De Bali a Komodo…

baliTremendo madrugón en Bali para tomar el vuelo a Komodo. Como suele ocurrir con las agencias se curan en salud y a las 5 de la mañana estábamos en el aeropuerto de Denpassar para tomar un vuelo que salía a las 7:30. Ni las pistas habían puesto todavía…

Labunbajo es la capital de la isla de Flores; aeropuerto y punto de partida para las excursiones al parque nacional de las Komodo.

¡Si señor!  

Íbamos a conocer al famoso Dragón, animal único que sólo habita en este parque y, en particular hay ejemplares, unos 2.000 en total, en 2 de sus islas: Rinca y Komodo.

 

Pasaríamos la noche en un barco entre las islas. Esperábamos algo un poco más sofisticado (ya ni siquiera lujoso) y más teniendo en cuenta el catamarán que compartieron unos argentinos a los que conocimos en la travesía. No tenía lujos el nuestro. Te podías contentar pensando en que era más auténtico, en que la tripulación era encantadora y se desvivían por nosotros, en que Alex disfrutó pues no había un “ventilador con patitas”, había 2…pero lo cierto es que era muy cutre; no sólo por el camarote donde dormiríamos en el que cabíamos con los pies fuera en una litera que compartíamos los 4 (y con los ventiladores ya inservibles tras pasar por las manos de Alex), ni tan siquiera por la cocina (sorprendentemente aceptable para el estado previo de revista) aunque si por el baño que preferí no usar (los buenos marinos saben usar el mar para esos menesteres).

Y si bien el barco fue lo que fue …ay! esa comparación con el catamarán con su camarote abierto al cielo estrellado rollo jaima árabe, las Komodo son una maravilla.

Y eso que al barco se unió que, no se sabe muy bien porqué, nuestro recorrido no incluyó highlights como hacer snorkel con mantarrayas.

Pero vimos dragones (muchos); tremendo animal prehistórico que ataca con su lengua bífida a búfalos y jabalíes y les deja morir infectados por una bacteria que porta en su lengua.

El siguiente no será el primer turista atacado durante la visita pues no parece que distingan entre búfalos y humanos. A todo esto, tu única protección es un guía adolescente con un tridente de madera que transmite cierta inseguridad.

Eso sí, fuimos capaces de tomar fotos inolvidables sometiendo al dragón. Si bien a una prudente distancia, el efecto óptico genera cierto sentimiento heroico nada más alejado de la realidad.

Y Alex pesado por volver con su ventilador mientras el guía nos imploraba silencio pues cruzábamos al lado de un nido de dragones con la “mamá” hambrienta buscando que dar de comer a sus crías.

Fijaros en la voracidad de estos animales que las crías escalan a los árboles para evitar que sus compadres se las coman. Rollo mantis religiosa, pero en animales de 3 metros de longitud. Dan ganas de llevarse uno a casa…

Aparte de maravillosas playas de aguas esmeralda y barcos que hacen el mismo recorrido que tú con turistas locales (graciosos éstos pues les gusta hacerse fotos contigo cual si fueras actor/actriz de Hollywood…), es un espectáculo la salida de los voraces zorros voladores de la isla de Kanawha. Estos abandonan en tropel la isla arbolada a las 18:20 (cuando anochece) para irse a alimentarse. Esperas ver pasar a unos cuantos, pero impresiona porque son miles de murciélagos gigantes que pasan por encima de ti como si fuera Batman y su cuadrilla. Es una de las cosas que más me impresionó del viaje. No digo que más que los dragones, aunque por inesperado me llamó más la atención.

Si bien la isla de Flores está a unos 600kms al este de Bali; la de Lombok está pegadita entre ambas. Dominada por el gran Volcán Rinjani que supera los 3600 metros de altura y que se puede apreciar desde cualquier parte de esta isla que ya no es budista como Bali, sino de mayoría musulmana (cosa que se nota en el carácter de la gente, no tan alegre). Eso sí, y aunque parezca ridículo, por esas cosas de las agencias de cubrirse y al tener que hacer escala en Denpassar, tuvimos que pasar/derrochar otra noche en Seminyak (al menos aprovechamos para que Alex apagara todas las velas y algunas antorchas del precioso (y caro) restaurante italiano en la playa de Seminyak: La Lucciola)

Estábamos alojados en Lombok (Jeeva Beloam Beach Camp) en un “campamento de playa” con 11 bungalows funcionales en una pequeña playa espectacular y completamente aislados. Con los servicios básicos, pero a todo lujo (“glamping concept” o camping con glamour). Aquí la agencia nos la volvió a jugar porque no se entiende que fuéramos los únicos sobrados que teníamos 2 bungalow, cuando el resto de familias con 2 hijos (y los míos caben en cualquier parte) tenían (y pagaban) un único bungalow…Todo era discreto, aunque no faltaba detalle para estar en tan tremenda localización. Eso sí, a partir del mediodía se levantaba un temporal (no viento, temporal) que impedía mantenerse en la playa y obligaba a búsqueda de otros lugares. Una opción era ir a la playa rosa que estaba resguardada y permitía estar más a gusto, además de una puesta de sol espectacular.

 

Actividades no nos faltaron durante las 4 noches (cada vez que me acuerdo lo de los 2 bungalow y lo que costaban…) aunque la más espectacular, entiendo que también un poco frívola, aunque mejor no juzgar, fue la visita de madrugada al Fish Market de Tan Jung Luar.

Todo en si fue una puesta en escena bestial; llegada en barca amaneciendo, la isla previa llena de estrellas de mar gigantes, la gente tocando a los niños pues pensaban que daba suerte tocar rubios (y Gueorgui acojonadito) y, por supuesto, lo que hace famoso al mercado: los tiburones. Daba penita ver esos poderosos bichos expuestos al sol con el único objetivo que arrancarles la aleta para exportarlas a Singapur para hacer sopa de aleta de tiburón…pero…qué impresión!!! Vale más una imagen que mil palabras….

Por cierto, acabamos el día comiendo en un restaurante flotante langosta pescada allí mismo; no digo que fuera muy sabrosa pero, aunque sea para el curriculum, como mola poder contarlo!!!

¡Y para acabar con Indonesia, un filón los carteles en los baños…lo que se aprende delante de un urinario!!!

Este verano … ¡a Bali, Indonesia!

Primera parada en Indonesia; probablemente el destino más turístico, donde primero se empieza a conocer este inmenso país y, donde, curiosamente por lo turístico que es, más maravillosa es la gente. De Bali destaca especialmente eso: Su Gente.

lo mejor de bali su genteEn un país inmenso, con más de 600 islas desperdigadas en 3 husos horarios alrededor del Ecuador y más de 250 millones de habitantes (el cuarto del mundo), Bali es un reducto hinduista en el país con mayor población musulmana del mundo.

Y tal vez esta amabilidad venga por este espíritu sencillo de laissez faire de los hinduistas en contraste con religiones monoteístas mucho más intrusivas.

Te dejan hacer con una naturalidad y simpatía que te desarman. Y hablo con conocimiento de causa porque gestionar la relación con Alex (mi hijo pequeño con autismo) no es precisamente fácil y estamos muy acostumbrados a las malas caras…pues nada de eso, todos nos daban lecciones sobre cómo gestionar sus obsesiones…o sobre cómo hacer para gestionarlas sin un mal gesto.

 

Lo mejor de Bali… ¡su gente!

 

Bueno, salvo en el hotel de Munduk (precioso hotel enclavado en la montaña en una plantación cafetera al norte de la isla) donde le pedí que diera un beso a una camarera que se había portado con extrema simpatía. Alex estaba sembrado y se levantó corriendo a abrazarla. El susto que se pegó esta y el resto de camareras (otra característica de Bali es lo pequeñitas que son) hizo que Alex se creciera y empezara a perseguirlas por el restaurante con la mejor de las intenciones. Ellas salieron disparadas a encerrarse en la cocina (asustadas ante la efervescencia amorosa de Alex) que las perseguía por el restaurante mientras no podíamos dejar de reírnos. Todos nos reíamos salvo una pareja de ingleses estirados con también dos niños que nos hicieron la cruz.

He de decir que, probablemente, también había influido que, por la tarde, habíamos copado el jacuzzi calentito desde donde vimos la puesta de sol a 2.000 metros de altura con la majestuosa vista del mar al fondo y lo que creo era el Monte Raung ya en la isla de Java. Si, probablemente esto influyó negativamente, pero es que se estaba también dentro, incluso mejor que en la piscina de aguas infinitas climatizada (porque hacía frío…) aunque no tan calentita como el jacuzzi.

 

Todo empezó con un error…

 

Era nuestra primera parada real en Bali y todo empezó con un error en la agencia que había reservado en las mismas fechas del mes siguiente…y el hotel estaba a tope…17 de agosto ya se sabe.

A duras penas conseguimos una habitación para esa noche y que los dueños nos dejaran la habitación de la hija para la segunda noche (no estaba mal dicho sea de paso…la habitación me refiero…).

No fue el comienzo soñado. Adicional, yo llegaba con un buen constipado de la escala en Doha (parece mentira que puedas pasar tanto frío en un sitio tan caliente…que manera de derrochar energía tiene esta gente) y el viaje se me hizo un poco largo. Paramos a visitar un par de templos, uno en un lago y otro, Tanah Lot Pura, en una roca sobre el mar. Tal vez demasiados turistas…no era precisamente un ambiente mágico de recogimiento.

Curioso el templo protegido por una pequeña serpiente marina parece que es tremendamente venenosa.

Y en un pequeño local pudimos conocer a un zorro volador (ya os contaré más adelante) y a las famosas civetas que, a través de su aparato digestivo, “tratan” los granos de café arábico para crear el famoso y carísimo Luwak o café “cagado” por estos curiosos animales.

Pudimos probarlo y, afortunadamente, no logramos detectar las notas aromáticas que nos vendían como incomparables. Esto lo hicimos antes de ver la materia prima directamente recogida de las jaulas de los animales… ¿A quien se le ocurriría que las enzimas digestivas de estos bichos podían mejorar las notas sensoriales de los granos de café? Imagino que a alguien con iniciativa marketiniana al que las civetas se le comieron los granos recién cultivados…

Nuestra siguiente etapa el parque nacional de Bali Barat, situado al oeste de la isla desde donde se ve perfectamente Java.

Aparte de monos y ciervos, el parque es uno de los mejores lugares de Bali para bucear, exactamente en el enclave de Medjangan.

Y allí, en el hotel con el mismo nombre situado idílicamente en el parque natural, y mientras hacíamos checking, nos volvimos a encontrar con la familia de ingleses. La cara de la señora fue un poema al vernos.

 

 

¡Otra vez los rubios diabólicos!!!!

Maravilloso el snorkeling, aunque un poco transitado (¡el año que viene bucearemos de verdad, prometido!) y no menos agradable el masajito en el SPA con vistas a la bahía y el volcán de fondo natural (un espejo situado estratégicamente permitía la visión mientras recibías el masaje).

Paula dio la nota perdiéndose por el parque mientras hacía jogging al anochecer y ser perseguida, según ella, por una manada de ciervos enloquecidos…

 

Finalmente Ubud

Y ya Ubud, el centro de peregrinación cultural de la isla y lugar de culto para los amantes del yoga y de los arrozales.

Paisajes estos increíbles, como también lo era el hotel donde nos alojamos (Wapa di Ume).

Cincuenta sapos capturados por Gueorgui poblaron durante horas la bañera de los niños (afortunadamente en cuartos separados) con el consiguiente conflicto con la dirección del hotel. Finalmente fueron liberados antes de que las cosas fueran a mayores.

Ubud también es famoso por su “Monkey Forest” donde estos simpáticos animales hacen todo tipo de tropelías a los turistas que les dan de comer, y por sus masajes baratos. ¡He de decir que es de los pocos masajes que me he dado en el viaje donde ni me he dormido, ni se me ha hecho corto porque el local (y la masajista) eran un poco guarrillos, pero…por 7€ que esperas malandrín!

El pueblecito está atestado de turistas y de restaurantes con encanto. De los que probamos, el Hujan Locale fue el que más nos gustó. Hay otros más renombrados de cocina de autor (Mozaic) pero no procedía con los enanos. Nos habían recomendado mucho el Ibi Rau, pero a mí personalmente me pareció normalito…si acaso mejor el Café Wayan en la misma calle.

Curioso el Ubud market en plan mercado de artesanías con cierta gracia por lo caótico. Especialmente divertido si vas con Alex empeñado en comprar todo aquello que no se vende, sino que decora los locales. Finalmente hizo su agosto un vendedor que tenía en la tienda un reloj del Chelsea que acabó vendiéndonos a precio de oro…

 

 

Este viaje no ha acabado … siguiente etapa: Visita al Dragón de Komodo!!!

Doha bien vale una escala

No tiene el encanto de su competencia en escalas (Dubái) pero es una ciudad curiosa de ver, al menos para dedicarle 3 o 4 horas si se tiene una escala de 10 como nos ocurrió en la partida de nuestro viaje familiar a Indonesia. Y cuando te tienes que planificar con niños todo es más difícil.

Qatar, como los Emiratos Árabes Unidos, han entendido que no van a vivir siempre del petróleo y que tienen que aprovechar las inmensas cantidades de divisas que actualmente reciben por ese concepto para desarrollar industrias futuras y no dedicarse a malgastarlo y olvidarse de las generaciones futuras. Para ello se han basado en 2 sectores fundamentalmente debido a su posición geográfica: el turismo (y colateralmente las aerolíneas por su buena posición geográfica para escalas entre Europa y Asia y los bajos costes de combustible) y la logística al ser puertos de paso de toda la mercancía Asia-Europa.

Con 3 millones y pico de habitantes (de los cuales aproximadamente medio millón son locales con unas condiciones de vida subvencionadas espectaculares gracias a nacer donde nacieron: educación gratuita en cualquier universidad mundial, 50% del coste de la vivienda, 5.000$ mensuales por que sí…) y casi 3 millones de inmigrantes (pakistaníes, bangladesíes, filipinos…) actualmente están sometidos a un bloqueo por parte de sus vecinos que ha exacerbado su espíritu nacionalista (todo la ciudad está llenas de fotos en tamaño gigante del Rey/Emir).

El bloqueo es teóricamente por financiación de yihadismo (ergo terrorismo islámico) aunque me parece curioso que quien lo haya promovido no es sino Arabia Saudita; la mayor financiadora de terroristas, pero “amiga” de EEUU por la cantidad ingente de armas que les compra (bueno, no sólo a EEUU que España también tiene algo que decir…). De todas maneras, no parece que esté afectando de manera radical en el día a día del país ….

…todo esto dicho desde mi absoluto desconocimiento tras una escala de 3 horas en el país.

Qatar Airways (gran aerolínea) te ofrece tours gratuitos si haces escala (incluso con visita al desierto) pero no nos fue fácil entender como hacer la reserva por la hora en que llegábamos y las opciones que nos daba la agencia eran ridículamente caras (500$ por un tour). Así que llegamos con una mano delante y otra detrás, pero nada más pasar los trámites aduaneros (qué fácil es siempre todo en estos países) nos ofrecieron un tour de 3 horas por 75$ que aceptamos gustosos…como siempre tirándonos de cabeza al vacío.

 

Pasamos por el zoco (me pareció mucho más auténtico que el de Dubái) con animales vivos y disecados (que hicieron las delicias de Gueorgui) y tiendas de relojes (que hicieron las delicias de Alex y donde, como no, cayó el primer relojito del viaje…), por el paseo marítimo (La Corniche) donde tomamos un barco tradicional que nos cruzó en media horita al downtown, fuimos a la isla artificial (también parecida a la Palm de Dubái), vimos los espectaculares campos de fútbol que han construido para el mundial de 2022 y acabamos en un Centro Comercial de esos que solo te encuentras en estos países. ¡Fuera estás a 38º y dentro te mueres de frío…hasta el punto de que había una cancha de hockey hielo!!!

Como no, al ser un Mall con acento italiano, tenías tu canal con góndolas venecianas (es muy normal que cuando vas a comprar te apetezca dar un paseo en góndola…a mi me suele ocurrir) y un parque de atracciones del que nos fue difícil escapar ante la insistencia de Alex. 😅

Y de vuelta al aeropuerto que nos quedaban 10 horitas más de vuelo hasta nuestro destino final: Indonesia (para ser más concretos Denpassar, la capital de Bali que sería nuestra puerta de entrada al país de las 600 islas)

Dubai no es para mochileros

Ya me tocaba ir a China después de casi un año sin dejarme caer por el lejano oriente…y en esto que en un arranque impetuoso me dije de hacer una paradita en Dubái y qué mejor que llevarme a Paula para conocerlo. Y ni cortos ni perezosos nos dejamos caer en Dubái para pasar un fin de semana que se prometía caluroso por las fechas.

No es que pensara que fuera a ser barato, pero como saqué el hotel con puntos de Intercontinental (gran hotel el Intercontinental en plena Marina) y mi vuelo era de paso…pues no pensé yo que la broma se nos escapara demasiado de las manos.

Pero Dubái es caro, si amigos, muy caro; sólo los taxis (y los vuelos de Emirates) son baratos…curiosamente todo lo que tiene que ver con el petróleo que es lo que le ha dado vida a este emirato. Aquí todo te lo cuentan antes y después del petróleo como si te hablaran de antes y después de Cristo.

Lo que hacían antes los beduinos nómadas y los pescadores que poblaban este asentamiento donde, por su estratégica posición, se comerciaba desde hacía tiempo entre Asia y Europa. Pero básicamente les cambió la vida cuando se dieron cuenta que tenían el culo encima de una de las mayores reservas de petróleo del mundo…y lo que eran dejaron de serlo para convertirse en nuevos ricos. O eso dicen porque dubaities como tal pocos ves. De una población de 8 millones, solo hay medio millón de locales que tienen unos privilegios descomunales.

El jeque les entrega una casa de 500 m2 cuando se casan, un sueldo anual porque si…todo para que se arrejunten entre ellos y procreen…y es que, debido a la alta inmigración y la dificultad que paquistaníes, indios o filipinos tienen para traer a las familias, la tasa de hombre/mujeres es de 3/1…todo está descompensado aquí.

Eso sí, como tienen dinero y una estrategia clara; ser el centro turístico donde se gasten la pasta todos los ricachones de la zona, han apostado claramente por el turismo…y todo a lo grande, no les vale ser segundos: el edificio más alto del mundo, el parque temático cubierto más grande del mundo, el hotel de más estrellas, la aerolínea más chula (esto lo digo yo) ….

Hablando de hoteles, después de un primer día de relax en la piscina del hotel (salimos a dar un paseo por la playa a mala hora y salimos escaldados por el calorón…no deja de ser pleno desierto…), teníamos reserva en el restaurante del famoso Burj Al Arab (el hotel de siete estrellas…). Pensé que era una forma de conocer el hotel sin tener que pagar los 1000€ que vale la noche y me gustó la idea de cenar en el restaurante de la planta 27 (Al Maharat). Todo bien salvo que el tema empezó con que NO nos dieron una mesa con vistas sino una en el centro del restaurante de lo más normalita. Ya no me gustó demasiado y menos cuando vi los precios de los vinos. Coño, no me planteaba una cena así sin vino, pero es que el más baratito rondaba los 200€…repito el más baratito que en España te cuesta 20 en un restaurante y te quejas…os podéis imaginar a cuanto ascendió la cena, sin vistas y que no se pasó…en fin…ya os dije que no es para mochileros.

Merece la pena visitar la parte antigua de la ciudad con un zoco curioso donde si o si te colocan cosas. ¡Mira que le insistía a Paula en que no se dejara seducir por los cantos de sirena, pero…hasta a mí me convencieron con sendas camisetas de Griezmann que acabé adquiriendo para Gon y Gueorgui…como saben los muy zorros! Y es que hay que hacer patria aunque sean falsas…digo yo que a más demanda…todo cuenta.

Lo mejor sin duda fue la excursión por el desierto. Te llevan en unos land rovers vintage espectaculares y puedes apreciar la inmensidad del mismo. Orix, gacelas, espectáculo de halcones (no podía faltar) y cena final en un campamento muy chulo. Lo mejor la shisha (no sé lo que le metieron a Paula en la misma) y nuestras amigas paquinglesas que no dejaban de hablar. Que tipas más simpáticas…para un ratito.

Estas nos convencieron de subir al Burj Kalifa en nuestro último día. 850 metros de edificio que, por supuesto, es el más alto del mundo.

Lo que creíamos que había costado 100 Dirhams (25€ al cambio) resulta que fueron 1.000 (se nos escapó un cerito) …es decir que subir nos costó 250 euracos…eso sí, trato VIP con fast track…en fin, lo dicho, Dubái no es para mochileros (o iban a pasar mucha hambre…)

Del Asia profunda bengalí a la hiperdesarrollada

IMG_3825La llegada a Hong Kong fue un poco rara, después de la noche en Dhaka ciertamente surrealista con la cena bañada en Johnny Walker (reitero lo dicho no puedo entender como mi vecino de mesa se pimpló 5 whiskies uno tras otra durante la cena y se levantó como si hubiera bebido agua) y el vuelo a las 2 de la mañana que recuerdo entre brumas. Al ser sólo un vuelo de 4 horas, la llegada a Hong Kong fue extraña, con la boca pastosa y la cabeza embotada pasamos del Asia profunda bengalí a la Asia hiperdesarrollada de la ex-colonia británica. Y todo este proceso lo decidimos saborear desayunando en un restaurante muy cuco que hay en la zona de llegadas donde José María me volvió a demostrar que tiene un estómago a prueba de bombas.

Tras echar una cabezadita en el maravilloso Airport Express llegamos sobre las 10 al Lanson Place Hotel en Causeway Bay. Hotel, dicho sea de paso, reservado a través de una web (app) de la que recibo desde hace años y puntualmente emails todos los lunes con ofertas que no había prestado atención y a la que ahora me estoy aficionando para conseguir buenas ofertas en hoteles boutiques en capitales de todo el mundo.  Todo fue bien –el hotel estaba espectacular para los 120€ que había costado la habitación en un sitio tan caro como HKG– hasta que la amble recepcionista nos comunicó que no estaría lista la habitación hasta las 13 horas 😲 😲…era domingo y el hotel estaba a tope y los check outs se retrasaban y blablablá. Qué bajón, con las ganas que traíamos de meternos en la cama y echarnos una siestecita. Pues nos la echamos en unos sofás muy cómodos sitos en el salón del hotel, hasta el punto de dar  pena (y mala imagen para el resto de huéspedes) que a las 11 ya nos habían dado las habitaciones y pudimos echarnos esa siesta que antes se llamaba del cura (la de antes de comer).

IMG_3824Con otro cuerpo, me enteré de que el famoso por sus » Xiao Long Bao» (dumplings), el restaurante Din Tai Fung estaba a la vuelta de la esquina. Dicen que es el restaurante con estrella Michelin más barato y probablemente el más cutre al que he ido, pero los dumplings de cerdo con trufa son espectaculares.

Como hubo que echarse otra siesta no dio para mucho más el domingo. Bueno para la enésima discusión ¡qué manía en Hong Kong con seguir la premier y no interesarse por la Liga ni aunque se jueguen el campeonato! con un Sports bar donde me habían asegurado que si cenábamos me pondrían el fútbol. No pudo ser allí y tuvimos que buscar otro bar para ver perder al Atleti en Levante y echar por tierra todas las opciones de conseguir el campeonato. Eso sí con una maravillosa pinta de Mahou de barril… ¡Qué nivel!

El lunes, tras un intenso día de trabajo y visitas a almacenes con la humedad sofocante del trópico (me niego a contar la historia del francés, insultantemente bello, que nos enseñó uno de los almacenes y mientras se gustaba explicándonos esto y aquello se le cagó una gaviota encima de la chaqueta Armani  😝😝) cruzamos la frontera hacia Shenzhen. Y si, volví a mi hotel preferido, el que tanto me gusta de la parafernalia española con toros por todas partes, botones con sombrero cordobés, recepcionistas en traje de lunares y un galeón español en medio de la piscina y lo más gracioso, el restaurante chino del hotel que se llama “El Chino”…por lo menos a mí me parece muy gracioso. No me detengo en más detalles del Intercontinental de Shenzhen porque le he dedicado varios posts.  Eso sí, teníamos el cuerpo rumbero Jose María y yo y lo que iba a ser una visita al Cocopark (zona de bares y restaurantes) se convirtió en una salida en toda regla. Y eso que era lunes y que al día siguiente nos esperaba una jornada intensa. Es lo que tiene la juventud…

IMG_3827El martes visitamos a uno de nuestros partners en el puerto de Yantian que es el más importante de Shenzhen y uno de los más importantes del mundo (aunque sólo en Shenzhen hay 4 o 5 puertos más grandes que el de Barcelona). Llegamos a mala hora (la una de la tarde) a conocer al Presidente de la compañía (en China normalmente las empresas siempre pertenecen a grandes corporaciones de negocios muy diversos que suelen generarse cuando se privatizan empresas estatales….son privadas pero no del todo o estatales pero con parte privada, quien sabe…). A la hora de la comida, bajan la luz y los empleados se pegan unas siestas apoyados sobre los escritorios que dan envidia pero es que el Presidente se había tumbado todo lo largo que era (que no lo era mucho) en el sofá de su despacho. Le dimos un tiempo para que se reacomodara y acicalara y nos sentamos a departir en el mismo sofá como si tal cosa.

Me quedé con la sensación como que estábamos profanando algo. 😬

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Dhaka… ¡madre mía!

No fue alentadora la llegada a Dhaka. Empieza sorprendiendo que a las 4 y media de la mañana sea de día total, como en España a mediodía en verano. Ya suena raro… Adicional, y como me imaginaba, fue un follón pasar inmigración en el vetusto aeropuerto de Dhaka. Resulta que llevaba 2 pasaportes, uno cancelado con la visa de Bangladesh, y otro nuevo que tuve que sacar deprisa y corriendo gracias a los contactos de Jose María pues al funcionario chino de turno se le metió entre ceja y ceja que no había hojas suficientes para que me pusieran el visado (cosa por otro lado cierta) y que necesitaba un pasaporte nuevo.

dhaka ciudadAsí que iba yo con mis 2 pasaportes ante el malhumorado funcionario que, antes de nada me pidió el teléfono del hotel donde me quedaba. Como no lo sabía (la verdad es que nunca me sé el teléfono de los hoteles donde me quedo) me echó para el final de la cola. No hay tantos hoteles donde se queden los extranjeros en Dhaka, de hecho no hay tantos extranjeros en Dhaka, pero el hombre se empeñó en que no le valía el nombre del hotel (Westin) y que él no lo iba a buscar. Esto fue previo a descubrir que tenía 2 pasaportes. Yo le intenté explicar que ya me ha pasado varias veces (visa de 1 año de duración y pasaporte que por falta de hojas he de renovarlo y se queda la visa en el pasaporte viejo…), especialmente en China pero No, No y No…Y cuando dudó un poco ante mi insistencia, preguntó a un compañero que le debió de decir que ¡pasaporte caducado, visa caducada!

No me suelo poner nervioso en estas situaciones así que actúe con sentido de estado y le pedí audiencia con su Jefe; tendría que haber un Jefe que entendiera que lo que sostenía este hombre no tenía ni pies ni cabeza. Pero no parecía haberlo y allí seguíamos en un tira y afloja que soliviantaba a mis compañeros de cola.

Me vi cogiendo el vuelo de vuelta deportado pero, como hada madrina, apareció un ser superior que con tremenda naturalidad entendió mi situación, aceptó mi planteamiento y corrigió haciéndole perder la cara al funcionario puñetero. Y como suele pasar con la intransigencia administrativa, lo que era problema de vida o muerte, de repente se convirtió en un semáforo verde y bienvenido a Bangladesh…. ¡Mil gracias amigo! ¡Y sin pagar mordida!

Nos esperaba nuestro socio (tiene mérito ir a recoger a alguien al aeropuerto a las 4:30 am; muchos puntos se ganó con esto) para llevarnos al hotel.

  • “Siento la hora de llegada, no sabía que sería tan temprano”
  • “Mejor, así no hay tanto tráfico y demoramos 30 minutos en llegar al hotel cuando con tráfico serían 2 horas…”

Efectivamente, todavía no sabíamos lo que era el tráfico en Dhaka, pero lo aprenderíamos rápidamente.

Como nota cultural, Bangladesh es un país relativamente pequeño pero muy, muy densamente poblado. 150 millones de habitantes agrupados en pocas urbes y muy muy apelotonados. No es que haya tantos coches porque es muy caro tenerlos y el país es pobre. Pobre pero con ricos muy ricos (mi teoría es que en los países más pobres están siempre los más ricos). Es caro tenerlos porque el impuesto para comprar un coche es un 300% del valor del mismo. Un utilitario que te pueda costar 15.000€ en España te valdrá más de 50.000, un BMW X3 150.000…y así sucesivamente. Por tanto no hay muchos coches pero sí que hay muchos tuc tucs, carricoches, algunos a motor, muchos a pedales que aparecen y desaparecen entre los coches de manera caótica, como ratoncitos locos que van de lado a lado sin rumbo claro. Esto, junto con el estado de las calles (baches, obras a medio hacer, socavones..) genera un caos endemoniado.

dhaka tuc tucAhhh…y se me olvidaba, Bangladesh es un país musulmán. Cuando los ingleses dejaron la India montaron 2 estados, en uno mandaron a los musulmanes y la gran India quedó para los hindúes. Esto supuso una de las grandes movilizaciones humanas de la historia ya que tuvieron que acomodar entre Pakistán (el actual) y Pakistán del Este (el actual Bangladesh tras su independencia de Pakistán en el 71) a todos los musulmanes. Todo esto para que no se mataran entre si más de lo que lo hicieron,  imagino que no debió de ser sencillo porque ordenados, ordenados como que no lo son mucho.

Pues si la India es como es, Bangladesh es más pobre todavía y además de la amenaza terrorista NO se puede beber alcohol. Bueno, se puede sólo en los 3 o 4 hoteles que llaman de 5 estrellas y que es donde se quedan los occidentales  fundamentalmente del mundo de la confección que producen en las interesantes fábricas textiles del país. Y es que el 80% de las exportaciones son de ropa (grandes series, producto barato). Para esto fuimos y he de decir que encontramos cosas muy interesantes. Si se tiene claro lo que se busca, se encuentra y creo que hemos encontrado un socio con potencial de desarrollo de operaciones de control de calidad y producción.


Decía que el país era musulmán, cosa que no caímos antes de llegar y que, al llegar un jueves nos fastidió la agenda pues el viernes es el día de descanso. Trastocados los planes aprovechamos para hacer turismo. Básicamente el turismo consistió en la visita al Edificio del Congreso realizado por un arquitecto francés que según nuestro socio Manwar era muy conocido. También aprovechó para explicarnos las dinastías que dominan los 2 partidos que se reparten el poder y que, cada x tiempo, se matan entre ellos a los líderes y los sustituye un familiar (en este caso mujer de uno e hija del otro).

¿Qué más os puedo decir? Que la vida del extranjero es carísima (hoteles a no menos de 300€, comidas sin vino a 150€ 2 personas, la gasolina a 2€ el litro…), que la gente es encantadora y que hay potencial de negocio porque nadie quiere ir para estos sitios. Ir a China es como ir a NYC pero ¿Cuántas empresas de moda encuentran a gente que mandar a Bangladesh? y  todos los grandes producen grandes cantidades allí. Hay tiendas de “excesos de producción” que son como fakes pero, en teoría, no son falsificaciones sino, eso mismo, sobrantes de las fábricas. Allí arrasó Jose María aunque menos de lo que hubiese querido cuando se enteró que nuestro socio había pagado lo comprado.

Por cierto, la última noche nos llevaron a una cena en un restaurante que pertenecía a una de las familias poderosas socia de nuestro socio. Nos dieron trato VIP y cenamos con una botella de Johnnie Walker etiqueta negra que plantaron en la mesa nada más llegar a modo de estos son mis poderes. La comida deliciosa (la comida bengalí es muy similar a la india) yo me la bajé con un par de cervezas. Sin embargo, el que se sentó al lado mío se metió entre pecho y espalda 5 whiskies uno detrás de otro…y luego se levantó tan tranquilo. Me imagino que hay que aprovechar el momento.

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La bahía de Halong y sus islotes kársticos

Llovía, llovía mucho en el norte de Vietnam. Reportaban los periódicos inundaciones como hacía 40 años que no se producían. En la región de Haiphong (el puerto de Hanói) habían provocado riadas y la muerte de varias personas.

A las 10 de la mañana (después de unas cuantas horas de espera) la agencia nos confirmó que los barcos no saldrían ese día, por séptimo día consecutivo, en Halong Bay. Esto era algo que jamás había ocurrido pero que a nosotros nos estaba pillando de lleno. Uno de los highlights del viaje, la visita en barco (con noche incluida) a la bahía de Halong con sus miles de islotes kársticos en forma de huevera invertida, no se iba a producir.

Era mi segunda visita a Hanói en que no podía visitar Halong Bay. La otra porque no me parecía el viaje adecuado (me parecía que merecía más la pena y sería más romántico pasar la noche en el barquito viendo amanecer desde el camarote que el viaje de ida y vuelta que me proponían en esa ocasión con el Director de Logis en China…), y  ésta por las inclemencias meteorológicas. Además, si bien nuestros compañeros de viaje podían estirar un día más su itinerario, el nuestro era inamovible y no cabía plan B para visitar Halong Bay. Resignados, optamos por una excursión alternativa y dimos por hecho que volveríamos en otra ocasión con más ganas que nunca.

halong bay en barcoIncluso había llegado el guía que nos llevaría a la zona de Ninh Binh al sudeste de Hanói. También turístico pues es una especie de Halong Bay en chiquitito y menos turístico (con río en lugar de mar) y con una catedral que fue de los franceses en la época en que era colonia y donde sucede parte de la trama de la novela de Graham Greene a la que luego me referiré en detalle (pues aproveché el viaje para releer). ¿Alguien no recuerda el papelón de Michael Caine en la película del mismo nombre: El americano impasible?

Pero mira por donde, los astros se alinearon y dejó de llover; no sólo dejó de llover sino que dieron permiso a nuestro barco para salir y, en un santiamén, nos organizaron el trayecto para poder salir esa misma tarde; saldríamos tarde pues los barcos normalmente salen sobre las 13 horas y nosotros lo haríamos a las 4 pero saldríamos y, lo que es mejor, saldríamos solos ya que sólo se había autorizado a nuestra compañía a salir. Y esto que parece baladí es una gran ventaja, pues si salen todos los barcos (algunos verdaderos cruceros con cientos de camarotes), y por muy grande que sea la bahía, el agobio le quita mucho encanto al paraje.

La bahía de halongCuriosa fue la parada a comer en una especia de mega fábrica de artesanía que da trabajo a personas con diversidad funcional donde nos atendió un ejército de señoritas (camareras). No miento si digo que había más de 10 perfectamente uniformadas (y que pidieron encarecidamente fotografiarse con Coché y el que suscribe) para un comedor que no tenía más de 10 mesas y que éramos los únicos usuarios en ese momento. El servicio fenomenal, muy atento…Comimos bien y, aunque no compramos nada, había una especie de jefe de sala (de la fábrica que no del restaurante) que en perfecto español nos guió por las instalaciones. Muy amigo de Guardiola por cierto, con el que tenía una foto en actitud de camaradería que seguro no se hubiese hecho con Coché…el procés everywhere!!!

Salimos tarde y llegamos demasiado pronto porque a la mañana siguiente nos dieron carpetazo con demasiada diligencia. Diana a las 6:30, para ello pusieron el barco a navegar con todo el ruido habido y por haber, desayuno a las 7:15, paseo con baño por una playita con cueva incluida, de vuelta al barco a hacer las maletas, comida a las 10:45 (glubs) y a las 12 ya nos habían despachado pues a las 13 horas volvían a salir con otros pasajeros.

Soy un poco injusto pues fue espectacular estar solos en mitad de las sombras fantasmales de las montañas pero pagamos la soledad con que el mar estaba muy movido y lleno de basura traída por el temporal. Para más INRI, al estar nublado los colores del mar no eran tan espectaculares como dicen que lo son en días soleados. Bueno, yo me bañé en el mar de Tomkin y eso queda para el curriculum.

el viajero en Halong bayY como no, el triunfador del crucero fue nuestro guía Tom con su inglés aristocrático marcadamente British que nos dejaba con la boca abierta cada vez que explicaba algo (fuera o no interesante) y que consiguió que gran parte de la cena que nos sirvieron en cubierta consistiera (imagino que también por el vino) en un intento de todos por imitar su particular acento aprendido, sin duda, en documentales de la BBC sobre animales.

Lao Cai, Vietnam …aventuras en el tren!

vietnam el viajero de la logisticaFue llegando a Lao Cai que empezaron a cambiar las cosas. Para empezar impresiona pues hace frontera con China y el puente que cruza el rio que separa ambos países da cierto yuyu. Ya he contado antes la difícil historia entre chinos y vietnamitas. Es algo parecido a los chinos con los japoneses (los primeros odian a los últimos porque les han invadido y machacado durante siglos). Los vietnamitas odian a los chinos pues estuvieron bajo su dominio durante 1000 años. De hecho, en la guerra fría no dudaron en acercarse a la URSS alejándose de la China de Mao.

Había un templo al borde del puente (en cuya frontera esperaban unos chinos para cruzar con los que departí amigablemente en mi chino fluido) donde celebraban algo que no acabamos de entender pero que nos pareció divertido. En lo que era la zona noble, y al compás de una especie de chamán, se agitaban dos jovencitas en un estado de excitación febril; bebían whisky Johnny Walker red label, se introducían cigarrillos por todos los agujeros de la cara especialmente pero no únicamente por la boca donde les cabían alrededor de la docena y repartían billetes a doquier. Digno de ver aunque difícil de entender, acabaron invitándonos a compartir con ellas la celebración pero somos gente seria por lo que abandonamos el lugar en mitad de la fiesta.

Como tiempo teníamos, me empeñé en darme un masaje. ¿Qué íbamos a hacer 3 horas en esa ciudad? A través de la guía que ya os digo no era muy despierta, el chofer llamó a un colega suyo de la ciudad y nos mandó a donde él debía frecuentar. Ya sé que suena raro pero no tenía mala pinta. De hecho, cuando llegamos, todo parecía bastante normal y por el módico precio de 15$ nos darían el masaje por mi soñado de 2 horitas. No voy a entrar en muchos detalles del lugar ni de quién y cómo entramos. Sólo que como estaba con mi santa esposa estoy cubierto de toda sospecha. Al final salimos a la carrera cuando el tema se ponía complicado pues debe de ser costumbre vietnamita emborracharse sin control los domingos por la tarde. Anécdota curiosa de la que nos acordaremos en muchos años y no doy más pistas.

movil lili 14sept2015 651Como también nos acordaremos por dantesca de la situación en el tren….resulta que el avispado de la agencia se había equivocado y 2 teníamos billetes para el día siguiente pero no lo sabíamos. Ya en nuestros compartimentos empezó una discusión que pensábamos que no nos atañía. Incluso irritado pensé; “otros guiris que pretenden colarse”

Pero era por nosotros y la cosa se puso tensa. Nuestra guía, con poco empuje, discutía con una señora de rosa que tenía muy mal carácter. Empezó a llegar más gente y tuvimos que salir al andén a discutir. A todo esto me hicieron creer que la de rosa nos había quitado nuestros billetes para dárselos a otro cliente con lo que me puse como un becerro gritando que me devolviera los billetes. En un momento de debilidad de la de rosa se los arrebaté dándole los míos y subimos al tren.

Ya estamos dentro” gritaba Coché eufórico…

A todo esto el tren se puso en marcha pero detrás nuestro había subido un ejército de revisores, jefes de estación, algún policía y, como no, la de rosa que seguía gritando. También subió nuestra guía que no sabía dónde meterse. Alguien apretó el freno de mano y la situación se fue tensando por momentos. Se podía cortar la tensión mientras uno que no iba de uniforme pero que parecía mandar más (o tal vez era el único que hablaba inglés) me pedía que abandonáramos el tren que luego lo arreglaríamos. La gente se asomaba por las ventanillas mirándonos con desagrado…”bajad ya si no tenéis billetes” pensaban como yo lo había hecho previamente…

En fin, por hacer el cuento corto y a pesar de las exaltaciones militares de Coché sobre no separarse porque un marine nunca abandona a sus compañeros…y teniendo en cuenta que Mariola andaba despistada en el otro lado del tren, nos pareció prudente rendirnos y bajar del tren que partió rápidamente dejándonos en la estación.

Siguió una pequeña discusión con la de rosa (imposible saber lo que pretendía una vez descabalgados) y que accedieran a cambiarnos los billetes pues, como yo les había insistido, aunque fueran del día siguiente en nuestro camarote no iba nadie. Claro que accedieron si les pagábamos el billete que teóricamente luego nos habría de restituir la agencia (aún estoy esperando). Yo hablaba por teléfono con uno, el de la agencia para validar y, a la vez, calculaba cuanto me saldría la broma en llamadas internacionales más la friolera de 4 millones de dongs por el billete y llevarnos en su coche a la siguiente estación (acojona pero no son ni 200$). El teléfono no dejaba de sonar en todas sus formas (Skype, whatsapp, ring ring…). Coché nervioso. Yo pensando también que no tenía dinero y mi tarjeta estaba funcionando a medias.

Nos subimos al coche del pavo que lo primero que hizo fue pararnos en un cajero. Ya de camino por la autopista, bajo una lluvia torrencial, Paula intentó entender cuál era su papel (yo me había venido abajo después del subidón). Soy free lance, contestó  zanjando la conversación. Y tanto la zanjó que de repente paró el coche y aparcó a un lado de la autopista. Insisto que llovía mucho.

“Bajad que hay que cambiar de coche porque este no puede llegar a la estación”

Irracionalmente obedecimos, cruzamos la autopista, bajamos por un camino de tierra embarrado donde Paula se pegó una culada de categoría 8 con pantaloncitos blancos, pasamos por debajo de una valla y aparecimos al otro lado donde tomamos otro coche. Ya lo dimos todo por perdido así que nos relajamos (lo máximo que se me ocurrió fue dejar marcado el teléfono del de la agencia en el móvil por si había que comunicar algo de urgencia). Y hete que nos paramos en un paso a nivel donde estaba pasando nuestro tren (no es precisamente de alta velocidad). Rápidamente alcanzamos la estación cuando llegaba y bajamos a la carrera. Le di 3,9 millones de dongs (en el último momento y en un gesto de rebeldía le tongué 100.000 sobre lo pactado) y vimos como el tren partía con nosotros como si nada hubiera pasado.

¡Qué bien me supo la cerveza que tenían preparada nuestros colegas!!

En Sapa Valley …conviviendo con los vietnamitas

En Sapa Valley nos recogió nuestra guía Ha para llevarnos a la ciudad desde donde empezaríamos el trekking que tan preocupado tenía a Coché.

Eso sí, todo muy glamuroso, primero nos aseamos en el baño de la agencia de viajes y luego nos llevó a desayunar opíparamente en un lugar difícil de clasificar con aires franceses más en la pretensión que en la realidad. Y pasamos la mañana caminando entre arrozales, montañas verdes. Increíblemente, todavía no llovía lo que hizo que nuestro ánimo mejorara mucho.

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Sapa está a más de 2.000m2 de altitud por lo que en invierno hace mucho frio. De hecho nieva asiduamente en las montañas. Por tanto no se decir cuando es el mejor momento para visitarlo pero nunca en el monzón (y menos en este que fue el peor en los últimos 40 años en cuanto a lluvias). Pero en ese momento todavía no llovía, así que anduvimos varias horas con nuestra guía que, también he de decirlo, estaba más interesada en contarnos que tenía un novio australiano y hacerse amiga nuestra en las redes sociales, que en explicarnos cosas, tal vez es que no había mucho que explicar….

Ella era Black Hmong, una de las minorías de la zona; había también otros colores de Hmong (son los vietnamitas originarios de China que nunca se creyeron vietnamitas y que, por tanto, apoyaron a los americanos en la guerra con lo que os podéis imaginar cómo los trataron posteriormente los vietnamitas; a lo mejor os acordáis de los “boat people” que partieron de Vietnam con objetivo de llegar a EEUU tras la guerra; si no seguro que os acordáis del peliculón de Clint Eastwood: Grand Torino, sí, son ellos). Y finalmente estaban los Dao, fácilmente reconocibles porque al casarse las mujeres se depilan las cejas y se rapan la frente quedando verdaderamente feas. Adicionalmente se ponen una especie de gorro de Santa Claus que les da un aspecto bastante cómico.

El método de venta de estas mujeres es bastante simple pero muy efectivo. Venden artesanías, hasta ahí como en cualquier otra parte. Pero no te acosan sino que comienzan a caminar a tu lado. Con educación, una vez roto el hielo, te preguntan tu nombre y de dónde vienes. No va más allá. Sino que siguen caminando al lado tuyo con la sonrisa en la boca. Una se pega a cada integrante del grupo. Intentas disimular; ya se cansará, voy a hacer como que no me importa, a ver quién puede más…y pueden más ellas. Llega un momento en que las miras directamente (ellas sonríen) y comienza la negociación dentro del grupo. ¿Cómo hacemos para que no nos sigan más? No parece plausible comprar a una y no a otras por lo que establecimos un precio único fijo y todas tendrían derecho a vender uno de sus objetos. Son buenas negociando y lo hacen con una sonrisa que te desmonta. Alguno llegó a pensar en una técnica similar para vender a sus clientes (en este caso rusos, les espero en la puerta de la oficina, les saludo y les sigo a todas sus gestiones hasta que caiga algo…)

sapa valley viajero logistica y modaFelices y libres de la presencia de nuestras amigas “minorities” llegamos a un bareto en medio de la nada que prometía grandes alegrías. Vistas espectaculares y cervecita fría. Planteamos comer allí a nuestra guía pero tal vez era demasiado pronto. Nos prometió que comeríamos en otro sitio parecido ya en el pueblo. Tal vez no con esas vistas pero…con buena comida. Así que seguimos la marcha confiados en el buen hacer de esta muchacha que seguía empeñada en que su pasión por los occidentales fuera el tema de conversación del grupo. Finalmente, llegamos a donde comeríamos. Imaginaros una hondonada donde pegaba el sol a destajo, con una construcción a medio hacer y, como es lógico carente de vistas más allá de la ropa colgada en una cuerda (si, con calzoncillos y bragas de abuela…). Allí comeríamos, lo cual no era una gran satisfacción, pero también dormiríamos, pues en ese instante nos enteramos que esa era la familia Dao donde nos quedaríamos. Y el bajón vino acompañado de unos truenos que anticiparon una tromba de agua que ya no nos abandonó  en todo el fin de semana. Y nadie descolgó la ropa colgada. Tal vez, pensamos, era su sistema de lavado…

¿Y qué haremos por la tarde? Preguntamos a nuestra guía mientras nos traían la comida. No hubo una respuesta clara y, visto lo visto no parecía demasiado excitante pasar la tarde en ese lugar. Ojalá hubiéramos llevado una baraja de cartas…

Finalmente nos decidimos a dar un paseo. Nos mojamos pero mereció la pena. Cruzamos ríos, subimos y bajamos montañas, nos picaron mosquitos y acabamos cenando en otro “homestay” que nos parecía la gloria comparado con donde dormiríamos. Aunque no parezca muy glamurosa la escena de la camarera/dueña recibiéndonos en eskijama con el bebé en brazos, lo cierto es que el sitio nos pareció genial comparado con el nuestro. Nos planteamos seriamente hacer el cambio a éste donde los baños nos parecían de un lujo asiático comparado en el baño de nuestra casa (donde había mucha, mucha mugre y un agujero en la pared sospechoso en forma de ventana abierta al  mundo). Incluso nos pareció simpático que el camarero que recogió las sobras del omnipresente arroz se quedara charlando con nosotros (juro que no recuerdo en que idioma) con el susodicho plato de arroz en la mano al que pegaba cucharadas como si fuera la cosa más normal del mundo.

Y acabamos, con una tormenta inmisericorde, metidos en 4 tinas en nuestra “homestay” dándonos el baño de hierbas. Fue una experiencia curiosa, hasta un poco mística diría y, las cosas como son, dormimos como angelitos bajo una tromba de agua tremenda y en un cuarto anexo a la casa donde dormía desperdigada el resto de la familia. De hecho nos costó salir de la cama a la hora establecida y nos supuso un problema gordo con el chofer que nos había de llevar de vuelta a la civilización para seguir caminando las montañas de Sapa…

Tras varias peripecias más en Sapa que os voy a ahorrar y después de visitar el curioso mercado de Bac Ha donde, ante la estupefacción de nuestros amigos sevillanos, probamos el licor de arroz servido en un tapón de depósito industrial (Dios sabe que había contenido el depósito y con mucha mugre en los bordes). El riesgo que corrimos no mereció la pena porque no era ninguna maravilla.

Si que tuvo cierta gracia la zona de animales vivos (un búfalo costaba algo menos de 1.000$) y el mercado de carne donde jugaban con los despojos de las vacas a un curioso juego que consistía en apostar, o eso creímos entender, si el vietnamita borracho de turno era capaz de cortar con un machete enorme y de un solo tajo, las sobras de la carne por la mitad. Parecía ser algo realmente emocionante por cómo se arremolinaban y gritaban entusiasmados los asistentes.

De vuelta hacia Lao Cai donde esa noche tomaríamos el tren de vuelta. Creíamos el periplo acabado pero ese domingo de finales de julio iba a ser un domingo que recordaremos mucho tiempo….

Vietnam…primera parada Hanói

hanoi el viajero de la logisticaHanói es Asia en estado puro. Se me ocurren otras ciudades que mantienen ese espíritu de lo que esperamos de Asia pero pocas del tamaño tan manejable como Hanói. Es la capital de Vietnam pero la segunda ciudad más grande del país tras Ho Chi Minh. La ciudad vieja tiene el encanto del caos, de la muchedumbre de pequeñas motos pitando de manera desenfrenada, de los bares para mochileros donde es fácil (y barato) departir con otros viajeros…y además tiene el laguito de la espada restituida con su templo taoísta en la isla central.

Y hago aquí una pequeña pausa para hablar del tema místico en Vietnam. Nunca prohibido por un gobierno comunista que lo acepta, en Vietnam se profesan 3 tipos de religiones que si bien tienen nexos en común, en realidad son bastante diferentes (aunque complementarias). No existe demasiada competencia entre ellas porque cualquiera puede elegir alguna o las 3 si le va mejor. Por tanto no se irritan los unos con los otros exaltando las bondades de la propia y, lo que es más importante, no se matan los unos con los otros. hanoi Así, hay budistas, confucionistas (con un rollo más filosófico del feng shui) y taoístas (estos son los del ying y el yang; todo tiene su parte buena y mala por lo que hay que tomar las cosas como vienen y no establecer demasiados juicios de valor).

Ahhh…me olvidaba, y en Vietnam están también lo hochiministas; que son legión. Personaje idolatrado como el máximo líder vietnamita que, por un lado consiguió la independencia de los franceses fundándose la República comunista de Vietnam del Norte y, posteriormente, cuando entraron los americanos en juego ante el riesgo de que Vietnam se convirtiera en otro país satélite de Moscú en la zona, lideró al Vietcong en la batalla con los americanos que acabó con una de las mayores derrotas del ejercito gringo.

Personaje omnipresente en Vietnam (os juro que hasta vimos alguna figura de HCM en templos) tiene su centro ritual máximo en su mausoleo que, como el de Lenin, se puede vietnam hanoivisitar. Fueron de hecho los rusos los que ayudaron a embalsamar el cadáver y dicen que cada año se lo llevan un par de meses a Moscú para “mantenimiento” (cosa esto que carece de sentido porque parecería más razonable traer a los técnicos que mandar la momia para arriba pero…). Como todas estas cosas (visita sin duda obligada) acojona la visita y, especialmente, la marcialidad de los soldados que se dedican a amonestar a aquellos que no guardan la compostura exigida.

Cenamos con nuestros “compas viajeros”, Coché y Mariola recién llegados de Sevilla en el correcto Cau Gou. Situado enfrente del lago en un edificio con varios restaurantes en la entrada de la Old town y con una terraza que, si no hubiera estado lloviendo (como veréis fue la tónica del viaje), habría sido magnífica para cenar. Fue el desembarco en la comida vietnamita. Mucho arroz, fresh spring rolls (deliciosos), ricas sopas especiadas… y barato salvo que te metas donde no debes… ¡qué cambio con la estadía en China!

Y tras acabar el día con un masaje (ya llevaba unos cuantos) en un spa llamado SF (sin final feliz me decía socarrón el guía… un fenómeno el tío) nos fuimos para la estación porque empezaba la parte más aventurera del viaje: el trekking por la montañas del valle de Sapa donde, por cierto, no dejaría de llover en los 3 días que estuvimos allí.

vietnam proxima parada hanoiTras 8 horas de viaje donde el tren recorre la friolera de 280 kms, llegamos hasta la ciudad de Lao Cai, fronteriza con China y donde a la vuelta también tuvimos alguna anécdota que ya os contaré… La primera sensación tras abrir los ojos y bajar del tren es que estábamos en otro mundo, frío, montañas cubiertas por la niebla, ninguna moto..

Esto prometía…