Hong Kong y Camboya
Llegamos a Hong Kong en el ferry rápido que une el puerto de Nansha en la desembocadura del Rio Perla con la terminal de Koowlon. Durante una hora entera, metidos en la habitual bruma china, recorres instalaciones portuarias y te cruzas con interminables barcos y barcazas que llevan mercancías arriba y abajo con un ritmo frenético. En un área de menos 100kms de costa cruzas 3 o 4 terminales portuarias que están entre las 10 más transitadas del mundo (Hong Kong, Yantian, Chiwan, Shekou, Guangzhou….) ¡Impresionante!
En HK teníamos cena con John Lau, dueño de Cargo Services. Esta es una empresa logística hongkonesa por la que, hace un par de años, el banco HSBC pagó 100M€ por un 10% de su capital, es decir que la valoró en 1000M€. Pues bien, con su dueño, uno de los tipos más ricos de Hong Kong (y eso es ser muy rico) nos había invitado a cenar para seguir hablando del proyecto conjunto de montar CS Logisfashion como una joint venture al 50%.Este tipo se jacta de trabajar 20 horas al día (sólo necesita dormir 4) y doy fe que lo hace; su equipo dice que tiene la costumbre de llamarles en cualquier momento, si bien parece que, adicionalmente a las 4 horas que duerme, de 2 a 6 de la mañana, la franja horaria de 12 a 2 también suele respetarla (qué detalle!).
Durante este viaje me he reunido 3 veces con él, el día que llegué a Shanghai desayunamos en mi hotel a las 7:30 porque tenía que coger un vuelo a las 10; el día en que llegamos a Hong Kong cenamos en un restaurante de marisco junto con mis socios (Carlos y Juan que, como es normal, quedaron muy impresionados de que un personaje así nos dedicara tanto tiempo) y a la mañana siguiente, el día en que nos íbamos. En esta reunión cerramos los términos del acuerdo (creo que muy favorables o interesantes para nosotros) y eso que nosotros acudimos un poco resacosos porque la noche en HK es durilla (Lai Kwai Fong, Dusk till Dawn…). El nos dijo nada más llegar que ese día se había acostado a las 4 trabajando en un tender (le encanta hablar de lo mucho que trabaja y lo poco que duerme); yo me callé pero lo cierto es que ese día había dormido bastante menos que él….
Bueno, sin liar más el tema, esa tarde dejaba a mis compis de Logisfashion que se volvían para España después de la dura semana de trabajo, y me fui para Camboya a conocer la tierra de los jemeres.
Phnom Penh es sorprendente; desde el coqueto aeropuerto de Pochetong que te retrotrae al caos de la evacuación de extranjeros tras la entrada en la ciudad de los Jemeres rojos en 1975, se toma un tuktuk (elemento de transporte habitual que consiste en moto pegada a carricoche) que se inmiscuye en el caos urbano de motos, bicicletas, muchos más tuktuks y, sorprendentemente, Lexus de gama alta (muchísimos…no me preguntéis por qué).
Me alojé en el hotel Pavillion (recomendación del gran viajero Coché). Muy céntrico, agradable, con trato exquisito y barato (indispensable las suites con piscina privada y darse el gustazo de un buen masaje a 35$ la hora). Paula llegó esa misma tarde y nos fuimos a cenar al Malis. Si vais no dejéis de probar las ancas de rana. Otra buena recomendación son los restaurantes de la cadena Friends con su obra social dando empleo a niños de la calle. Otro restaurante de la cadena, el Romdeng tiene como especialidad (y están muy ricas) las famosas “deep fried spiders” o tarántulas fritas; dan asquillo pero están muy ricas ¿no sé si el paso de Paula por el hospital viene de la obligación de haber probado algo que nunca tuvo intención de pedir?
Después de cenar, en el Riverside hay multitud de locales para tomar una copa con vistas gracias a 2 ríos que allí se juntan, el Ton Lep que viene del lago más famoso de Indochina y el gran Mekong.
Respecto al Tonle Sap, el lago que recorre longitudinalmente el país, hay que contar que de la época de lluvias (de junio a noviembre) a la seca (de diciembre a abril) hay una diferencia de caudal que hace que varié de una profundidad de 1 mt a una de 10 en su momento álgido. Esto es debido a que la fuerza de bajada de aguas en el Mekong durante la temporada de lluvias, empuje al Tonle variando su curso y llenando el lago.
En el lago hay mucha pesca lo que lleva a que una gran cantidad de personas se hayan instalado en el mismo y, para evitar desaparecer con este cambio de orillas, viven en poblados flotantes que, lógicamente, suben y bajan según el caudal.
Prometo más sobre Phnom Penh en el próximo post…