Como os contaba, llegué a New York en un vuelo tumultuoso de Delta que, hasta el último instante, no se supo si saldría debido a las cenizas del Popo.
Aunque las primeras 3 veces logré disimular la situación, llegó un momento en que todos los viajeros a mi alrededor empezaron a darse cuenta de que algo me ocurría por mis innumerables visitas al Sr Roca. Esta búsqueda de Mr Rock en NY fue la seña del fin de semana que pretendía ser de relax pero que el maldito virus convirtió en bañodependiente…
De todas maneras, uno es un profesional y resulta que coincidía con un buen cliente de México y su equipo en NY; de hecho, llegamos en el mismo vuelo y, aunque hice todo lo posible para pasar desapercibido en el aeropuerto y retirarme a mi hotel, fui cazado en toda regla (espero que no me lea…). Así que no pude evitar tener que acudir a una fiesta de cumpleaños que esa misma noche celebraría la prima de una de las integrantes del equipo. Planazo que no se correspondía con mi estado.
Dije que si porque no se decir que no…y tras un breve paso por el hotel (ducha y roca) me acerqué con curiosidad al Meatpacking district; como bien sabéis, antiguo barrio de Manhattan donde estaban los mataderos o mercado central de carne, ahora reconvertido en barrio bohemio con todos los sitios de moda para cenar y copas y tiendas de diseño (en dura competencia con el Soho). La verdad es que el sitio era muy chulo (STK) con una terraza con vistas a New Jersey, el famoso Standard Hotel justo encima del High line (el paseo elevado sobre la antigua vía del tren que recorre el barrio); tras varios pitchers de margarita (que no me hicieron el mal que sospechaba) salimos con intención de coger un taxi (por lo menos yo para no seguir tentando a la bicha…). Resultó que pasamos delante del Gansevoort que es un hotel también famoso (imagino por el nombre) y que parecía tener la disco de moda en su terraza superior (más que nada por la cola que había).
Ni cortos, ni perezosos ahí nos pusimos (si hay cola es porque es bueno…o dan algo gratis…aunque en USA hay siempre colas para todo) y, sin entender bien lo que pasaba y tras media hora de cola y la consiguiente humillación del portero, conseguimos entrar en el bar que, dentro de la situación me daba cierta tranquilidad al poder acceder a los aseos del hotel. Lo cierto es que el sitio estaba gracioso con, nuevamente, maravillosas vistas de la bahía.
Menos mal que la cosa no dio para mucho más y pude acceder a mi hotel vivito y coleando no mucho después. Al día siguiente volví a las andadas pero, es cierto, que esa noche el virus me respetó. Al día siguiente cenamos en un sitio muy chulo de raciones enormes y reminiscencias mafiosas; el Carmines, muy cerca de Times Square y siempre abarrotado; imprescindibles las alitas de pollo y, como no, la pasta en cualquiera de sus versiones (con una ración comen 4!!!).
Y ya de vuelta, que el tema se anima por España; lo cierto es que el gran Pepito Fiestas (nuestro Director Comercial) lleva varias semanas mágicas, hasta meses en que no hace más que cerrar contratos; bien es cierto que no son megacontratos pero nos tiene muy ilusionados estos brotes verdes que, esperemos, sea fruto de la ansiada recuperación…
Por fin, después de mucho perseguirlo, empezaremos a trabajar esta semana con El Ganso, October, Kling, MBT…lo cierto es que se va moviendo el tema y ya no solo vemos crecimiento fuera de España, sino que también parece que aquí se mueve el tema …crucemos los dedos!