Norte de Panamá.

Digo el norte porque es más fácil imaginar de qué estoy hablando pero, para ser correcto, debería de decir el oeste, ya que este país tan fino tiene sus mares al norte (Caribe) y al sur (Pacífico). De hecho, el canal, desde el Caribe hacia el Pacífico va de Oeste a Este (yo siempre pensaba que era al contrario, pero podéis comprobarlo en un mapa).

Después de visitar clientes en la ciudad de Panamá, me decidí a ir hacia el norte (digo el oeste) en búsqueda de lo que me habían dicho era un paraíso terrenal; el archipiélago de Bocas del Toro. El pequeño avión a hélices llega al aeropuerto de Isla Colón, que es la mayor del archipiélago y la capital. Allí están los servicios y los restaurantes; todo muy rústico y un poco surfero. El hotel estaba en una isla privada que unos norteamericanos habían habilitado como pequeño hotel, con 2 habitaciones y su casa. Todo muy paradisiaco, salvo que los norteamericanos eran muy “deep Americans” y no pegaba con mi concepto de Caribe. No sé cómo explicarlo, lo mejor un ejemplo: desayunar con zumo de bote acostumbrado a los estupendos jugos naturales de la zona…como que no. Eso sí, el paraje era maravilloso y las excursiones muy recomendables (grandes sitios para snorkeling y aceptables chiringuitos para tomar langostas recién pescadas). Lo malo, una especie de mosquitos llamadas chigras, que mordían más que picaban y que eran bastante molestos.

Cruzamos el país hacia el sur en una pequeña camioneta que se lanzaba a tumba abierta por las carreteras montañosas. Además, tuve que hacer medio trayecto de pie encorvado como buenamente podía. Tras 4 horas para recorrer 150 Km, llegamos a la ciudad de David (segunda en importancia en Panamá) y alquilamos un coche para ir a Boquete (la  que llaman “Suiza” centroamericana), a los pies del Volcán Barú de 3.475 metros de altura. Al estar a 1.500 mt, el clima es fresco comparado con la costa y es lugar de retiro de muchos norteamericanos maduros. Por eso, se ha desarrollado una interesante oferta hotelera y de restauración. Nos alojamos en una finca cafetera, Finca Lérida; lugar con mucho encanto donde aprendimos cantidad sobre el cultivo del café en Centroamérica. Los precios no son baratos pero todo es negociable. En la zona hay excursiones muy recomendables y una fauna impresionante.

Y para postre, lo mejor. El último día decidimos conocer la costa Pacífica ya que nos habían hablado de un sitio llamado Boca Chica. Me dio pena solo poderlo disfrutar un día, en un pequeño hotelito con 5 bungalows con vistas espectaculares a la bahía y un pequeño restaurante de pescado fresco….y sin chigras!!!

 

Algunas curiosidades del canal de Panamá.

Como segunda parte del post del viernes comparto con vosotros algunas curiosidades del canal:

  • Los barcos tardan unas 10 horas en atravesar el canal que funciona las 24 horas del día por un sistema de boyas iluminadas con placas solares.
  • Cada día lo cruzan unos 40 barcos (desde contenedores, barcos RoRo, gasistas…hasta veleros o cruceros).
  • Por la mañana pasan de sur a norte (de pacífico a Caribe) y por la tarde al contrario (vigilad porque si vais a la esclusa de Miraflores de 11 a 14 horas NO veréis pasar barcos ya que hay unas horas en que dejan de entrar de un lado y empiezan por el otro y no se pueden cruzar).
  • Los barcos pagan en función del tipo de barco, del tamaño y del peso/nº de contenedores; los que más pagan, desembolsan alrededor de 400.000 US$ por atravesar el canal.
  • El cliente que menos pagó fue un norteamericano que lo cruzó a nado en los años 20 y pagó 36 centavos de dólar (Richard Haliburton).
  • Los ingresos anuales del Canal ascienden a más de 1.000 millones de dólares (lo cual no está mal para un país de 3,5 millones de habitantes).

Sin duda, ir a la esclusa de Miraflores y visitar su pequeño museo es un must pero para saber más me parece más interesante el museo en el Casco Viejo de Panamá. También es muy interesante la excursión desde el hotel Gamboa en barco por el Canal para visitar la isla de los monos.

Ya os hablé de Panamá y su desarrollo imparable en un post anterior. En relación a restaurantes en la ciudad contaros que me gusta mucho más el Casco Viejo que el Causeway para ir a cenar. Otra apuesta segura donde fui en mi último viaje con mi buen amigo Albert es la cebichería del chef peruano Gastón Acurio “La Mar” en el barrio de El Cangrejo. Mi amigo Lucho os podrá contar vida y milagros de este personaje al que idolatra….¿o no?.

Panamá: cómo se construyó el canal.

Desde que Nuñez de Balboa descubrió en el siglo XVI el Océano Pacífico cruzando a pie el istmo de Panamá, se vio como una necesidad o una fuente de poder, el poder comunicar lo que los españoles llamaban el Mar del Norte (Caribe) con el del Sur (Pacífico). Durante muchos años los intentos fueron en vano, si bien la ruta se estableció con una calzada para mulas (el camino real para transportar el oro del Perú hacia España) paralela al Rio Chagres.

Felipe II tuvo una forma elegante de desistir en el empeño diciendo algo así como “quien soy yo para unir aquello que Dios quiso separar”.

Ya en el siglo XIX, fomentado esta vez por la gran emigración al oeste de EEUU en busca de oro y con el fin de evitar los numerosos y peligrosos asaltos de los indios norteamericanos, se estableció una ruta alternativa al Oeste por barco, a través de Panamá.  Para ello, se construyó la primera línea férrea que evitaba tener que cruzar todo EEUU para llegar a California. Si bien fue un gran avance, todavía faltaba poder concluir un canal que uniera ambos Océanos para embarcaciones.

Para este titánico objetivo, se celebró una conferencia a la que asistieron las mayores eminencias del mundo occidental en temas ingenieriles y, entre las muchas propuesta presentadas, triunfó finalmente la francesa, presentada por el flamante ingeniero del recién construido Canal de Suez (Ferdinand de Lesseps). El proyecto consistía en un canal a nivel del mar atravesando el istmo de Panamá. Las obras se iniciaron en la década de los setenta del siglo XIX y pocos años después se hubieron de parar con un balance desastroso por el escaso avance y las múltiples pérdidas humanas.

Los 70 kms transcurren por una selva pantanosa plagada de mosquitos lo que provocó la muerte de unos 25.000 trabajadores (en su mayoría negros antillanos) por la fiebre amarilla y la malaria. Las condiciones eran insalubres, no estaba descubierta la penicilina y nadie sabía porqué se transmitía la enfermedad. Adicionalmente el terreno era inestable, lo que dificultaba la construcción, la maquinaria se quedaba atascada con las lluvias torrenciales…., una vez que se dieron cuenta de que jamás atravesarían cerro culebras y que deberían de replantear el canal con un sistema de esclusas, se quedaron sin dinero y hubieron de dejar el proyecto a medias con toda la maquinaria fantasmalmente abandonada.

Los norteamericanos, siempre atentos, intentaron negociar con el gobierno en funciones, que era el colombiano a quien pertenecía Panamá. Como estos no aceptaron su propuesta (imagino que abusiva) y con su habitual pragmatismo, optaron por apoyar la independencia de Panamá y quedarse a cambio con la concesión en unas condiciones económicas mucho mejores que las que anteriormente se habían planteado.

Así, en 1904 comienza la fiesta, con un proyecto “serio” de un canal con esclusas (actualmente hay 3), un lago artificial en el centro para alimentar las esclusas y un plan eficiente de lucha contra la malaria. Finalmente, en 1914 se inaugura el canal tal y como lo conocemos en la actualidad (con las mismas compuertas y sistema de esclusas lo que hace de la obra a comienzos del siglo XX uno de los grandes hitos ingenieriles).

En virtud del tratado Torrijos-Carter, se produjo la devolución del Canal a manos panameñas el 31 de diciembre de 1999.

En 2014 se inaugurarán las obras de ampliación con un tercer canal que permitirá aumentar el tamaño de los barcos que pueden atravesarlo y mejorar la eficiencia en el uso de los recursos hidraulicos. En esta nueva obra empresas españolas están teniendo un papel destacado…

De momento, lo dejamos aquí, pero la semana que viene, algunos datos y curiosidades adicionales sobre el canal.

4 años después vuelvo a Panamá.

Panamá es el país  centroamericano que más crece y el segundo de Latinoamérica después de Perú. Había estado hace 4 años y ya me impresionaron los rascacielos art decó recién construidos que me recuerdan un poco a China. En estos 4 años el cambio ha sido brutal, cientos de edificios nuevos, la cinta costera ganada al mar y un gran dinamismo que se refleja en muchos turistas y precios caros. Es un país pequeñito (3,5 millones de habitantes) cuya moneda es el dólar, con una tasa de inmuebles en poder de extranjeros impresionante.

En mi hotel (por cierto español) se alojaba un personaje muy conocido en América a quien me encontré ayer. Se llama Nick Vujicic, es australiano y nació sin brazos, ni piernas. Pertenece a noseque iglesia evangélica y se dedica a ir por el mundo dando conferencias/mítines de autosuperación. En Panamá reunió a 30 mil personas en un estadio que pagaron “religiosamente” su entrada.

En lo que a lo nuestro respecta, moda y logística, contaros que la mayoría de las grandes marcas internacionales conceden a panameños la distribución de sus marcas para Latinoamérica al tener impuestos bajos (10%) y la zona libre de impuestos  de Colón. El negocio está, como en otros muchos países de la zona, dominado por los judíos. Tenemos buenos clientes a los que les manejamos el negocio en México y China y por eso he hecho una parada de un par de días cuando voy de camino a mi querido México. Desde allí os escribo en un par de días el siguiente post, saludos.