«Mi negro» … de esta manera impagable definió Feliciano Lagastica su experiencia con el servicio en Panamá ante el incremento de la inmigración colombiana en el país. Y es que Feliciano, aparte de tener nombre de novela de realismo mágico latinoamericano, está dotado del don de la palabra. Tiene labia que diría un castizo. Además, Feliciano es nuestro Responsable de Operaciones en Colón (Panamá) y, como le dijo la camarera colombiana en La Rana Dorada del Casco Viejo, Feliciano es negro; más negro que moreno sin duda.
Feliciano es ingenioso; es cierto que últimamente siempre me da la sensación de necesitar apuntar las frases que escucho. Rodeado de fenómenos como Albert y Mario en el comité de expansión hay que estar ojo avizor para no perdérselas (o tener a Jordi siempre atento apuntándolas). Lástima no tener ya la memoria que tuve.
Estábamos comiendo patacón relleno y pargo frito en el restaurante Arrecifes de Colón (ciudad maravillosamente decadente donde hace un año me envenenaron junto con David F. con un caracol llamado Cambomdia), y celebrando el Consejo recién concluido cuando surgió el eterno tema del servicio en Panamá. Ya he escrito previamente algún post al respecto, creo recordar que con la anécdota del Haagen Dasz cubierto de hielo que no me querían cambiar pues lo había abierto (sic) y sé que es un tema recurrente, pero son los panameños los primeros que siempre sacan el tema de la desidia y falta de interés del servicio en el país y especialmente en Colón.
“No hay mentalidad de servicio a pesar de ser un país de servicios” apuntó con razón Oriana (la que maneja los dineros en Panamá).
“Afortunadamente la inmigración de colombianas y venezolanas está mejorando el nivel” dijo Federico barriendo para casa.
No quedó claro a qué nivel se refería lo que generó cierta polémica sobre el tipo de bares que frecuentaba.
Josep María y yo nos limitábamos a asentir y pelearnos con el pargo (el mío capaz de alimentar a todos los presentes). Fue en un momento de pausa cuando Feliciano Lagastica contó su experiencia con la camarera colombiana. Lo contó y todos necesitamos un tiempo de reflexión, tiempo para masticar y deglutir la frase que todavía sobrevolaba la mesa. Pareció algo natural, algo ocurrente, algo que no estaba premeditado. Y eso fue precisamente lo gracioso del tema. No acabábamos de entender por qué una sola frase dicha en el momento justo podía haber generado ese silencio. Es más, yo todavía no entendía qué había generado ese interés de toda la mesa.
Hasta que Josep María (a falta de Jordi) levantó la liebre. Sabe más el diablo por viejo que por diablo. Aplaudió la ocurrencia y me hizo caer en la cuenta de la genialidad de la misma: “Mi negro; si alguien me atiende así, con la variación pronominal de la primera persona singular, le doy lo que me pida”.
Me pasa en México con los amigos queridos; allí es habitual, que no en España, que me traten de Mi Juan; reconozco que al principio me chocaba (y que no me veo respondiendo con la misma forma gramatical contradictoria) pero, sin duda es señal de cercanía, de complicidad. No eres tuyo, eres mío. ¿No es algo incluso parecido a estar enamorado? Pues bien, que una camarera colombiana afincada en Panamá te trate así supuso un estado de infinita emoción para Feliciano y nos lo quiso expresar de una manera tan gráfica que, inmediatamente supe que el próximo post de este Viajero estaría dedicado a él. ¡Gracias amigo!
Veníamos de una semana intensa: Bogotá visto y no visto, Medellín llegada por la mañana y vuelo a última hora para Panamá…eso sí, conocimos la nueva bodega que inauguraremos recientemente en Girardota Medellín.
Sigue creciendo Logisfashion Colombia con más de 5.000m2 de almacenes entre Bogotá y Medellín y con buenas perspectivas. Con un equipo comprometido y profesional liderado por Federico. Con el apoyo de Eva ya totalmente colombianizada como pude comprobar.
Ah, se me olvidaba, y con la incorporación en el equipo comercial de Yeimin que, sin duda, nos va a aportar una gran punch comercial. Gran gourmet como me pudo demostrar en la magnífica comida con la que me deleitó en La Fragata. Estupendo el ceviche con cilantro, ricos los calamares y algo más soso el pargo.
Y para acabar el periplo panameño antes de viajar a Santiago, cenamos con Leo en el Cabana en el edificio más cool de la Ciudad de Panamá. Diseñado por Philip Stark nos lo enseñaron en profundidad. Miami en Panamá con costes de administración de 80.000$ mensuales!!!