En Guangdon (Cantón) todo se come y hay un hotel cañí, y olé!.

Guangdong (Cantón para nosotros), si bien no es la provincia más poblada de China, ni la más contaminada, sí que es, probablemente, la que tiene más centros industriales y una de las mayores densidades poblacionales. Con más de 60 millones de habitantes fue, tradicionalmente, la provincia con mayor contacto con el extranjero en el siglo XIX, hasta el punto que aquí se generaron las 2 guerras del opio ante la prohibición a las potencias extranjeras de comerciar con ese producto. La derrota del ejército imperial supuso la pérdida de Hong Kong (que merecerá un post aparte) y su conversión en colonia británica. Además, los portugueses habían desembarcado y colonizado previamente Macao (convertida ahora junto con Hong Kong en zona administrativa especial).

Atravesar Cantón por sus amplias autovías supone atravesar zonas industriales y zonas habitacionales sin parar. Es especialmente llamativo de noche por la poca iluminación en las ventanas ya que utilizan bombillas de pocos voltios para ahorrar energía. Si bien ecológicamente está muy bien, la sensación es un poco triste. Guangzhou, la capital, era el antiguo puerto aguas arriba el Rio Perla.

Se dice que la cocina cantonesa lo aprovecha todo y se comen todo lo que vuela menos los aviones y todo lo que tienen patas menos las mesas. Ir al mercado de Guangzhou es espectacular en ese sentido (como podéis ver en las fotos). Se puede encontrar todo lo que jamás imaginaríamos alguien se pudiera comer (escorpiones, serpientes y demás bichos varios…).



Hablemos ahora de Shenzhen, que era un pueblecito de pescadores pegado a la frontera con Hong Kong antes de que el gobierno decidiera convertirlo en zona económica especial. Ahora es una ciudad con 10 millones de habitantes, infraestructuras espectaculares y el consumismo propio de las ciudades chinas que se desarrollan. Cuenta con 3 puertos con sus zonas francas que se encuentran entre los 5 más importantes del mundo.

Para kitsch, el hotel Intercontinental de Shenzhen..me encanta; decoración española cañí (es lo que ahora está de moda, ¿no?). Toros por doquier y recepcionistas en traje de lunares ellas y con sombrero cordobés ellos…intenté preguntar el porqué pero eso en China no tiene importancia, a nadie le llama la atención!