Y por fin llegamos a México, última etapa del viaje después de pasar por Santiago, Medellín y Panamá. Llegué cansado pero, afortunadamente, era sábado, lo cual me daba la posibilidad de tomarme un par de chelas (y algún tequila) con mis buenos amigos mexicanos.
Dormí bien y me levanté eufórico, con esas vistas de los volcanes que sólo se tienen en invierno, dispuesto a pegarme una buena paliza a correr por el parque de Chapultepec. Dediqué el resto del día a descansar, a comer una buena pasta en el Novecento y a preparar el Consejo de dirección del día siguiente que, aunque fuera día festivo, había colocado tipo «tetris» con el apoyo de mis socios mexicanos y del resto del equipo (siento haberos quitado un día feriado pero no podía encajarlo de otra manera…y lo siento especialmente porque no hay tantos feriados en México pero eso sí, son hábiles pasándolos siempre al lunes de esa semana).
Y el Consejo fue intenso, porque hay muchos temas, muchos proyectos, muchos planes y alguna que otra área de oportunidad. México sigue siendo un mercado estratégico para nosotros, donde en 4 años hemos pasado de facturar 10 millones de pesos a más de 70 millones. Pero los planes no se quedan ahí y queremos seguir creciendo. Damos un servicio de alta calidad que no tiene parangón en el país y eso se demuestra con las nuevas cuentas que van entrando. ¡Enhorabuena al equipo!!!
Pude cenar, ya en solitario, mi mega hamburguesa del restaurante del hotel, el afamado Palms neoyorquino (donde, por cierto, el día anterior no me dejaron entrar pues había fiesta de la cuadrilla del Juli que había toreado en la plaza de toros de México, con no demasiado éxito por cierto, ese domingo). La mojo con una Modelo especial y un Tequila Herradura reposado… qué le vamos a hacer, soy animal de costumbres fijas.
Y ya el martes, último día dedicado intensamente a hacer visitas: desayuno con un nuevo cliente italiano del que ya os conté que había visitado en Italia y que hemos cerrado para empezar en México en abril. Como todavía no lo hemos hecho oficial no puedo dar el nombre pero supone entrar en un segmento de Lujo que, hasta la fecha, no habíamos conseguido tocar.
Más tarde reunión con Pepe Jeans, visita a Abercrombie, comida con el equipo y visita, de camino al aeropuerto a otro cliente potencial gracias a mis amigos del Grupo Gómez Zamora. Día muy bien aprovechado sin duda y satisfecho de vuelta a España vía París…
Por cierto, ayer pude ver por fin Spotlight y sólo puedo decir óle! ¡qué Oscar más merecido! Sales con el corazón encogido. Me impresionó como se aceptaban estos comportamientos de los curas hace años…por cierto cuando teníamos la edad de las víctimas. ¿Y qué decía su madre cuando venía el obispo a intentar quitar importancia a los abusos sufridos por su hijo? “Mi madre, responde airado la víctima, mi madre sacaba galletitas”…sin comentarios.