Se me lían las agendas cuando el Atleti avanza en la Champions. Como somos modestos por naturaleza no planificamos adecuadamente y, en los años pares, el Atleti no hace más que darme alegrías y complicarme el calendario de viajes.
Tras casi un año sin ir a China, quería pasarme por Bangladesh antes para ver las posibilidades de desarrollo del negocio de producción y control de calidad en ese país. Tenía ya organizado con un partner local con el que estamos haciendo cosas en LATAM y que tiene una estructura muy potente en Bangladesh. Pero resulta que el Atleti eliminó al Barça… y no iba a dejar de ir a Múnich a ver las semifinales.
Así que volví loco a Raquel para que me organizara el viaje pasando por Múnich. Y ni cortos ni perezosos, con Gueorgui y Paula nos organizamos para llegar a Múnich el lunes por la noche previo al partido. El Gueorguito estaba muy emocionado aunque, también he de insistir, para él es algo normal lo que para los viejos del lugar es algo milagroso. El maduró su sentimiento atlético con el Cholo y así todo es más fácil. En fin, que lo disfrute…
Como en la guía nos hablaba de la cervecería donde Hitler había dado su famoso discurso (Hofbrauhaus) le dijimos al taxista de llevarnos allí.
- ¿Es buena no? preguntó Paula lanzándose en alemán.
- No; fue la contundente respuesta.
- Ahh…no sabíamos si bromeaba.
- Nos quedamos un rato callados esperando que acabara la frase con una explicación o una risotada en plan rollo alemán cervecero pero no. Todo quedó así.
- Paula se animó con otro mmmm… ¿entonces?
- Es el peor sitio de Múnich; ahora si insistió.
- Vaya… ¿en serio? 🙁 No tenía cara de bromear.
- Pues llévenos a otro; se me ocurrió para romper el hielo y que se pusiera en marcha.
Efectivamente nos llevó a uno muy chulo Augustiner no sin que Paula en el camino insistiera en el espíritu alemán (yo no soy alemán, soy bávaro; nos había dejado claro) y alabara a la Merkel (a mí también me sorprendió ese espíritu germánico); pues a nosotros la Merkel no nos gusta nada…nos dijo el bávaro gigantón esta vez en español porque nos reconoció que su mujer era colombiana.
En fin, diálogo para besugos que se decía antes.
Lo cierto es que el sitio donde nos llevó era muy chulo. Parece ser que la cervecería más antigua de Múnich (o el jardín de Bierhaus más antiguo…no entendimos bien). Comimos haxe (codillo) algunos y las salchichas otros con unas buenas cervezas mientras tocaba un grupo de bávaros en el escenario con su attrezzo de pantalones bombachos y tirantes habituales.
El día del partido llegaba Gonzalo lo cual nos daba a entender que el turismo no iba a ser lo fuerte del día. Además llegó acompañado de Luis Angel (otro que tal baila). Sí que pudimos pasear por el coqueto centro de Múnich con el famoso Rathaus y el reloj con figuritas que dan vueltas para marcar las horas e, incluso, subimos a una torre de una iglesia situada enfrente…pero poco más. Dieron las 12 y nos hicimos fuertes en la Plaza del mercado siguiendo las tradiciones locales (cerveza a mansalva) hasta que nos recogieron para ir a comer a otra de las cervecerías tradicionales (también se llamaba Augustiner por lo que entiendo que debe de ser una especie de cadena de cervecerías tradicionales bávaras…)
Y así hasta la hora del partido. ¡Qué bonito es el Allianz Arena; realmente impresionante! El resto ya es historia, HISTORIA con mayúsculas. Y se me sigue complicando la agenda…