Recién acabada la semana tomábamos Paula y yo el vuelo para China donde tenía asuntos pendientes antes de comenzar las vacaciones en Vietnam. Y estaba peleando un upgrade para Paula cuando se dio la paradoja que al que se lo hicieron (error mayúsculo de Emirates) fue a mi sin pedirlo y, sin comerlo, ni beberlo y por primera vez en mi vida, me vi viajando en First…
Lo malo es acostumbrarte a estas cosas…después del Dom Perignon, me trajeron un plato de caviar y me abrieron una botella de Vega Sicilia Único que pedí dejaran directamente en mi compartimento (por una vez en la vida había que aprovecharlo…). Eso si, como un caballero que soy le llevé a Paula una copa de champagne (y buena bronca me echaron por mezclarme con los de detrás de la cortinilla), incluso dudé en ofrecerle el cambio (lo hice con la boca pequeña) pero…hubiese sido malo para nuestra relación 😉
Me gustó aprovechar el domingo para visitar los sitios turísticos de Shanghai que hacía mucho tiempo no veía. A pesar del calor húmedo que te hacía sudar a chorros, paseamos por la “French Concession”; la Concesión Francesa de Shanghái es una zona histórica en el centro sur de la ciudad que se denominó así tras la II Guerra del Opio, cuando los franceses ocuparon esta zona tras ganar la guerra, junto con los británicos, contra los chinos. En esa época la Concesión Francesa era gobernada por los franceses como si fuera parte de Francia, desde 1849 hasta 1946, cuando la Francia de Vichy firmó un acuerdo en Nankín. Fueron los primeros distritos residenciales y comerciales de Shanghái, y fue también el centro del catolicismo en Shanghái.
Luego paseamos por Xin Tian Di, que literalmente significa «Nuevo Cielo y Tierra» es una zona peatonal llena shikumens tradicionales (puerta de piedra) de mediados del s. XIX reconstruidos en callejones estrechos y algunas casas adosadas que ahora funcionan como librerías, cafeterías, restaurantes y centros comerciales, nos acercamos al centro y a los jardines de Yu Yuan (donde tomamos un té en la famosa tetería en medio del lago) y finalmente el Bund.
Bund es el nombre que dieron los británicos a la zona del malecón de la ciudad de Shanghái, es la zona de edificios situados a orillas del río Huangpu, justo enfrente del barrio de Pudong. Aquí están situados algunos de los edificios más emblemáticos de la etapa colonial europea. A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, esta zona fue uno de los mayores centros financieros de Asia.
Posteriormente nos fuimos a relajar con unos masajes en mi local preferido, el Dragonfly. (¡Como le está cogiendo Paula el gusto!) y acabamos el día con una cena en el Fu1015 que está en el ranking nº 16 de restaurantes de Asia pero, aparte de que nos pegaron una clavada de campeonato (ya podían haber devaluado antes el yuan) me pareció frío y …¡ni fu, ni fa!
Al día siguiente después de un largo día de trabajo nos fuimos al Shanghái fake market (mercado de las imitaciones) donde Paula se puso las botas, y de allí partimos para Hong Kong en otro viaje relámpago. No me cansaré de repetir (porque ya lo he dicho muchas veces en este blog) que las vistas de la isla de Hong Kong desde el vestíbulo del hotel Intercontinental son una de la más impresionantes que se puedan ver. Además esta vez nos quedamos en el hotel por lo que pudimos embobarnos con las mismas durante muchos, muchos minutos (incluso desde la habitación). Aprovechamos también para subir al Victorias peak (madrugando porque la cola para el vetusto funicular si no superaba las 2 horas) y pegarnos buenos homenajes de dumplings en el estrellado Din Tai Fung (impresionantes pero difícil de entender la facilidad con que la Guía Michelin otorga estrellas en Asia, sobre todo si se compara con su cicatería con los restaurantes españoles), el Hutong con unas vistas también espectaculares y el Nobu del hotel Intercontinental, caro, caro pero rico, rico…Además se me fue la olla con el tema del vino y por querer ahorrar y no pedir una botella me tomé 2 copitas de un vino francés que estaba delicioso pero que valía 30€ cada copa!!!!
¿Por qué coño es tan caro tomar vino en los restaurantes fuera de España?