservado desde el hotel (haciendo la llamada delante de mí).

No tiene reserva, caballero” un negro enorme pegado a una carpeta donde apuntaban las reservas.

Si, mire, han llamado desde el hotel Miramar…yo estaba delante cuando han hecho la reserva para las 9 a mi nombre

Le digo que no está apuntado, eso ocurre muchas veces, dicen que le han hecho la reserva y no es verdad

no diga tonterías” me salió “¿para qué van a hacer eso?”

IMG-20150525-WA0008Ufff…y lo peor es que había mesas de sobra pero tomó el negro enorme la postura de indignado por mi comentario y acusándome de faltarle al respeto me obvió y pasó al siguiente de la cola…Tuve que contar hasta 10, comerme mi orgullo, disculparme como si realmente le hubiera insultado y al final conseguí la mesa…

aunque ya os digo que había mesas de sobra….

Los sombreros de Panamá

Salimos de Campeche bien tempranito, eso sí tras volver a correrme otros 10 kilómetros por el malecón y casi volver loca (D. Carlos) a la recepcionista con los cargos del desayuno. Nuestro primer objetivo era el pueblo de Becal, famoso por sus artesanías, en particular por sus sombreros de Panamá.

A la entrada del pueblo nos hizo el alto un chaval en bicicleta. Nos indicó si queríamos ir a la fábrica de sombreros que, según él era la mejor. Como suele pasar en estos casos, no le dimos mucho crédito y, cómo íbamos bien instruidos por el dueño del Rincón Colonial, le dijimos que queríamos ir donde Navarro. Que allí hacían los mejores sombreros y eran amigos de un amigo nuestro.

“Conozco Navarro pero…, déjeme que piense…” musitó el chaval que parecía confundido.

“Mira, llévanos donde Navarro y déjate de historias…” (Este nos quiere colocar donde le pagan comisión, pensamos).

“Bueno, les llevo pero yo creo que allí no es el sitio”.

IMG-20150302-WA0027Y dicho y hecho, en plena plaza del pueblo y en un soportal  recalentado por el sol ya en pleno esplendor, estaba la casa de Navarro. Y digo Navarro, y digo bien pues salió a recibirnos un hombre maduro y fornido con un bigote a la antigua usanza.

“¿Es Ud. Navarro el sombrerero? Venimos de parte de su primo el del Rincón Colonial (me he quedado en blanco con su nombre).

Tardó en reaccionar pues no debía de estar muy acostumbrado a las visitas, y menos de forasteros. Se oían gritos de niños correteando por la casa. Al menos esto hizo el silencio menos embarazoso. Y cuando parecía que iba a contestar, cuando su cerebro por fin encajó todas las piezas, no salieron palabras de su boca, sino lágrimas de sus ojos.

“El difuntito, mi papá el difuntito es a quien quieren ver…” sollozó

Claro, el difuntito” cayó ahora el chaval.

Vaya, lo sentimos mucho, no sabíamos…y parece que su primo de Campeche tampoco. Le acompañamos en el sentimiento” acertamos a balbucear

Pero, pasen, pasen, si vienen de parte de mi primo (¿Rodrigo?, podría ser). ¿Y cómo le va?” preguntó sonándose estruendosamente los mocos.

Mire, es que nosotros queríamos comprar unos buenos sombreros de Panamá”

“¿Tu eres torero?” esto ya se convertía en un diálogo de besugos “tienes planta de torero. Yo fui matador” e hizo un pase de pecho dando muestras de calidad y buen oficio en el arte de la tauromaquia.

pues no pero es posible que si tenga planta ¿Y el tema de los sombreros?

pues ni idea” y seguía dando pases lo que hacía la escena un poco surrealista (y más porque empezaron a salir mujeres con niños de la casa a admirar los pases) “pero vayan a la tienda de Josefina…”

Y allí nos dirigimos con nuestro guía. No estaba lejos la tienda de Josefina (al otro lado de la plaza), lo que estaba es llena de polvo pues sólo había un par de sombreros expuestos, una señora muy mayor un poco ida y un dependiente que debía de ser su hijo con pocas ganas de vender. Resultó que Josefina tenía Alzheimer (o eso deduje) y el dependiente, que era su hijo, lo que tenía ganas era de cerrar la tienda definitivamente pero no podía mientras su madre siguiera al pie del cañón (dicho de otra manera, mientras siguiera viva).

Ni tenían sombreros de 3 hilos, ni, por supuesto de 4 hilos. Y esto merece una explicación. Los sombreros de Panamá se hacen con las hojas de la palma que se dejan secar y se deshilachan. Lo máximo que se llega a sacar son 4 hilos, lo que hace el sombrero de una calidad mucho mayor pues los hilos son mucho más finos. Adicionalmente requiere mucha más horas de trabajo (hasta 1 mes de un artesano para los de 4 hilos extrafinos…algunos hablan de 5 hilos pero nos aseguraron que no es cierto). Como nos lo habían explicado en Campeche, íbamos como locos buscando el de 5 hilos (como quien busca el Santo Grial) pero las cosas no son tan simples como tratamos de hacerlas. Y luego te das cuenta que, en las tiendas comerciales, tienden a añadir un hilo al real para hacer su producto más competitivo.

IMG-20150302-WA0026Finalmente hicimos caso al chaval y fuimos a la fábrica donde debimos de ir desde el principio y allí nos explicaron el proceso de “pe a pa”. Cómo los trabajan en cuevas subterráneas para que la palma no pierda la humedad y se pueda trabajar más fácilmente. Cuantas horas necesita un artesano de este oficio que se transfiere de padres a hijos. Y, como no, por qué se justifica que un sombrero de 4 hilos extrafino te valga  ¡150U$!!!

Por supuesto, compramos el más caro; faltaría más. Aunque yo todavía no me lo he puesto para no dañarlo, lo guardo como oro en paño!

Norte de Panamá.

Digo el norte porque es más fácil imaginar de qué estoy hablando pero, para ser correcto, debería de decir el oeste, ya que este país tan fino tiene sus mares al norte (Caribe) y al sur (Pacífico). De hecho, el canal, desde el Caribe hacia el Pacífico va de Oeste a Este (yo siempre pensaba que era al contrario, pero podéis comprobarlo en un mapa).

Después de visitar clientes en la ciudad de Panamá, me decidí a ir hacia el norte (digo el oeste) en búsqueda de lo que me habían dicho era un paraíso terrenal; el archipiélago de Bocas del Toro. El pequeño avión a hélices llega al aeropuerto de Isla Colón, que es la mayor del archipiélago y la capital. Allí están los servicios y los restaurantes; todo muy rústico y un poco surfero. El hotel estaba en una isla privada que unos norteamericanos habían habilitado como pequeño hotel, con 2 habitaciones y su casa. Todo muy paradisiaco, salvo que los norteamericanos eran muy “deep Americans” y no pegaba con mi concepto de Caribe. No sé cómo explicarlo, lo mejor un ejemplo: desayunar con zumo de bote acostumbrado a los estupendos jugos naturales de la zona…como que no. Eso sí, el paraje era maravilloso y las excursiones muy recomendables (grandes sitios para snorkeling y aceptables chiringuitos para tomar langostas recién pescadas). Lo malo, una especie de mosquitos llamadas chigras, que mordían más que picaban y que eran bastante molestos.

Cruzamos el país hacia el sur en una pequeña camioneta que se lanzaba a tumba abierta por las carreteras montañosas. Además, tuve que hacer medio trayecto de pie encorvado como buenamente podía. Tras 4 horas para recorrer 150 Km, llegamos a la ciudad de David (segunda en importancia en Panamá) y alquilamos un coche para ir a Boquete (la  que llaman “Suiza” centroamericana), a los pies del Volcán Barú de 3.475 metros de altura. Al estar a 1.500 mt, el clima es fresco comparado con la costa y es lugar de retiro de muchos norteamericanos maduros. Por eso, se ha desarrollado una interesante oferta hotelera y de restauración. Nos alojamos en una finca cafetera, Finca Lérida; lugar con mucho encanto donde aprendimos cantidad sobre el cultivo del café en Centroamérica. Los precios no son baratos pero todo es negociable. En la zona hay excursiones muy recomendables y una fauna impresionante.

Y para postre, lo mejor. El último día decidimos conocer la costa Pacífica ya que nos habían hablado de un sitio llamado Boca Chica. Me dio pena solo poderlo disfrutar un día, en un pequeño hotelito con 5 bungalows con vistas espectaculares a la bahía y un pequeño restaurante de pescado fresco….y sin chigras!!!

 

Algunas curiosidades del canal de Panamá.

Como segunda parte del post del viernes comparto con vosotros algunas curiosidades del canal:

  • Los barcos tardan unas 10 horas en atravesar el canal que funciona las 24 horas del día por un sistema de boyas iluminadas con placas solares.
  • Cada día lo cruzan unos 40 barcos (desde contenedores, barcos RoRo, gasistas…hasta veleros o cruceros).
  • Por la mañana pasan de sur a norte (de pacífico a Caribe) y por la tarde al contrario (vigilad porque si vais a la esclusa de Miraflores de 11 a 14 horas NO veréis pasar barcos ya que hay unas horas en que dejan de entrar de un lado y empiezan por el otro y no se pueden cruzar).
  • Los barcos pagan en función del tipo de barco, del tamaño y del peso/nº de contenedores; los que más pagan, desembolsan alrededor de 400.000 US$ por atravesar el canal.
  • El cliente que menos pagó fue un norteamericano que lo cruzó a nado en los años 20 y pagó 36 centavos de dólar (Richard Haliburton).
  • Los ingresos anuales del Canal ascienden a más de 1.000 millones de dólares (lo cual no está mal para un país de 3,5 millones de habitantes).

Sin duda, ir a la esclusa de Miraflores y visitar su pequeño museo es un must pero para saber más me parece más interesante el museo en el Casco Viejo de Panamá. También es muy interesante la excursión desde el hotel Gamboa en barco por el Canal para visitar la isla de los monos.

Ya os hablé de Panamá y su desarrollo imparable en un post anterior. En relación a restaurantes en la ciudad contaros que me gusta mucho más el Casco Viejo que el Causeway para ir a cenar. Otra apuesta segura donde fui en mi último viaje con mi buen amigo Albert es la cebichería del chef peruano Gastón Acurio “La Mar” en el barrio de El Cangrejo. Mi amigo Lucho os podrá contar vida y milagros de este personaje al que idolatra….¿o no?.